FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18

♛20: El rechazo. ♛

La única persona en la que YoonGi podía confiar en esos instantes para una labor tan complicada como liberar a NamJoon, era nada más nada menos que Park Jimin. Así que había ordenado a uno de sus guardias a buscarlo y llevarlo al palacio.

Había muchas cosas aún sin resolver como lo era el tema de Kim WooBin, quien sinceramente era una piedra en el zapato, no lograba estar tranquilo en su habitación porque temía que este lo emboscara y lo asesinara. También temía por su padre, le aterraba el futuro, y los cambios imprevistos, porque seguramente WooBin no estaba actuando solo, había más personas que deseaban quitarle su poder y cedérselo a NamJoon.

No obstante, por muchas cartas que envío al rey, y por muchas solicitudes que ordeno para visitarlo en su oficina, solo recibía negativas. Hoseok no le permitía salir más allá del pasillo de su pabellón por lo que se sentía cada segundo más frustrado y ansioso. Mordisqueaba sus uñas a medida que esperaba la llegada de Jimin, quién siempre tardó un largo rato.

El delta ingresó en la estancia con algo se precaución, no muy seguro de si realmente le convenía estar allí, el guardia que lo escoltaba hizo una pequeña reverencia y se marchó, dejándolos a Hoseok y él con su nuevo invitado.

—¿Qué desea de mí, su alteza? —preguntó Jimin, sin atreverse a sentarse o moverse, frente al chico pálido que lo detallaba con una pequeña sonrisa en su rostro, tras su escritorio, donde tenía varios pergaminos regados.

YoonGi tenía sus mejillas sonrojadas, y sus ojos brillantes, su cuerpo estaba un poco mejor que la ultima vez que lo había visto, parecía estar subiendo de peso, y eso le sentaba muy bien.

—Quiero pedirte varios favores...

—Si usted lo ordena, yo obedeceré —susurró Jimin inclinándose paulatinamente, ganándose con ello una gran sonrisa de aprobación de Min YoonGi.

—Quiero que liberes a NamJoon, y escapes con él fuera de la capital.

Jimin levantó su mirada, completamente anonadado, y al ver la seguridad del príncipe en su expresión, se limitó a asentir—: Es una misión algo arriesgada. Pero, puede confiar en mí, su alteza.

—Sé que podrás con ello, si existe algo en lo que yo te pueda ayudar, solo debes decirlo.

—No podría poner su vida en riesgo, su alteza. Yo me haré responsable.

—Gracias, Jimin —susurró YoonGi, y finalmente, soltando un pesado respiro como si la vida le aquejara profundamente, se levantó de su silla, para acercarse a Jimin, quien se percato de su embarazo tan prominente.

Jimin abrió sus ojos, estupefacto, porque creía que por ordenes del rey, el príncipe ya no debería estar en cinta, pero allí estaban creciendo los cachorros de NamJoon. Y eso le helo la sangre, en algo de tristeza y envidia, porque la persona que amaba seria padre, tendría una familia, mientras él ni siquiera era capaz de dar un solo paso para confesarse, para buscar una oportunidad, que a decir verdad, ya estaba más que perdida, su fantasía con Min NamJoon era un rotundo imposible, que solo viviría en la profundidad de su fuero interno hasta el día que muriera.

—También, necesito que hagas otra cosa por mí —continuó YoonGi, a medida que rebuscaba algo en los bolsillos de su traje—. Sabes que voy a casarme pronto...

—Si, la gran noticia se ha propagado como pólvora en toda la capital; es difícil no saber al respecto.

—Quiero que le des esto a SeokJin —le dijo con una mirada fiera.

El príncipe tomó una de sus manos en la cual posó un pequeño sobre de papel amarillo, en el cual al abrirlo encontró un polvo blanco, que obligó a Jimin a encarnar una de sus cejas, buscando respuestas e indicaciones.