KionxRani ♡El Amor Lo Puede Todo♡

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Capitulo 42

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El celular de ella sonó provocando que yo me sobresaltara e interrumpiendo el momento. Me molesté por dentro, mi momento de talvez revelar sentimientos con ella se fue.

–Kion yo... -dijo tratando de mirarme pero no podía- y-ya te-tengo que irme -se dio la vuelta pero involuntariamente le tomé de la mano-

–¡Espera! Y-yo... no q-quise... -antes de que dijese más, ella me interrumpió-

–No Kion... no hace falta que te disculpes solo... quiero irme -quizo alejarse de mi-

–Pero solo quiero...

–¡No! Esta bien... tengo que irme -ella se fue sin mirar atrás-

Me quedé ahí parado, mirando como se iba casi corriendo, no entendía lo que acababa de pasar, por un momento nos encontrábamos en un momento romántico y de la nada ella solo se fue; talvez esta sea una señal de que... yo no le intereso y que lo mejor para mi es seguir con el plan solo que ahora no se como continuará mi amistad con ella, sé que puedo acercarme de igual manera con Keydi pero... una parte de mi no quiere perderla.

No sé que es lo que me está pasando, esto solo era por el trabajo de debía de realizar pero nunca creí que me afectaría tanto en el área sentimental... otra vez.

Estaba a punto de irme cuando de pronto escuché un ruido, miré en el suelo y ahí estaba su teléfono,  se le había caído cuando salió corriendo. Lo levanté e inmediatamente pensé en ir a devolvérselo pero sentía nervios por lo sucedido anteriormente, pero tampoco podía quedarme con él así que tuve que hacerlo. Regresé a mi auto y fui a la casa de Rani.

Cuando llegué bajé del auto y fui hacia la puerta para tocarla. Pasaron unos minutos y ella salió... en toalla.

–Hola -saludé nerviosamente-

–¡Kion! ¿¡que haces aquí!? -me preguntó sorprendida-

–Bu-bueno... -no podía concentrarme con solo pensar en ese posible beso pero más viéndola frente a mi envuelta en toalla-

Se le podía marcar sus fina figura y sus pechos resaltaban muy bien. En este momento mi mente pervertida no dejaba de imaginar un millón de cosas sobre ella, sé que esta mal pero, tratándose de Rani, es casi imposible resistirse.

Ahora me arrepiento de no haberle robado siquiera un beso.

Ella bajó su mirada para verse a mi misma y de golpe, cerró la puerta en mi cara. Me sentí un poco avergonzado por haberla incomodado de tal forma aunque no pude reisistir, sentía un leve ardor en mis mejillas con solo imaginarla y sin querer sonreí levemente.

–¿¡que quieres!? -gritó desde adentro-

–So-solo vengo a-a e-entregarte tu... celular -respondí tratando de mantener la serenidad pero me era imposible

–¿¡Mi celular!? -preguntó-

–Si -respondí-

Abrió un poco la puerta y solamente sacó su cabeza y su brazo para recibir su teléfono.

–Gracias -dijo-

–De nada

–¿Que pasó? -preguntó refiriéndose a su teléfono-

–Bueno al salir corriendo... vi que se te cayó y bueno... vine a devolvertelo -mencioné de una forma más calmada-

–¿Como no me di cuenta? -susurró- Bueno... gracias por traerlo