Capítulo 7

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"Mierda", pensó.

Podía escuchar los pasos apresurados de los hombres acercándose hasta donde estaba y el pánico se hacía presente en él.

Después de respirar hondo, intentó pensar en las posibles formas de entrar al edificio además de la entrada principal y, como si hubiera visto la luz al final del túnel, corrió unos metros hasta llegar a una de las entradas laterales del edificio.

Con su corazón latiendo como si fuera a salirse de su pecho e ignorando el sudor que corría por su cuello, subió las escaleras que parecían infinitas.

Después de todo, eran once pisos.

El pelinegro rápidamente sacó las llaves de su bolsillo y con manos temblorosas, logró insertarla en el ojo de la cerradura después de varios intentos fallidos. Una vez que pudo abrirla, inmediatamente corrió adentro y cerró la puerta detrás de él.

- Dios mío... - Exclamó sintiendo el agotamiento.

- ¿Nop...? - Una suave voz femenina lo llamó a través de la oscuridad de su apartamento ya que todas las luces estaban apagadas.

Pero incluso si no podía ver quién lo llamaba, ya sabía quién era. Al encender las luces, vio a Mon apoyada en la puerta de su dormitorio mientras entrecerraba los ojos por el cambio tan repentino en la luz.

- Mon, ¿estás bien? - corrió apresuradamente hacia ella sin pensar en las bolsas de compras que había dejado caer al piso.

- Sí, estoy bien. - Mon sonríe a pesar del dolor que estaba sintiendo en todo su cuerpo, sobre todo en su zona baja. - Por cierto, usé tu ducha y tomé algo de tu ropa, ¿te molesta?

- No, para nada. - Nop trató de devolverle la sonrisa que ella le dedicó, aunque ambos sabían que ambas eran falsas. - ¿Tienes hambre? Traje algo de comida.

Nop abrió dos de los ramen instantáneos que había comprado y les echó agua caliente, quería preparar algo rápido pero agradable para Mon.

- Lo siento, esto es todo lo que puedo ofrecer, normalmente solo como afuera... - Nop se rió entre dientes tímidamente mientras dejaba las tazas sobre la mesa junto con palillos.

- Creeme cuando te digo que esto es más que suficiente. - Respondió Mon con una suave sonrisa que mostraba el más genuino sentimiento de aprecio.

La comida estaba lista y el delicioso aroma de la comida volvía loco a Nop quién sin pensarlo dos veces, tomó sus palillos y cuchara e inmediatamente se dedicó a disfrutar del ramen.

Sin embargo, Mon solo miró la comida, sin sentir suficiente hambre pero sin querer desperdiciar lo que Nop le había preparado. Se sentía inquieta y su mente no se callaba.

El sentimiento de vacío y pérdida no se iba, su corazón permanecía tan inquieto como su mente.

Nop vio los pequeños moretones en sus muñecas cuando recogió sus palillos. Parecía estar incómoda.

Mon trató de soplar un poco los fideos en un intento por enfriarlos un poco, pero incluso después de hacerlo, no pudo soportar el dolor cuando estos hicieron contacto con la herida en sus labios.

- ¡Agh! - exclamó, dejando caer los palillos sobre la mesa por el dolor que sentía aunque al instante intentó disimularlo. - Lo siento... Está muy caliente.

Nop vio como su amiga se estremecía por el dolor y la incomodidad y en ese momento se dio cuenta de lo hinchados que estaban los labios de Mon y de la pequeña mancha roja que tenían en el costado.

Aunque trató de ocultar su dolor, Nop pudo ver a través de ella.

Mon tomó los palillos de nuevo y trató de comer como si nada hubiera pasado. Luego de terminar, Nop le pidió que lo esperara en la sala mientras él organizaba el resto de las cosas que había comprado.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora