TULIPANES

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Cuando desperté la abuela entraba a mi habitación con mis pastillas y agua en la mano.

-¿Cómo dormiste hija?.

-Bien abuela, gracias- había dormido súper bien y me había recargado de pilas al millll, no fui a la escuela, mamá pidio permiso de tres días en la escuela para poder recuperarme bien, la abuela se quedaría cuidándome mientras mamá estaba en el trabajo.

-Pareces una brujita-dijo la abuela y nos empezamos a reír, me mire en el espejo.

-Si que lo soy- mi cabello estaba muy loco, al parecer me había movido mucho mientras dormía.

-Anda ve y toma una ducha- si que lo necesitaba, el agua estaba helada y mi cuerpo lo resivio muy bien, me vesti, me habia puesto un vestido que la abuela me habia regalado, me quedaba muy bien.

-Te quedó precioso-dijo la abuela.

-ire a prepárarte una rica comida-La abuela bajo a la cocina y yo aproveché para maquillarme muy natural, solo enrize mis pestañas y coloque un brillo en mis labios.

Escuché que alguien abrió la puerta y la abuela se escuchaba platicando.

-Cariño, te buscan-gritó la abuela.

-A mí- pregunté

-Si a ti.

-Ya voy- no sabía quién me buscaba y eso me ponía nerviosa.

-Baja enseguida, tomen asiento- escuché que dijo la abuela.

Salí de mi habitación y Vi a dos personitas sentadas en la sala, Lena y Clements.

-Lena,Clements, están aquí-dije muy feliz, Clements sontenia un ramo de flores en mano.

-Te extrañe amiga, estás bien?.

-Estoy excelentemente bien- dije dedicandole una sonrisa y apachurrandola en un abrazo.

Me acerque a Clements y le estire la mano saludandolo.

-Hola Clements-dije soltando una risita.

-Hola Ellen te traje esto.

-Tulipanes-dije observandolas.

-¿Si?,¿Tienen algo?,¿Eres alérgica?, Te puedo traer otras.

-No, Clements, está bien, Son mis favoritas, muchas gracias- pegue un gritito de emoción.

-Encerio son tus favoritas.

-Siii- dije mirándolo a los ojos, alguna vez te dije que me encantan tus ojos, decía en mi mente.

-Nadie me pidió un jarrón con agua, pero aquí lo tienen-la abuela interrumpio.
Volví a la normalidad, gracias abuela, me estaba dejando llevar por mis pensamientos.

-Gracias abuela- dije colocando las flores en el jarrón.

-Ohh, que es eso que huele tan delicioso- pregunto Clements-. Parece que viene de la cocina.

-Es sopa de hongo-dijo la abuela al otro lado se la cocina-. Y no es por presumir pero me sale deliciosa, ya casi está lista.

-Ellen- me llamo la abuela-. Pon la mesa.

-Esta bien abuela.

-Nosotros te ayudamos- dijeron Lena y Clements.

La abuela nos sirvió y nos sentamos en la mesa.

-Es la sopa más rica que eh probado en mi vida- dijo Clements saboreandola.

-Es muy buena, no soy muy fan de los hongos, pero en sopa saben muy ricos-dijo Ellen.

-Y que me dices tu Ellen- la abuela se dirigió hacia a mi.

-Sin palabras abuela-soltamos risitas y la abuela me hacía una cara de disgusto.

Después de comer, nos sentamos a platicar, la abuela otra vez sacando sus anécdotas que solo hacia que me diera mucha vergüenza.

-Cuando Ellen era pequeña- comenzó diciendo-. era muy traviesa y se encontró unas tijeras que estaban tiradas en el suelo, cuando la encontramos adivinen qué.

-Quee- dijeron Clements y Lena.

-Se había cortado el cabello con las tijeras.

-Abuela cambiemos de tema porfavor.

Alguien tocó la puerta y la abuela se apresuró a abrir, era mamá.

-Buenas noches, señora Conrrad- dijo Clements

-Buenas noches, Clements.

-Dejeme ayudarla con estás bolsas.

-Gracias, eres muy amable.

-Hija, quien te dió estás flores tan bonita-dijo mamá alzando una pequeña tarjeta que sacó dentro de las flores.

-Ya la leíste Ellen- pregunto mamá, dandomela.

Ahora entiendo porque Clements había estado tan nervioso desde que me entrego las flores, abrí la pequeña tarde y decía: Llevo muy poco tiempo conociéndote pero te has ganado mi confíanza y mi cariño, Ellen ¿Aceptarías una cita conmigo?, Voltee a ver a Clements y los escalofríos se apoderaron de mi cuerpo, no lo podia creer Charley Clements me estaba invitando a una cita.

-¿Yyyy?- me dijo Clements.

-Claro que acepto- dije abrazándolo. No sabía si estaba bien pero quería conocerlo más y está era la oportunidad.

-¡Quee, le pediste matrimonio!-dijo Lena.
Mamá y la abuela pegaron un salto .

-No, Lena me invitó a una cita- dije mientras mamá me prestaba atención.

-Menos mal- mamá soltó un suspiro, Clements se dirigió hacia ella.

-Claro con el permiso de usted.

-Dejala ir-murmuraba la abuela.

-Claro que si, tiene mi permiso.

Amor PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora