Felix, un sacerdote una vez respetado y venerado en su templo, se encuentra en una situación inesperada cuando es expulsado y enviado a un internado para jóvenes mujeres rebeldes. En este nuevo entorno, Felix se ve inmerso en un mundo completamente...
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Capítulo 1 Felix
Desde que era un crío se implementó en su vida que Dios era lo más importante de todo y de cualquier cosa a su alrededor, fue criado como un niño de bien, si hacía algo en contra de las reglas tenía un castigo muy cruel para su corta edad. Por la cabeza del pecoso pasaban pensamientos contrarios a los de su madre, pero sabía que eran opiniones erróneas que debía de borrar si no quería seguir castigado.
Decir malas palabras están en contra del sistema y pensar en mujeres también.
En la única mujer que tenía permitido pensar era en su madre y hermana menor, después en nadie más. Muchísimo menos tener pensamientos impuros, porque esas cosas eran del diablo; La tentación, la envidia, la codicia y el deseo no era algo que esté implementado en la cabeza de Lee Felix. Cuando era un preadolescente creía que su madre estaba exagerando un poco sobre sus creencias, pensaba que se lo tomaba muy en serio y que eso podría hacer que la mayoría de sus amigos se alejaran de su vida, empero, al final del día le iba a agradecer demasiado por aquello debido a que hoy más que nunca era lo que es gracias a ella.
A los 18 años tomó la audacia de convertirse en un respetado sacerdote, en el minuto en que su madre, Suh Li Na, supo sobre la noticia se sintió bendita y encantada, más en el instante en que dio su primera misa, toda la familia estuvo allí y presenció gran presentación del más joven de los hombres de la familia Suh. Él más que nadie quería observar el impacto en su rostros, entonces, ya no pudo más de la felicidad que eso le generaba, y comenzó a hacerlo cada vez con más intención, con más ganas, tanto que por un momento se olvidó de sus extrañezas.
Siempre creyó que era distinto que al resto.
Al resto de su familia y de los hombres del clan mismo, porque su prioridad nunca fue Dios, la comunidad o siquiera en ser el sumiso ante las reglas que le imponía la iglesia. Felix vivía todo el día pensando en jugar con sus vecinos, ver películas hasta la medianoche, divertirse con sus amigos hasta caer rendido en el suelo, descubrir su sexualidad, saber para qué servía el falo que colgaba de sus piernas, averigüar por qué tenía calor cada vez que veía a una de sus camaradas del séptimo año lucir el uniforme femenino de la escuela. ¡Tenía mucho por investigar! Solo que eran cosas que se quedaron en el olvido al paso del tiempo.
Su padre falleció cuando él tenía 5 años, su tío, Lee Jack, fue el único hombre que decidió ser parte de la vida de sus sobrinos, únicamente, porque a la familia de su padre no le agradaba para nada Li Na. Esa mujer ha perdido todo gracias a sus creencias, hasta a su mismo esposo, Jack en el tiempo en que le comentó al pecoso que a su padre nunca le llamó la atención Dios se sorprendió, su madre siempre rezaba por él y decía cosas que, supuestamente, han vivido antes de su fallecimiento. Obvio que el menor no dudó en decir que deseaba ser cómo su padre, hasta que su mamá lo escuchó y fue castigado.
