xiv. cansado

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Diciembre
 Jueves, semana 5
 08.00 p.m.

No había estrellas a la vista la noche en que Hongjoong decidió mandarle ese último mensaje a Song Mingi.

Perdón, decía.

 Su misma consciencia no le permitió continuarlo.

[Perdón, ya no aguanto...]

[Perdón.]

°°°

 Diciembre
 Lunes, semana 5

 06.39 p.m.

Desde que los chicos abandonaron Smaralda Raerte, Yeosang no había recibido ninguna llamada de Hongjoong, ni de Wooyoung, ni de Jongho.

 Su teléfono guardaba silencio como una pieza de decoración más en el escritorio de su habitación. Pero sus ojos funcionaban y su magia igual, por lo que se permitía a veces (cada hora) visitar a sus amigos aunque fuera a escondidas, con la excusa de que podía protegerlos desde ahí en donde se encontraba.

 La verdad era que simplemente también quería participar en la diversión del evento que estaban organizando.

 La otra verdad era que simplemente los extrañaba.

 Y con la compañía de dos demonios habitando en él, sentía que era mejor desprenderse de la realidad que quedarse a solas con sus pensamientos y los de dos entidades más.

 El Rey de las Sombras hablaba todo lo que Maddox probaba callar. Su guardián se había vuelto todavía más presente, más molestoso incluso. Yeosang jamás imaginó que llegaría osar tener tales pensamientos sobre un dios. Pero estaban ahí, vivos.

Es tiempo de practicar, la sombra de su apariencia apareció sentada en su cama, más nítida que nunca. Un joven de cabello hasta los hombros y rostro de ángel apareció a un lado, sus miles de ojos se cerraron, indispuestos a ver las dos presencias a las que debía hacerles compañía.

 —Gad no está disponible —el pelinegro comentó.

 —Ya no lo necesitas —su guardián respondió.

 Yeosang le dedicó la primera mirada del día, cargada de estrés y apatía.

 —Tú no me vas a detener si llego a salirme de control. No creas que soy tan estúpido como para no saber por qué estás dejándome consumir toda tu magia.

 El rey sonrió una sonrisa prestada, un gesto que no le pertenecía.

 —Nunca pensé que fueras estúpido, Yeosang —confesó.

 —Nunca pensé que fueras amable tampoco —su protegido contestó—. Tomaste provecho de mi desesperación... y mira como acabó —el joven tomó una pausa para distraerse con la vida existente detrás de su ventana, de las personas pasando y los carros iluminando el camino—. No dejaré que consumas mi alma tan fácil como esperas, ¿entendido? Te daré pelea.

 La risa del rey fue profunda al escuchar esas palabras. Fue un sonido que intentaba ser cálido pero no lo lograba en lo absoluto.

 —No esperaba menos de ti.

 Una llamada entró al teléfono de Yeosang, sus ojos brillando con anticipación.

 —Ya estoy libre —era Gad. El brillo abandonó los ojos de Yeosang tan pronto leyó aquel nombre en la pantalla.

 —Apresúrate a venir entonces —dijo.

 Colgó.

°°°

The Thoughts I Thought I Had Were You All This Time -minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora