El tiempo se convirtió en una interminable línea de dolor y añoranza, una infinita agonía. Un mar de recuerdos que cada vez se volvían más y más difusos, hasta que a duras penas recordaba la sensación de tener a YoonGi cerca, como si todo de él no fuera más que arena que desaparecía entre sus manos. Su aroma le hacía tanta falta como el oxígeno, y eso lo estaba llevando a su muerte lenta, dormía poco y comía uno que otro bocado, todo de él sobrevivía solo con la esperanza de volverlo a ver.
Aquella guerra absurda entre los traidores rebeldes; o serpientes rojas, y los caballeros del rey se estaba transformando en algo incontrolable, las ciudades y aldeas de gran parte del norte con el pasar de los meses estaban hechas polvo, y aunque habían ganado en gran medida, las serpientes no se detenían, salían como de debajo de las piedras para arrasar con todo; cual tornado. Y para NamJoon, era irritante, no darle un final a aquella tortura.
El príncipe viajó de un extremo a otro de la nación, reuniéndose con alfas importantes y formando un grupo grande de guerreros, pero por mucho que lo intentara aquello no parecía servir de nada. Entre batallas, había intentado convencer a uno que otro rebelde que tenían de rehén, para llegar a un acuerdo con su líder, pero ninguno cedía, preferían morir en manos de la guardia real, ya que todos alegaban que su líder no desea absolutamente nada más que ver correr sangre, por lo que llegar a la paz era una utopía que le estaba costando su existencia.
Era excesivamente agotador, notar que estaban en un punto muerto. Porque no entendía que demonios quería la cabeza intelectual de todo ese caos, no tenía sentido dañar la nación para luego quedarse sin nada, solo un gran cementerio, ¿Por qué? Por mucho que NamJoon lo pensara jamás llegaba a una conclusión acertada.
Tras un año liderando la guerra, NamJoon viajó en barco hacia la isla de Jeju; en busca de aliados, y fue poco lo que el ministro de la pequeña isla quiso aportar a la situación, a duras penas enviaron con él de regreso unos mil betas, y eso no era mucho en comparación con lo que realmente necesitaba.
Lo poco que NamJoon sabía y que le mantenía con la mente clara, a pesar de las escasas noches de sueño; eran los informes mensuales de la familia real, dónde el rey les felicitaba o daba indicaciones y avisaba los acontecimientos en el palacio. YoonGi jamás le escribió una carta, lo cual sinceramente le lastimó mes tras mes, pero muy en el fondo quería creer que no le permitían comunicarse, ya que, él había enviado muchos escritos diciéndole montones de cosas, sus aventuras, sus viajes, sus sentimientos, todo plasmado en papel con tinta y lágrimas, pero nunca hubo una respuesta, eso le desmotivaba tanto como le enfurecía, esa sensación agridulce era lo que lo motivaba a ser despiadado y a veces atacar a los oponentes sin un plan certero. Era ocasionalmente imprudente, pero motivado por la rabia que cargaba en su pecho desde que todo aquello había iniciado, lograba salir siempre ileso.
A veces escuchaba ciertos rumores sobre el príncipe heredero, como que el chico de ahora 18 años había regresado al palacio real en la capital a inicios del año, había presentado el examen nacional, condecorándose con excelentes calificaciones y aunque ya no era un secreto su estado de omega, muchos seguían oponiéndose a verlo como futuro rey, por lo que, el rey Min Ho estaba considerado sinceramente, casarlo con el hijo de algún ministro y esa información era la que lo había terminado de descontrolar. Envió muchas cartas, suplicándole a su padre que esperara un poco más, que aún quedaba un año para que él resolviera las cosas, pero parecía que lo habían mandado como un sacrificio al que le prestaban cierta ayuda y dinero; que a la final no compensaba las dificultades emocionales y mentales, por las que estaba pasando.
Ansioso por darle un punto final a la guerra, intentó darle casería al líder de los alfas rebeldes en DaeGu, dado que; habían descubierto una de sus tantas guaridas, pero a duras penas NamJoon junto un pequeño grupo de guerreros, lograron acercarse en su forma lobuna, unos metros entre la espesura del bosque donde se ocultaban los rebeldes, desde allí reconoció su olor, a sándalo, pero ese tipo no era cualquier alfa, era poderoso, fuerte y dominante, por lo que NamJoon clavo sus garras en la tierra húmeda, y sin pensarlo dos veces, se lanzó a despedazarlo con sus colmillos grandes y filosos.
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FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18
FanfictionCuando el rey Min Ho, decide proclamar a Min YoonGi como el futuro heredero del reino de Joseon montones de problemas se hacen presentes, aunque para el menor lo único que le molesta es que ahora su medio hermano, un alfa dominante, e hijo de una co...