La respuesta está en tus ojos

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Un dolor inmenso recorrió toda mi espina dorsal provocando que un grito gutural emergiera de mi garganta, cada músculo de mi cuerpo temblaba de dolor y cansancio. Tenía un frío insoportable ya insufrible que quemaba cada parte de mi piel. Poco a poco, mientras iba despertando y los minutos parecían horas, iba sintiendo que cada hueso de mi costilla derecha parecía roto o herido, de a poco comenzaban a despertar mis sentidos haciéndome notar la sangre seca pegada a mi nuca, mis muñecas atadas con esposas, mis rodillas hinchadas y adoloridas. Lentamente decido abrir los ojos provocando que la luz me queme al mirar y me encuentro con que estoy en una habitación cerrada reducida con un pequeño tragaluz en medio del techo y un camastro a un par de metros de mi con un par de cosas sobre él, intento levantarme pero un intenso dolor en la entrepierna me lo impide y lamentablemente por el tipo de dolor sé que me han violado, en un segundo intento de levantarme las costillas comienzan a quejarse haciéndome gritar y retumbar el vidrio del tragaluz. Cuando me paro y logro llegar al camastro noto mi vestido todo rajado y destruido, supongo una de las causa por la que tengo tanto frío, pero luego noto que mechones de cabello están tirados a una esquina de la habitación e histérica llevo las manos a mi cabeza y noto que me han rapado, mi cabeza esta toda llena de golpes y la herida de mi nuca aún parece seguir sangrando, intento pensar dónde estoy, cuanto tiempo llevaba ahí, cómo es que había llegado y su recuerdo vuelve a mi mente. Comienzo a llorar como nunca antes y comienzo gritar presa del terror, no insultos ni palabras, solo gritos de desesperación, de dolor, de impotencia, de frustración, cuando el ruido seco de la puerta al abrirse se hace presente me asusto. Desde la puerta veo al chico al cual tanto odio en estos momentos y mi primer instinto es saltar sobre él, mis pies encadenados del dolor intenso en todo el cuerpo provocando mi rápida caída la cual me hace gritar tan fuerte que Ciro tapa con una de sus manos su oído más cercano a mí.

-no puedo creer que hayas sido tan estúpida- dijo acercándose lentamente

Sin poder evitarlo nuevas lágrimas caen por mis mejillas- por qué Ciro?! Por qué?! - este comenzó a reír tanto que comenzó a toser

- aún no puedo creer que no lo hayas notado, agente profesional de la C.I.A. y bastante estúpida. Pupilent querida pupilent- dijo sacándose de manera experta ese hermoso azul de los ojos del cual tanto me había enamorado y mostrándome una pequeña lentecilla y sus ojos verdes característicos de Zack.

- no puede .. No, no! - comencé a gritar desesperada mientras todo se volvía más confuso- no es cierto, yo pase todo el día con Ciro- me negaba a creer que había tenido relaciones con Zack, que había pasado esa hermosa mañana sin notar que no era Ciro con quien la compartía, que todo lo sucedido ese día había sido mentira, rebuscaba en mi cabeza el posible momento en el que podía haberlo llegado a confundir o ellos confundirme a mi pero el dolor no me permitía pensar con claridad.

Una pequeña parte de mi inconsciente me gritaba por ser tan estúpida, pero algo en mi interior me decía que lo qué decía Zack no era cierto, pero luego sin poder razonarlo mucho más comenzamos a escuchar un griterío desde el otro lado de la puerta, un alboroto que cada vez se acercaba más

X- Déjenme verla, la tienen encerrada ahí, la necesito, déjenme pasar- unos fuertes golpes en la puerta me hacen sobresaltar- malditos imbéciles, no saben quién soy?! Déjenme pasar estúpidos infelices. Voy a pasar como que me llamo Ciro Folcks, LARA!! -me gritó desde el otro lado

Sorprendida comencé a alejarme de la puerta asustada cuando de un golpe esta se abre dejándome ver a un Ciro lloroso, agitado y desesperado. Éste corre hacia mí y me mira horrorizado

-que te han hecho -dice preocupado mientras acaricia mis mejillas con sus cálidas manos secando las lágrimas que no han dejado de caer-. Sea lo qué sea que te haya dicho no es cierto, te amo y no dejaré de hacerlo, todas las cosas que dije fueron ciertas y no me importa quién seas, ellos me tomaron una vez qué entré al baño de la heladería lo juro- asustada empiezo a negar frenéticamente con la cabeza confundida- siempre fui yo Lara, siempre lo fui

Completa, así me sentía en esos momentos. Desesperada tomé su rostro y lo besé, este con delicadeza me devuelve el gesto para después abrazarme.

- me han violado Ciro, me han hecho mucho daño- lloriqueé en su hombro aterrorizada entre sus brazos

Su agarre se tensa y sus ojos azules parecen volverse negros de ira; este se da vuelta y avanzando por la habitación incrusta un fuerte puñetazo en la quijada de su hermano quién miraba con asco la situación, unos guardias entran apresuradamente por la puerta y lo toman de los brazos haciéndolo arrodillarse frente a su hermano quien comienza a patearlo sin piedad en el estómago y costillas provocando qué Ciro grite

-la violaste hijo de re mil puta, quien pija te piensas que eres para haberla tocado- gritaba de forma entrecortada

-Ciro ya basta!, deja de hablar, Zack por favor para!!- grité parándome adolorida y tratando de ponerme en el medio pero uno de los de seguridad me tomó de la nuca y de un movimiento brusco me dejó tirada en el suelo a los pies de Zack junto a Ciro. Este último estaba con el labio sangrante y sus costillas recientemente golpeadas no lo dejaban respirar bien. Lo miré sin poder evitar dejar de llorar por el dolor y moviendo mis labios lo único que pude decirle fue: lo siento tanto, para luego caer desmallada.

Te tengo en la Mira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora