♕ 4: El primer encuentro. ♕

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Los siguientes días sin NamJoon cerca, fueron extraños, no eran lo mismo las clases sin él sentado a su lado, no era divertido siempre ganarle al entrenador de espada, porque se notaba que este solo se lo estaba dejando fácil, y aunque, tenía su habitación para descansar y podía estar tranquilo sin temor a ser asesinado, no podía conciliar el sueño, y solo fue hasta que en el segundo día de su ausencia se le ocurrió, entrar a los aposentos del príncipe NamJoon, para sentir su aroma, hasta que finalmente su cuerpo se calmó por completo.

Terminó tendido en la cama del mayor, empapándose de sus feromonas, abrazando su almohada porque era sumamente agradable sentirlo allí sin que estuviera. Su cuerpo se sentía a gusto y protegido, al punto de que durmió de corrido sin ninguna molestia.

El tercer día de su ausencia, su interior empezó a llenarse de una ansiedad abrumadora que no comprendía, por mucho que intentó concentrarse en sus clases, su mente solo podía rondar en pensamientos como: NamJoon copulando con otros omegas, NamJoon susurrando cosas obscenas a otros omegas, NamJoon empapado de la esencia y los fluidos de otros omegas. Por lo que su humor estaba de perros, y todos estaban evitando molestarlo más de la cuenta.

La sensación amarga se expandió con mayor fuerza, cuando llegó la noche y NamJoon siguió sin aparecer, YoonGi tuvo que rogarle a Hoseok que se sentara con él en medio de la habitación a jugar Baduk, aunque el beta poco supiera al respecto, al menos enseñarle y reírse un poco le relajaba de tanta tensión.

Sin embargo, cuando no pudo soportar la curiosidad más tiempo, le pidió a Jung acompañarlo a dar una caminata por el palacio, mientras en su mente solo podía pensar en encontrar a NamJoon a como diera lugar, ya que sabía que el pabellón de la flor de cerezo, era el lugar específico para los celos de la corona real, y sin miramientos sus pasos fueron en esa dirección a pesar de las protestas de su mayordomo.

En lo más recóndito del palacio, ubicado unos metros más allá del portal del norte, el pabellón de la flor de cerezo, era el lugar asignado solamente para familia real, durante los celos de aquellos alfas y omegas dominantes, dado que, sus feromonas y su energía era tan abrumadora para la mayoría de su servidumbre, que debían estar aislados durante el tiempo que duraran en aquel ciclo.

En esos instantes de la noche, el príncipe NamJoon era el único alfa dominante presente, la servidumbre le había enviado varios omegas para pasar su celo, y allí se encontraba sentado en el suelo bebiendo alcohol, mientras los omegas a medio vestir solo lo observaban en silencio, iluminados por las luces cálidas de las linternas de aceite.

Estaba insatisfecho como nunca antes, y eso le enfurecía a su lobo. Más ya no le apetecía seguirlo intentando, tenía su cabeza revuelta, y no solo era por el trago, sino porque deseaba cosas imposibles, su lengua anhelaba tocar otra piel que no debía, sus manos soñaban con acariciar los brazos delgados y entrelazar sus dedos con los de alguien que odiaba que se le acercara, deseaba apoderarse de su boca, y hacerle gemir, pero era su hermano, era el heredero, era otro posible alfa... ¿Qué estaba mal con él?

Nunca antes pensó en YoonGi de esa manera, nunca se imaginó que podría sentir tantas cosas incorrectas por el príncipe heredero. Hasta que comenzaron a compartir espacios casi constantemente, hasta que su olor a caramelo comenzó a hacer acto de presencia confundiéndolo en demasía. Y realmente se sentía enfermo, de desear algo tan absurdo. De desear que YoonGi fuera el único que estuviera allí acompañándolo en su celo, más tenía que conformarse con quién fuera y era una tortura.

