Capitulo XXVI: Tu pasé de supervivencia

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Abro los ojos y lo veo, tambaleándose hacia atrás, con las manos aferradas a su cuello, mientras más sangre veo salí de su cuerpo más caigo en la realidad de lo que hice

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Abro los ojos y lo veo, tambaleándose hacia atrás, con las manos aferradas a su cuello, mientras más sangre veo salí de su cuerpo más caigo en la realidad de lo que hice.

El enmascarado se mueve en un instante, casi como una sombra, y antes de que pueda procesar lo que sucede, está arrodillado a mi lado, sus manos aferrándose a mis hombros con fuerza, pero no para lastimarme.

—¿Estás bien? —pregunta, y por primera vez en su tono percibo algo que parece… miedo, mezclado con furia.

Sus ojos, o lo poco que puedo ver de ellos detrás de la máscara, están fijos en mí, evaluándome con una intensidad perturbadora.

—Dime, estás bien, Angel…

¿Tu costilla? —Su voz es un susurro cargado de algo más oscuro, casi como si hablara consigo mismo. Su pulgar roza la sangre que mancha mi mejilla, y en lugar de apartarse, lo veo observarla con una fascinación inquietante mientras la aratras más por mi mejilla.

—Lo hice… —susurro, apenas procesando lo que acaba de ocurrir. Mis manos tiemblan mientras el cuchillo resbala de mis dedos y el lo toma entre sus manos antes de que caiga.

—Sí, lo hiciste. —Su voz se suaviza, pero sus palabras están llenas de una extraña mezcla de orgullo y obsesión. Su mano sube hasta mi barbilla agarrándola confuerza, obligándome a mirarlo directamente—. Eres más fuerte de lo que piensas, eres mi buena cachorra. Sola debes dejar de pensar en los demás.

—Esto… esto no está bien… —mi voz tiembla, pero él no parece escuchar, si no que parece ver a través de mi ojos, mis palabras ni siquiera para mí suenan creíble, pero quiero oírlas salir de mi boca para que lleguen a mi corazón, y decirle a mi cabeza que no está bien. Que esté éxtasis que siento, no está bien.

—Claro que está bien, intentó matarte. Eras tú o él. Así son las cosas aquí, ángel —me aparta el cabello de la cara pero su mano no termina la acción cuando oye un movimiento a nuestro lado, que nos hace voltear al mismo tiempo. El tipo todavía está vivo, aunque algo débil, pero vivo.

El enmascarado mira hacia una de las cámaras que nos apunta, como evaluando algo, su cabeza parece máquinar por segundos. Se gira hacia mí, y la calidez momentánea en su voz desaparece, remplazandose por algo frío y autoritario.

—Termínalo. —Su tono es firme, casi una orden. Y se a lo que se refiere, pero ya no puedo más.

—No… no puedo… —Niego con la cabeza, retrocediendo instintivamente, pero él no lo permite. Me toma de la mano con fuerza, levantándome y llevándome hasta el hombre moribundo.

Realmente no quiero, me asusta que está  llama monstruosa, se siga esparciendo por mi cuerpo, está fascinación, fuerza y seguridad de mi misma para sentir como mi cuerpo realmente si quisiera hacerlo. Me asusta.

—¡Vamos! —me empuja suavemente hacia adelante. Me arrodilla frente al cuerpo, mi resistencia no es suficiente, es como si mi cuerpo siempre estuviera listo para ceder ante él. Su presencia detrás de mí es sofocante. Se agacha conmigo,su pecho presionado contra mi espalda, rodeándome, como si buscara arroparme con todo su cuerpo, como si tratará de ocultarme.—Adessa —Protesta mi nombre cómo amenaza—. Tienes que hacerlo. —Su voz se endurece, pero en ella hay un matiz extraño, casi de súplica, no sé si es por el shock pero así lo sentí. Mi nombre en sus labios me hace temblar; por un instante, quiero creerle, que esto no está mal, que solo me estoy defendiendo, pero mi sentido común, no me lo permite.

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⏰ Última actualización: Jan 28 ⏰

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