Felix, un sacerdote una vez respetado y venerado en su templo, se encuentra en una situación inesperada cuando es expulsado y enviado a un internado para jóvenes mujeres rebeldes. En este nuevo entorno, Felix se ve inmerso en un mundo completamente...
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Capítulo 9 El pecado de Felix
Fumaba como si nada, creyendo que estaba en un área solitaria, pensando que la mayoría se encontraban durmiendo y descansando luego de un largo día conviviendo con sus familias.
Sí, esos grupos de gente que han abandonado a sus hijas en un sitio en donde lo único que hacían es volverlos más rebeldes que antes, o quién sabe, probablemente, convirtiéndolos en unos monstruos sin remedio alguno. Sacudió se cabeza de haber pensado en aquello, aprovechando en exhalar todo el humo que estuvo aguantando dentro de su boca, porque estar pensando ocasiona que detenga parte de su movilidad y razonamiento.
Chae Hyun se paró de esos bancos marrones con alguna astilla que en cualquier momento le entraría en el fondo de la piel, dispuesta en volver a su habitación, únicamente que unos sonidos hacen que voltee. Intentando buscar esa voz que la interrumpió, solo que se asustó cuando frente a ella se colocó el sacerdote que no quería ver, ya que le tenía demasiado terror después del último encuentro en la cual fue obligada a asistir con él a mirar lo que hacía con normalidad. Sin embargo, antes de que pueda decir o hacer algo a su defensa, sus fanales chocolates pasan detrás del hombre vestido de negro con su ceño fruncido.
—Dios Santos, Kim Chae Hyun, ¿consumiendo hongos y no me convidas? Ahora por eso vas a hacer servicio comunitario. —el Sacerdote Eun Woo comentó, pero alzó sus cejas aterrado de que la menor lo haya oído.
Cosa que sí hizo, simplemente que su atención se centró en lo que estaba detrás del vidrio enorme. Aun cuando, por dentro de igual modo se hallana pensando en que después de salir de esta conversación vergonzante, Kim lo amenazaría, o haría algo mucho peor, para que hagan un intercambio de datos, debido a que Chae Hyun no quería asistir más a los encuentros en donde va el Sacerdote Cha Eun Woo.
—Demonios, los hongos están haciendo efecto, porque jamás vi a un sacerdote recibiendo sexo oral.
—¿Cómo? —él se volteó, observando lo mismo que la adolescente. Se acercó más al vidrio que los dividía de la capilla donde el Sacerdote Felix daba la misa, por lo que desplegó sus belfos rosados, impresionado de lo que se encontraba viendo.—Dame un poco de eso, Kim, porque siento que jamás me borraré la imagen mental de mi compañero de cuarto gozando de un pete.
