Capítulo 18

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"A veces... tener un corazón tan bueno como el tuyo puede ser una desventaja."

La cabeza de Mon había estado llena de pensamientos durante los últimos días. Había estado luchando con lo que se sentía como decepción y una inquietud que, por más que lo intentaba, no la dejaba ni dormir, ¿desde cuando tener un buen corazón era algo malo?

Tal vez ella no estaba destinada a estar con Sam después de todo. Tal vez eran demasiado diferentes y realmente no eran capaces de pasar el resto de sus vidas juntas... Tal vez Sam estaba destinada a encontrar a alguien más y lo ocurrido con ella no fue más que un gran malentendido.

Más de una vez, Mon había pensado en dejar la mansión y regresar al apartamento de Nop pero su corazón no le permitía tomar una decisión si esa resultaba en no estar al lado de Sam.

La verdad era que quería a Sam para ella sola. Quería y deseaba cada parte de ella, desde los breves pero preciosos momentos de la mañana cuando ambas se despertaban, una al lado de la otra, hasta el momento en que se preparan para ir a dormir juntas a altas horas de la noche.

Quería seguir sintiendo la piel de su alfa contra la de ella cuando quisiera, quería escuchar su voz llamándola como normalmente lo hacía, de una manera tan suave y dulce. Quería seguir viendo la expresión en su rostro cada vez que Mon la besaba sólo porque si, sin ningún tipo de explicación.

Pero, ¿y si no era algo recíproco? ¿Qué pasaría si Sam estuviera con ella sólo porque la marcó en el calor del momento hace todas esas semanas, en el bar? Había aprendido que los alfas extremadamente dominantes como Sam no podían controlar su celo, ahora sabía que tal vez todo era algo que había sucedido debido a eso, su fuerte - e inconveniente - celo.

Después de todo, Sam era una alfa extremadamente dominante, de los rangos más altos de su especie. Ella misma podría tener cualquier otro omega, si así lo quisiera. Ella era todo lo que Mon no era, una mujer hermosa, poderosa y parte de una de las familias más ricas de Tailandia.

Mientras que Mon no era más que una omega recesiva, que difícilmente podía cuidarse a sí misma o incluso mantener un trabajo por más de un mes. Ella simplemente tuvo suerte esa noche, ¿no?

Quizás su encuentro con Sam no fue más que una broma que el universo le estaba jugando.

Le dolía el corazón, quería estar segura de su conexión con Sam, pero sus inseguridades hacia su alfa parecían multiplicarse con cada segundo que pasaba.

Y sentía que la ansiedad de no saber qué pasaría con Kirk o si siquiera iba a poder explicar todo lo que sabía la estaba carcomiendo lentamente.

- Tal vez sólo necesito alejarme por un tiempo...

Lo que creyó que fue un susurro, fue repentinamente interrumpido por una voz severa y profunda. De repente sintió una enorme y pesada presencia en la oficina de Sam, donde tranquilamente intentaba leer algunos libros. Y tan pronto como levantó la vista, sus ojos se encontraron con otros oscuros y fríos.

- Creí haberte dicho que te alejaras de Sam... y que no me hicieras repetirlo, ¿no?

La mujer caminó hacia ella, lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo y estuviera dispuesta a tomarlo. Tenía un aura amenazadora, no había nada más que oscuridad en sus ojos y su rostro permanecía inexpresivo.

Esa anciana realmente asustaba a Mon.

- ¿Q-qué haces aquí? - Mon apenas pudo hablar debido a lo nerviosa que la ponía la visitante.

- Bueno... no es asunto tuyo pero yo pagué por este lugar que pareces disfrutar tanto, así que puedo venir cuando y cuantas veces me dé la gana.

- Sam no te quiere aquí así que, por favor, vete.

Marcada | Sam&Mon Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora