LA CITA

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Se llego el día que tendría la cita con Clements, me sentía muy nerviosa pero también muy emocionada, no sabia que ponerme y es por eso por lo que le pedí ayuda a la abuela.

−Abuela, que me quedaría mejor−pregunté

−A ti todo te queda bien cielo.

−Abuela, por favor dime−comenzó a buscar ropa en mi closet.

−¿Te gusta esto? −eran unos vaqueros con una blusa de manga corta.

−No hay algo mejor−dije no muy convencida, y siguió buscando.

−Que tal esto−me mostraba una falda con un top muy corto.

−Mmm, no lo sé−comencé a dudar, no quería ir muy sexi obviamente, quería ir con algo decente pero no sabía a donde iríamos, que tal era la playa, o un centro comercial, el parque o a su casa, no lo sabía, así que no encontraba el outfit perfecto.

−A ver este−era un vestido rosa con algunas flores bordadas.

−Me encanta−era perfecto y lo podía usar para ir a cualquier lugar.

−Toma una ducha y luego regresas, yo me encargare de tu peinado y maquillaje.

Que le pasa a la abuela, ella no es así, nunca me había ayudado a vestirme para una cita, siempre que le pedía ayuda salía con sus típicas palabras de: Ya estas grande, debes saber tomar tus propias decisiones o ya no eres una niña pequeña, de verdad que no la entendía. Tome mi ducha y la abuela comenzó con mi maquillaje.

−Un poco de sombra por aquí y por aquí, polvo aquí, iluminador por acá−estaba muy concentrada y yo solo le pedía a Diosito que me dejara bien.

−Lista, termine−me mire en el espe...−. Noo, aun no termino me falto el labial, lo mas importante y se me estaba olvidando, a ver para esa trompita.

Había quedado muy bien gracias, Dios, escuchaste mis oraciones.

−Y ahora sigue el peinado, que te gustaría más, lacio, ondulado, en coleta alta, coleta baja o agarrado.

−¿Cual crees que me quede bien? −siempre terminaban por convencerme las decisiones que la abuela tomara.

−Yo creo que rizado por las puntas, ¿te parece bien?

−Adelante−la abuela comenzó con su trabajo y se sentía toda una estilista profesional.

−Ya casi estas lista cariño, solo falta un poco.

Duró unos cuantos minutos más, luchando con mi cabello, hasta que terminó.

−Ahora si estas lista−me mire en el espejo y me miraba muy bonita, y todo gracias a la abuela.

−Que linda te vez−dijo la abuela dedicándome una sonrisa.

−Un poco de perfume aquí y aquí−dijo eso para terminar, estaban tocando la puerta y la abuela se apresuró a abrir.

−Se ve preciosa−dijo la abuela, me imagine que se trataba de Clements, baje y si efectivamente era él.

−Wow, estas muy linda.

−Gracias, tu igual estas muy lindo−los dos nos enrojecimos, Clements llevaba puesta una camisa de manga larga blanca y unos pantalones negros, que hacían que el azul de sus ojos resaltara.

−¿Nos vamos? −me preguntó.

−Estoy lista−estaba muy nerviosa, conocería cosas de Clements, bueno eso esperaba, platicar sobre nosotros.

−Abuela, me voy.

−Tengan cuidado cielo, disfrútenlo.

Salimos de casa y su auto estaba estacionado frente a ella, Clements se adelantó y me abrió la puerta. Valla sorpresa la que me lleve, un ramo de rosas rojas abarcaba el asiento del auto.

Amor PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora