FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18

♕ 8: El acuerdo. ♕

El rey Min Ho, se encontraba sentado en su trono, la marca en su cuello se notaba cada vez más violácea, y las venas a su alrededor comenzaban a tomar un color morado oscuro, casi negro. Tenía sus ropas perfectamente acomodadas, mientras que su expresión era de absoluto desconcierto y algo de molestia, era bastante tarde, y su consejero Kim WooBin lo había convocado por una supuesta emergencia, que implicaba al pequeño chico que estaba a los pies del trono, con su mirada gacha. A su alrededor había varios ministros que habían osado asistir, simplemente porque el mensaje les llegó justo a tiempo.

El chico estaba acompañado por varios guardias y un noble de la ciudad más cercana. Su cabello castaño lo tenía todo revuelto, y bastante sucio; sus ropas no eran muy diferentes, las telas estaban raídas y ensangrentadas. En la expresión compungida del muchacho, se notaba que estaba a punto de derramar lágrimas, su cuerpo temblaba por miedo o frío; el rey no estaba del todo seguro, lo único en lo que podía pensar al verlo, era en lo exquisita que se veía su tez ligeramente morena, y su nariz con un pequeño lunar le llamaban la atención en exceso, era bien parecido, de no ser por la cantidad de cicatrices en su rostro y brazos, el rey Min Ho podría jurar sería una completa belleza cuando se presentara, seguramente sería un omega y más de uno lo cortejaría sin miedo alguno.

—¿Cómo dices que te llamas? —preguntó el mayor con una expresión dulce, intentando ser cordial y amable para que no le temiera.

—Kim... Kim TaeHyung, su majestad.

—Bien, Kim TaeHyung, ¿Qué es eso tan urgente que quieres contarme?

—Anju está destruida, no queda nada más que escombros y cuerpos descuartizados, un grupo de alfas llegaron desde China y nos atacaron, no tuvieron piedad con nadie... —farfulló en un hilo de voz, y todos en la sala al escucharlo se quedaron mudos del asombro—. Logré esconderme, y estoy aquí con vida, para pedirle que haga justicia, yo ya no tengo nada, soy el único sobreviviente. Esos malditos alfas, se dirigen hacia Pionyang, lo más seguro es que mientras yo estoy aquí, ya no quede a nadie con vida en esa zona, y no pararan hasta apoderarse de todo Joseon...

TaeHyung finalmente levantó la mirada ligeramente, y logró percibir como el rey perdía todo el color en su rostro, estaba completamente crispado en su asiento, y el menor tuvo que clavar nuevamente su mirada en sus zapatos, sintiendo el nerviosismo apoderándose de su sistema. ¿Le creerían?

—Están invadiéndonos... —susurró uno de los alfas presentes.

—¡Es una declaración de guerra! —insistió otro.

—Su majestad... —le llamó WooBin sacándolo de su estupor, porque por primera vez en muchísimos años, su vida y la de la corona real se veía amenazada por un grupo de rebeldes desconocidos, por unos asquerosos traidores.

—Nos defenderemos —les tranquilizo Min Ho con una voz apacible, que realmente estaba a punto de quebrarse presa del pánico—. Enviaré varios soldados capacitados a revisar los daños en Anju, y un grupo de guerreros que acaben con ellos cuanto antes, no permitiré que nadie más sufra.

» WooBin, encárgate de informarle a las familias betas del pueblo; que cada primogénito debe presentarse para la guerra, quien intente evadir esta responsabilidad, se considerará como traición, y morirá de acuerdo a las leyes. Por el momento los alfas pueden ser voluntarios... —explicó con el ceño fruncido, y todos a su alrededor asintieron acatando sus órdenes sin cuestionarle nada, segundos más tarde, sus ojos se detuvieron en el menudo chico que seguía en silencio—. Tú, Kim TaeHyung, has dicho que te has quedado solo...

—Sí, su majestad.

—Es de valientes haber recorrido el extenso camino de Anju hasta la capital, por ello, te concederé la oportunidad de ser parte de mi servidumbre, los cocineros te enseñaran las cosas pertinentes, tendrás un techo, no pasaras frio, y cuando aprendas lo suficiente; puedes ser el mayordomo de alguna de mis concubinas, espero puedas ver mi gratitud en esta oferta.