FREEDOM ♕ [NAMGI] OMEGAVERSE +18

♛ 9: El reencuentro. ♛

El segundo mes de invierno; el palacio era un completo alboroto, entre las preparaciones para la fiesta de compromiso del príncipe heredero, el limpiar la nieve cada mañana que obstruía el paso, y por supuesto la llegada repentina del príncipe NamJoon, junto con un Delta bastante apuesto, tenía a toda la servidumbre como locos.

Para el rey Min Ho la noticia de una reunión imprevista con NamJoon no le cayó muy en gracia, podría decir que le arruinó por completo el día, y eso que las cosas estaban marchando moderadamente bien, pero no tuvo más opción que ceder, y muy incómodo en la silla de su oficina, observaba con recelo como NamJoon ya aseado y portando el Hanbok de su estatus real, en tonos lilas, hizo acto de presencia en total calma, con Park Jimin pisándole los talones.

—Buenas tardes, su majestad —dijeron los recién llegados antes de darle su respectiva reverencia, bajo la mirada asesina del mayor, quien ese día se veía más enfermo de lo habitual.

NamJoon le dedicó una mirada rápida, inspeccionándolo, su ojo izquierdo era absolutamente negro ya no se diferenciaba la esclerótica de su pupila, las venas negras se marcaban notablemente sobre su piel, alcanzando a apoderarse también de su lado derecho del cuerpo. Su olor no era el de siempre, o al menos el que NamJoon recordaba, olía a podredumbre, a un roble repleto de moho, dolor, y mucha agonía. ¿Así era morir por perder a tu destinado? Definitivamente, no se lo deseaba ni a su peor enemigo.

—Es un honor para mí verlo después de dos largos años, su majestad —comenzó a hablar NamJoon evitando mirarlo directamente a la cara como eran las costumbres.

—Dejemos las formalidades, ¿Por qué estás aquí? No te mandé a llamar.

—Tengo información valiosa —contestó con firmeza—, el líder de las serpientes rojas, la persona que hasta el momento era un completo desconocido, es un alfa dominante, de color gris y ojos lila, al que llaman ZhengGuo.

—¿U-un alfa dominante? —repitió poniéndose cada vez más tenso con ello, a su lado el consejero WooBin intentó parecer imperturbable pero su quijada estaba ligeramente desencajada con el asombro de esos datos.

—Sí, con aroma a sándalo. Controla a su manada con su voz de mando, y todos le tienen una gran lealtad.

—Es imposible... —susurró comenzando a sentirse muy agraviado con ello, su rostro estaba crispado y sus manos temblorosas.

—He hecho todo lo que está en mi mano, grandes alfas y betas quedaron en el norte y sur defendiendo nuestro territorio, mientras yo estoy aquí, pero quizás debería de enviar a un nuevo líder, planeo quedarme una temporada larga, necesito un descanso.

—¡No! No voy a permitir que pases ni un solo día en el palacio.

—Bien, dormiré en algún hostal cercano, puedo respetar sus deseos, su majestad —murmuró el moreno con absoluta seriedad—. Sinceramente, deseo compartir tiempo con todos ustedes y con el pueblo como príncipe.

—Hicimos un acuerdo, NamJoon —le recordó el rey cada vez más enfurecido con sus palabras.

—El cual quebrantó usted en primera medida al tratar de comprometer a al príncipe heredero, sin mi consentimiento. Entonces, creo que mi deber ha terminado por ahora. Merezco estar los últimos días de mi vida con el príncipe heredero, sino es como su pareja al menos como su hermano —dijo levantando ligeramente su mirada, dedicándole una expresión sutilmente desafínate, que hizo gruñir al rey.

Pero Min Ho no se movió ni un centímetro de esa silla, el rey no tenía las energías suficientes en ese momento como para una batalla campal, y NamJoon lo sabía.