Con cara de pocos amigos, señaló a uno de los omegas con el tono de piel más claro, y con una figura muy similar a la de YoonGi, esa que había espiado en más de una ocasión en los baños termales, el omega estaba dispuesto a complacerle, y él tuvo que cerrar los ojos, haciendo uso de su imaginación, a medida que el otro introducía su miembro en la calidez de su interior. NamJoon gruñó fascinado cuando minutos más tarde sintió un olor familiar acercándose, pero; sus ojos se abrieron como platos al reconocer al dueño de ese aroma tan tenue.

Los ojos del príncipe del sol y el día, se transformaron en un intenso fuego rojizo, con visos dorados, que un YoonGi tembloroso tras la puerta de papel alcanzó a notar, porque con sumo cuidado había abierto un pequeño espacio, para husmear en el interior por mera curiosidad. NamJoon le mantuvo la mirada a medida que ese omega le montaba, y YoonGi tuvo que cubrirse la boca con sus manos, porque era tanta la intensidad de la escena, de la mirada que NamJoon le dedicaba; que sus piernas temblaron.

Algo dentro del príncipe heredero le tiraba para ingresar en el lugar, como si de una cuerda se tratase, la intensidad de las feromonas del mayor, estaba convirtiendo su mente en un mar de confusión, llena de espesura, porque su lobo finalmente estaba empezando a aparecer siendo llamado, por el contrario, y NamJoon con una sonrisa de oreja a oreja, detalló como los ojos de YoonGi cambiaban a un tono azulado, como los zafiros.

Las manos de YoonGi temblaban de rabia y también de dolor, todo su cuerpo quería lanzarse contra NamJoon, pero su lado racional lucha por contenerse, por volver a tener claridad, fue el príncipe del sol, quién hizo a un lado al omega que tenía encima, y se puso en pie acomodándose con rapidez las ropas, su lado animal dominando su humano, se acercó hasta la puerta, y con sumo cuidado posó las manos contra la puerta, palpando el tapiz, deseando simplemente salir y abrazar a esa persona que le pertenecía.

Eres mío, y yo soy tuyo —susurró solo para la persona al otro lado de la puerta corrediza le escuchara, vislumbró como los ojos de YoonGi brillaron con mayor intensidad con esas palabras.

NamJoon se percató con facilidad como su alfa, como una brecha de fuego saltaba de un lado a otro en busca de su pareja destinada, esa por la que había esperado tanto tiempo, y fue en ese instante en el que, al mostrarse vulnerable y moviendo su cola peluda deseoso, un rayo de color blanco destelló desde el interior de los ojos de YoonGi, hasta que finalmente, ambos lobos se encontraron generando una pequeña explosión de color.

El alfa dominante de pelaje café y ojos dorados delante de su omega dominante de pelaje blanco y ojos azules que lo miraba juzgón y receloso con sus acciones. El lobo alfa con facilidad lo hizo ceder, consintiéndole con uno que otro lametón en su nariz. Y entonces una voz interrumpió aquella conexión inexplicable y efímera, que solo estaba en su inconsciente más que en la realidad.

—Príncipe heredero, tenemos que irnos —farfulló Jung Hoseok notablemente angustiado—. Usted no debería estar en este lugar. ¡El príncipe NamJoon va a molestarse! —insistió el beta, tomando al menor de uno de sus brazos aunque no debía, pero ese contacto fue la única manera de hacer entrar en razón al pálido. Quien no entendía que demonios había ocurrido, si lo que había sentido y visto era real o solo una mera fantasía de su imaginación.

Y con sus labios apretados en una final línea se dejó arrastrar de regreso a su habitación, entretanto un Jung Hoseok espantado no dejaba de quejarse de la terrible idea que había sido haber irrumpido en el pabellón de la flor de cerezo.


Aclaración importante: 

YoonGi se presentó frente a NamJoon porque este ultimó lo arrastró a ello, prácticamente lo llamó, más no se ha presentado ante el mundo como Omega dominante. Lo importante es que NamJoon ya sabe y entiende que ellos se pertenecen. YoonGi por el momento no entiende que fue lo que pasó. 

FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora