Capítulo 13

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Mon se despertó de su sueño cuando sintió una presencia cálida y familiar a su lado. Debido al consuelo que le brindaba, no se molestó en abrir los ojos y se acurrucó más con el cómodo cuerpo junto a ella, hasta que sintió un movimiento repentino y cómo su pequeño cuerpo fue atrapado por un par de brazos delicados pero fuertes, acercándola más contra el individuo a su lado.

Rápidamente abrió sus ojos marrones y pudo ver el rostro de la mujer que conoció esa noche en el bar, durmiendo pacíficamente mientras su aliento chocaba contra su piel.

No pudo evitar sentirse como en casa ante su presencia a pesar de que no la conocía. Mon escaneó su rostro, observando desde sus ojos cerrados y pestañas largas hasta sus labios ligeramente entreabiertos,  recordó el corte que había recibido la noche anterior y dejó que su dedo índice trazara la herida aún fresca en el brazo de la mujer.

Qué irónico era sentirse como en casa con la mujer que se suponía debía aterrorizarla.

El toque de Mon despertó a Sam, quién había permanecido dormida hasta ese momento, sus ojos se encontraron con los de Mon y las dos compartieron un momento de paz y tranquilidad bajo la mirada de la otra.

Sam tomó su delicada muñeca, notando lo maltratada que su piel estaba y empezó a darle suaves y tiernos besos, lo que hizo que Mon cerrara los ojos y suspirara relajada hasta que sintió la sensación cálida y húmeda  cerca de su cuello, que hizo que sus ojos se abrieran de par en par.

Mon vio a Sam abriéndose camino a través de su brazo hasta su hombro y luego su cuello y cuando el alfa se dio cuenta de que Mon había abierto los ojos, la miró intensamente. El recuerdo no deseado de aquella noche que intentó enterrar, resurgió. Sin pensarlo dos veces, se separó bruscamente de la mujer y se levantó de la cama en la que ambas estaban acostados.

- ¡Tú! - Mon se quedó sin saber qué decir, sus ojos llenándose de lagrimas mientras más la miraba.

Su repentina reacción hizo que los ojos de la alfa se agrandaran. Podía oler sus feromonas, estaba asustada y enojada. Segundos después vio como las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y salió corriendo de la habitación, abriéndose camino hasta el pasillo.

- ¡Mon, espera! - Sam corrió tras ella, al salir de su habitación vio a Neung sujetando la muñeca de Mon, impidiéndole escapar.

No pudo evitar sentir cómo la rabia se hacía presente en su cuerpo al ver cómo su hermana mayor sujetaba a su omega.

- ¡Suéltame! - gruñó la más joven, intentando librarse del fuerte agarre de la mujer. - ¡Dije que me sueltes!

- Mon... - Sam intentó llamar su atención una vez más con un susurro.

Ella giró la cabeza cuando escuchó la voz profunda y severa de Sam, sus lágrimas comenzaron a fluir con más fuerza. Cuando la pelinegra vio esto, sintió que algo dentro de ella se hinchaba.

Un intenso sentimiento de deseo por limpiar las lágrimas de su rostro y protegerla de quien la había asustado tanto, pero la realidad la golpeó muy fuerte cuando se dio cuenta de que ella era la razón por la que Mon se sentía así.

- ¡Por favor, sólo suéltame! - gritó Mon al ver a Sam acercándose a ella mientras extendía su mano derecha para alcanzarla. - Te lo ruego...

Sus sollozos llegaron a los oídos de Sam, pero no pudo hacer nada para detenerlos. Sam quería abrazarla y sostenerla contra su pecho, pero a pesar de lo que claramente sentía y quería, no sabía qué hacer con la situación y el comportamiento de Mon.

- Déjala ir. - susurró Sam con la cabeza gacha.

Los ojos de Neung se abrieron después de escuchar a su hermana.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora