Felix, un sacerdote una vez respetado y venerado en su templo, se encuentra en una situación inesperada cuando es expulsado y enviado a un internado para jóvenes mujeres rebeldes. En este nuevo entorno, Felix se ve inmerso en un mundo completamente...
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Capítulo 14 Cambios
Quería seguir cometiendo este error una, otra y otra vez, todas las veces seguidas que se puedan hacer con esta persona por el resto de mi vida si es posible. Sencillamente que no era lo correcto, no estaba bien, no se veía genial delante de los ojos de nadie, muchísimo menos de Cristo, o de todos los Santos a quien creía, alababa y daba de mí al cien por ciento. Empero, aun cuando los dos estábamos a punto de entregarnos, de nuevo, en cuerpo y alma, tuvimos que detener todo porque las puertas se encontraban abiertas, no quería tener ningún problema, al menos que Cho Mi Sae lo tenga por mi error.
Un error que debo de arreglar lo cuanto antes.
Antes de que ella pueda ir a cerrar las puertas para que podamos sellar nuestros pecados en estas paredes de cemento, de las puertas aparecen la Madre Superiora y el Padre Kim, anunciándonos que debíamos de ir a reunir a las niñas porque habría unas cosas de mucha importancia que debían de saber, por lo que Cho Mi Sae se tuvo que ir con la Madre Bang Jun Yeong entre que el Padre Kim Hwang me comentaba de qué se trataba, y era lo que más temía, pero no por mí, sino por las alumnas de este establecimiento.
—Entonces, ¿es oficial?
—Hoy me llegó la confirmación de la Asamblea que se encarga de estas asociaciones, al parecer no les gusta la forma en que educamos a las niñas y quieren que otras personas vengan a hacer el verdadero trabajo. Les voy a pedir que mantengan discreción por el momento, queremos decirles a las niñas la verdad, pero... no toda la verdad. —relató serenamente la Hermana Superiora.
Se podía ver en su mirada que no le agradó nada la noticia. No obstante, no fue a la única que no le gustaba en lo absoluto tener que escuchar las malas nuevas noticias debido a que la Hermana Lily está con el ceño castaño fruncido.
—¿Qué haremos con Uchinaga Aeri?
—Con todas querrás decir, Hermana.
—No, sacerdote. —contestó la Hermana ante el comentario de mi compañero de habitación.—Estoy muy segura de quiénes vendrán, así que temo por Aeri, ella ya tiene la mayoría de edad. La van a sacar a patadas del internado, ¿qué pasará con ella? Me preocupa demasiado.
—Mejor no nos preocu...
—¡Es que no puedo! No puedo permitir que la dejen fuera de aquí, Hermana Superiora. Aeri se crió en este lugar y es injusto que le hagan eso. Tú y yo sabemos muy bien que ellas serían capaces de hacerlo, velo por su seguridad, es muy importante para mí todas las niñas, pero mucho más ella.
—Ven conmigo. Sacerdotes, reúnan al resto de las niñas, por favor.
—Sí, Hermana.
—Así será.
—Bueno, muchachos. Ya la escucharon, vámonos.
Anunció el Sacerdote Yoo Min Woo, ocasionando que los tres nos vayamos de ese salón a buscar al resto de las niñas y llevarlas a la capilla en donde se daría la noticia que nos han estado manteniendo en silencio hasta saber la verdad. Únicamente que eso me hacía pensar en lo que va a pasar con nosotros, eso me hace hacerme la pregunta de qué va a suceder conmigo, si las Hermanas se van... ¿Nosotros también? ¿Van a dejar a las niñas con otras personas que parecen ser mucho peores que las personas que conozco hoy en día? Agh. ¿Por qué me metí en esto?
