La universidad *parte 1*

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Mientras caminábamos hablando de cosas banales con Alex llegando casi a la puerta lo vi entrar a una casa por la misma calle a la nuestra a unos cuantos metros por delante. Me adentré rápido a la casa donde Alex me miraba extrañado y en busca de respuestas sin lograr entender del todo mi accionar y no dejando de insistir de que me calmara y explicara que me pasaba en realidad no creyendo mi versión de la videollamada.

-que fue eso, si se puede saber ...-estaba harta de escucharlo y que hiciera preguntas, en un momento pensé en irme y dejarlo hablando solo ya que no sabía cómo se debía actuar para decirle que se callase sin que él reaccionase mal o yo lo mandara a la mierda, lo necesitaba a él y a sus amigos en mi plan para adaptarme a la universidad; y ahí se me ocurrió, fue un flash que vino a mi cabeza de alguna película estúpida que había visto alguna vez: lo bese, quería que se callara de una vez, al principio se quedó atónito, pero luego como por arte de magia me siguió el beso. Arrepentida me alejo de él apartando su mano de mi cadera la cual nunca percibí y salí corriendo a mi cuarto enojada con migo misma por tal estupidez.

Seguramente ese niñato se creería cualquier cosa que no era, así que sin pensármelo dos veces bajé a dejarle bien en claro las cosas. Lo sé, soy rara; salgo corriendo después del beso y ni 20 segundos después estoy bajando para hablar con él. Cuando lo encuentro estaba sentado en el sillón tocándose los labios recién besados por mí, si será bien estúpido pensé

-no quiero nada con vos, no me gustas, no pasará ni debe pasar nada

Al principio se sobresaltó por mi repentino aparecer, y luego se paró acercándose y tomándome la mano

-lo siento pero ya has causado ese algo en mi- dijo de una manera ridículamente romántica imitando una escena de Shakespeare burlándose de mí

Lo miré entre estupefacta y asqueada -tienes novia, y tuve el grave error de besarte con la única intención de que te callaras, olvídalo ya.

-no quiero olvidarlo linda

-imbécil - murmuré mientras me dirigía a mi habitación

-te quiero- se burló canturreando eso último

-cállate y ve a jugar con tus muñecas inflables

-quieres ser una de ellas?

-inútil

-bye- dijo yéndose por la cocina

Subí a mi cuarto y me dispuse a dormir, no quería cenar, quería ir a la universidad esa, quería hablar con uno de los mellizos, quería terminar rápido esta misión para así irme en un veloz e imperceptible parpadear.

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Me despertaron unos leves golpes en la puerta de mi habitación, y la historia se vino a mi mente

Soy Lara Stone tengo 18 años soy una estudiante de intercambio, bla bla bla. Estaba en USA en la casa de unos extraños que habían decidido acogerme y era mi primer día de universidad

Qué asco

Me asome a la puerta y me encontré con Clara que me dijo que tenía una hora para prepararme para la universidad. No quise mirar la hora porque sabía que era tarde y que me enojaría con migo misma por haber seguido durmiendo cuando siempre me he despertado temprano, y por no haber puesto mi propia alarma. Fui al baño, me di una ducha rápida y luego, envuelta en una toalla me fui al guardarropa. Si quería que esos mellizos se fijaran en mí, debía ir extravagante, aunque signifique que no solo atraiga las miradas de los mellizos sino las de todo el sexo masculino de la uni.

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