Te tengo en la Mira

La casa

Todos me miraban con cierta ternura gracias a mi "cariño" hacia esos bellos niños y simplemente forcé una sonrisa tímida evitando no soltar ningún comentario fuera de papel.

- es un placer tenerte con nosotros y espero que tu estadía aquí te sea grata - dijo el señor Tom con toda la formalidad que pudo utilizar estrechando mi mano

- yo también lo deseo señor- dije haciéndome más la tímida aún

- llámame Tom, nada de formalidades- dijo este sonriéndome notando mi nerviosismo y relajando un poco su semblante

- Alex cariño, ayúdale con sus maletas- susurró la mujer dirigiéndose a su hijo

- soy Clara *dijo esta* y este es Alex dijo señalando al chico

- un placer- dije saludándola formalmente con la mano

- vamos ya? - preguntó Tom abrazando amorosamente la cintura de su esposa por la espalda haciendo que internamente mi corazón se estruje un poco por el acto de cariño

- si claro- dijo ésta mirándome.

Le sonreí y partimos camino hacia el auto

El viaje, el lugar, el paisaje, la gente, todo era hermoso...

- de que trabajan tus padres? - preguntó Tom mirándome por el espejo retrovisor y sacándome de mis pensamientos

- ellos son empresarios muy reconocidos en el ámbito del comercio y trasporte de mercaderías de riesgo y delicadas- dije repitiendo segura aquella información que ya tantas veces había practicado antes de venir- ellos casi nunca están en casa y por eso les propuse lo del intercambio, para compartir nuevas cosas, por lo cual les estaré plenamente agradecida por su hospedaje- dije esto último devolviéndole la mirada a través del espejo retrovisor

- querida... para nosotros es un placer, y dime, eres hija única?- preguntó Clara

- si, por lastima si- dije tratando de sonar lastimosa- siempre me hubiese gustado tener un hermanito con el cual jugar

- llegamos!!! - repitió Lúa una y otra vez saltando en el asiento a mi lado

La casa era hermosísimamente gigante, tenía una fachada con un gran ventanal que daba a lo que parecía ser una sala de estar, una pequeña cúpula vidriada en la parte superior de la casa, y un hermoso y cuidado patio que parecía sacado de un cuento de hadas.

Alex me abrió la puerta dedicándome una "sensual" sonrisa (con la cual seguramente se convencía a si mismo que se ganaba a todas) y para jugar con él, emití una risa tímida y a la vez provocadora. Al salir me tendió la mano y se ofreció caballerosamente a mostrarme la casa.

Al entrar me encontré con un living muy delicado, sus paredes eran de una madera a mi entender muy cara y delicada que daban una sensación de amplitud  a la habitación, había un gran sillón blanco con toda una decoración a juego, encimeras muebles, escritorio, etc. Lo único lo cual se veía "moderno", era la televisión plasma con la consola de juegos que seguro sería de Alex. Luego me guió a la cocina, está muy reluciente y moderna con todos los electrodomésticos habidos por haber, con una mesada de mármol blanco gigante que casi cubría todo el largo de la habitación, una isla recubierta con el mismo mármol con unas cuantas sillas altas al rededor, y más al costado una mesa que parecía de marfil con más sillas del mismo estilo a las anteriores. Luego me guió a otro cuarto el cual supuse que era de juego, ya que estaba lleno de juguetes desparramados por el piso, una mesa de pull, un televisor aún más grande que el del living y más consolas, un escritorio con computadoras, un piano de cola entre otras cositas más.

Tras terminar de recorrer la planta baja, me llevó por el living hacia el piso de arriba el cual inicialmente era un pasillo donde del lado derecho esta la habitación de Tom y Clara, siguiente a ésta la de Lúa y la de Cris las cuales cada respectiva puerta tenía una inscripción con el nombre de cada uno en dorado. A la izquierda estaba primeramente un baño al cual no pude entrar ya que Alex lo tomó como insignificante, continuo a este la habitación de Alex, y por último la habitación de huéspedes donde me quedaría yo.

Cuando entre me encontré con una habitación que estaba pintada de un color lila y verde pastel con algunos detalles en negro preciosa, con una cama de dos plazas con un cubrecama de color crema y un gran ventanal  que daba al patio interno mostrando un hermosa vista llena de verde, árboles y lo que parecía ser  un rosedal. A la derecha de la habitación había dos puertas, una era un gran armario, y la otra era el baño. El armario interiormente era todo de una madera con compartimientos para los zapatos, vestidos, etcétera; y el baño era de color blanco, con líneas lilas, un delicado espejo con un gran mueble para guardar el maquillaje, una tina gigante y un mueble con toallas y todo tipo de jabones, esencias y espumas para el agua, como así también los acondicionadores y shampoo's.

Luego de que Alex me mostrase toda la casa me subió las valijas y me dijo que me dejaba acomodarme tranquila y que tenía que hacer un par de cosas para el instituto.

Comencé a sacar toda mi ropa de la valija y colocarla en perchas ordenada por colores en el armario aunque supiese que esa organización no vaya a durar mucho, luego busque si había cajones ocultos los cuales había, uno solo pero había, y allí coloque mis armas y demás. Habiendo terminado con el armario me dirigí al baño donde ordené todas mis pinturas y en el mueble puse mi kit de pelucas. No podía creer cuan grande podía llegar a ser este privilegio y cómo había sido que lo habían conseguido, lo que me hizo recordar a mi pequeño y modesto departamento en donde solo dormía, comía y me bañaba. y me permití por un segundo agradecer estos lujos y mandarle un mensaje a mi tío avisando que había llegado bien y que lo quería.

Cuando por fin terminé de desempacar me di un relajante baño para premiar a mi cuerpo por "tanto esfuerzo". A salir me coloqué unos shorts morados, una remera gris que tenía el nombre de una de mis bandas preferidas: Metálica, mis adoradas Vans negras y mi peluca, me puse un poco de rímel me delineé me puse un poco de labial morado y baje a ver si podía comer algo