En medio de la efervescencia veraniega, Angie aguarda ansiosa por días colmados de travesuras infantiles. No obstante, son los días monótonos los que reclaman atención. En un giro inesperado, su padre le sugiere un viaje a Veracruz para reencontrars...
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—Como te dije, las reliquias del mar son verdaderas. Muy poderosas y muy peligrosas en manos equivocadas. Las guardianas del mar y yo determinamos que había que asignar protectores de estas reliquias en la tierra firme. Una alianza poco común, como te expliqué.
—¿Me eligieron a mí? —pregunté un poco avergonzado.
—No, en realidad elegimos a varias personas, alrededor de todo el mundo. Tú incluido. Personas de fiar, personas puras de corazón. Todos pasaron una prueba y esta fue la tuya.
—Entonces, ¿soy un protector? ¿Qué tengo que hacer?
Winnifred y yo caminamos por todo lo largo de la playa. Me entregó esta reliquia como un símbolo. También me explicó que los protectores ayudaríamos a los espíritus del mar a evitar que personas ambiciosas y malintencionadas, se hicieran con artefactos mágicos de su mundo. A cambio, procurarían que siempre tuviéramos bienestar, en dónde comer, en dónde dormir. Paz con su reino.
Poco después, comenzó un gran aumento de este tipo de sucesos. Los marinos, cada vez realizaban viajes más largos y peligrosos, porque corría la leyenda de que las creaturas del océano tenían conocimiento y poder más allá de nuestro alcance.
Winnifred me visita de vez en cuando, siempre cumple su promesa. Me guía por todos mis viajes para recuperar reliquias. Cada tanto, ella las devuelve a donde pertenecen, yo las estudio con mucho cuidado, porque sé que son tesoros para un reino vasto y sorprendente.
Es por ello que recupero objetos tan valiosos como este. Lo he cuidado mucho porque, como dije, es el símbolo de mi misión. Por eso no puedo devolverte lo que te han "robado", Roderique. Porque nunca te perteneció y tu corazón está plagado de ambición desmedida. Ella lo sabe y por eso tampoco está de acuerdo en este momento con que te lo entregue.
Jugar con un poder que no nos corresponde, tiene consecuencias graves, no solo para ti, sino para toda la humanidad y aquellos que gozan de la dicha de no ser humanos.
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