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En mi casa lo pasamos genial, nos hicimos un maratón de películas mientras comíamos palomitas sin parar. Bueno, las que comían más palomitas éramos Alba, Sira y yo, porque los chicos no podían comerlas por la dichosa dieta.

Y hoy, por fin, después de una semana íbamos a ir a grabar el vídeo de publicidad.

Iba a ser una cosa corta, pero tardaríamos un día entero en grabarlo.

Yo estaba muy emocionada por hacerlo, normalmente no me gusta salirme de la rutina normal pero últimamente lo estaba haciendo bastante y no me quejaba.

Gavi hacía que me sintiera bien en todos los sitios que estábamos y me encantaba la forma en la que me tiraba indirectas. Este chico no tenia nada de vergüenza y siempre estaba tirándome la caña delante de sus amigos, que ahora también eran los míos. También me besaba de vez en cuando. Sus labios eran como una droga, cada vez que me besaba necesitaba más.

Me estaba pillando mucho y no me daba ni una pizca de gracia.

Hoy habíamos quedado Pablo y yo media hora antes en la cafetería ya que hoy iba a estar cerrada por la grabación.

El día anterior Gavi me había mandado un mensaje preguntándome que si me venía a buscar para ir juntos, pero yo me negué ya que así iba antes para preparar la cafetería.

Una vez preparada, salí de mi piso y me subí a mi coche para ir a la cafetería.

Una vez estaba dentro abrí todas las luces y bajé las sillas de las mesas.

Al poco rato de acabar se escuchó la puerta abrirse y unas voces hablando.

—Hola.—dijo Pablo dándome un abrazo.—Perdón por traer a estos, pero estaban demasiado pesados con querer venir.

Nos separamos del abrazo y yo me quedé sorprendida al ver la cantidad de jugadores que se habían apuntado para venir.

—¿Saben que no pueden salir en el vídeo?.—pregunté.

—Supongo...—dijo rascándose la nuca con una mano y dirigiendo la mirada hacia otro sitio.

—¡Pablo! ¡¿no se lo has dicho?!.

—Es que estaban tan pesados que no me dejaron decir nada.—se defendió alzando los hombros.—Los únicos que pueden son Héctor y Aleix, que he hecho el favor de traértelos.—intentó solucionar.

—Al menos...—murmuré.—Ahora vas y se lo explicas tú a todos, yo no lo voy a hacer.

—Que si, vale, pero no te enfades.—dijo dándome un beso en la frente y luego yéndose donde estaban todos sus amigos.

Desde lejos vi sus caras de decepción al enterarse que no saldrían en el vídeo y luego vi como le daban collejas.

Estaba embobada mirándole con una sonrisa tonta en la cara hasta que alguien habló a mi lado, dándome un susto de miedo.

—Es guapo eh.—dijo Dani, que se ve que acababa de llegar.

—Joder que susto me has dado.—dije poniéndome una mano en el pecho.

—Ni que fuera un fantasma.—rodó los ojos.

—Pues con estas pintas de recién levantado lo pareces.—me burlé de él.

—Tengo excusa, el gato estaba enfermo y no me ha dejado dormir.—se excusó.

Yo puse una cara de pena y después hablé.

—Ay...—dije apenada.—¿Que le ha pasado al pobre Dani Jr?

Así es, Dani le había puesto su nombre a su gato. No había persona más rara en este planeta que Dani. Cuando hablaba con desconocidos de su gato la gente se pensaba que tenia un hijo y luego se reían cuando se daban cuenta que era un gato.

Jugador desconocido-Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora