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Miraba aquella casa con detenimiento.

Le hacía falta cuidado...

Iba a tocar la pequeña puerta astillada, aún cuando sabia que el otro estaba dormido, pero se detuvo.

No quería molestarlo. No lo conocía tan bien para saber como actuaría, pero tal vez podría actuar como Knuckles cuando le quitan el collar de Esmeralda.

Y no quería confrontar a un Sonic molesto...

Mordió su labio, su mano desnuda tomo el picaporte y lo giro. Agacho sus orejas ante el ligero chirrido de la puerta, hasta abrirla por completo y se atrevió a dar un paso dentro.

El erizo azul seguía dormido en aquella almohada grande, hecho bolita, acurrucado entre si, le daba la espalda. Podía ver su tranquila respiración, volvió a morder su labio y salió de aquella casa.

El erizo azul hizo un puchero.

Maldita sea, Shadow...

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Hoy el abuelo los metió a su oficina. Tal parece que estaba organizando unos documentos.

Miraba desde uno de los estantes del enorme librero que tenia. Estaba escribiendo demasiado rápido. Ni siquiera había visto a Maria escribir de esa forma ayer con su tarea.

Sus orejita se alzaron, viendo a Shadow caminar cercas del Dr. Robotnik. Se veía adorable mientras le acercaba aquella carpeta color verde.

Al inicio había visto a Shadow muy cooperativo. Ayudaba a Maria con la tarea, la despertaba y si hacia desastres, el mismo los arreglaba. No había entendido porque, pero viendo lo amables que eran, lo sabia.

Tal vez Shadow también venía de un dueño abusivo, por eso no le gustaba que lo tocarán o lo habían abandonado a su suerte, como aquellos gatos callejeros que veía...

No era adecuado preguntar por ahora.

Pero esperaba que pudiera dejar el pasado atrás.

Se hizo bolita y saltó hasta el escritorio, un salto perfecto, sonrió. Vio hacia el Doctor, que lo miraba... ¿Contento? Era difícil con aquel bigote...

Iba a preguntarle a Shadow como podía entender sus expresiones, pero justo cuando había volteado a su dirección, este hacia lo mismo o había estado haciendo lo mismo.

—¿Sucede algo?— Shadow miraba el librero, luego a el, luego al librero—. ¿Shadow?

El nombrado agitó una oreja y negó. Sonic inclino una de las suyas, confundido.

Escucho una risa, miro hacia el humano. Los había estado viendo con mucha atención, sólo escuchando los chillidos de Sonic.

—Siempre a sido así.— Lo miró un poco avergonzado—. Aun con nosotros, tardó en confiar cuando llego aquí.

Sonic rasco nervioso su hombro, escucho un "Mhn" detrás suyo. Miró hacia el azabache, se dirigía hacia la única puerta de la oficina.

—Lo siento, es muy sensible con el tema, no lo tomes a pecho.— Miró de nuevo al abuelo Gerald—. Tails vendrá a comer con Amy, deberías aprovechar y preguntar como se acerco a él, es su primer amigo.

Asintió y su colita se agitó, emocionado. Tal vez podría comenzar con algo si "Tails" le daba alguna pista. Miró sus manitas, desde ayer estaban desnudas, al igual que sus pies, al igual que Shadow.

Mostró sus manos, el doctor pensó un momento, intentando descifrar el mensaje y asintió.

Se fue de aquel lugar en una estela azul. El abuelo sonrió, asombrado, no sabia que el laboratorio había creado otro erizo con super velocidad y justo también lo cuidaba su nieta.

Redacto otro correo, preguntando el propósito de las habilidades de los antropomorfos.

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—¡Shadow, Tails vendrá!— gritó, apenas llegar a la habitación de Maria.

Se había ganado una mirada confundida e interrogativa del azabache que estaba del otro lado del cristal, junto al bebedero.

—Me lo a dicho el Dr. Robotnik.— Ahora las cejas del azabache de alzaron, ahí estaba su respuesta—. ¿Me podrías dar guantes y calcetines?

Agitó sus manitas, dejando ver su color durazno. Shadow miro las suyas, también iba "desnudo" y recordó que Maria no había tenido un cambio para Sonic y no quería que se viera o sintiera diferente y también lo dejo sin nada...

Vio como suspiraba y su manita bicolor se posaba en su mentón. Sus rubí ojos se fueron hasta el reloj y su mano trono los dedos mientras agitaba una orejita.

—¿Sabes usar las tijeras?— Aquello lo tomo desprevenido, pero asintió.

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Era el centro de atención y le divertía, pero no le gustaba que aquella chica con el cabello color fantasía rosado le quisiera cerca a cada rato.

Disimuladamente había estado dando pequeños pasos en dirección a Maria, intentando salir de su campo de visión y esperando a que la conversación la distrajera.

Corrió despacio hasta la pálida mano de la chica, escucho como Maria reía y subió la vista, lo veía con ternura, le sonrió de vuelta y fijo su vista al otro lado de la mesa.

Shadow hablaba con Tails, mientras seguia quitandose el labial rosado de su rostro, un zorrito amarillo de dos colas.

—¡Ah! ¡Se fue!— Se quedo de piedra, pero sintió como era jalado de su brazo.

—Olvidalo, Amy. Cuando Knux se encariña con algo, es difícil quitarselo.— Ahora hablo la albina, viendo todo con diversion.

Miró hacia su salvador, aquel equidna rojo que había huido de su dueña en cuanto salio del bolso. Le sonrió.

—¿Estás bien? A veces Amy hace eso, la última vez se encariño con Silver.— No sabia quien era Silver, pero asintió.— Uff, amigo, mira esos moretones.

Oh, había olvidado vendarse...

—Están sanando, eran más graves.— Knux asintió, aún viendo los moretones.

—Shadow dijo que te estrellaste con un pino.— Frunció el ceño, indignado, ¿De verdad les había dicho aquello?— ¿De verdad tienes super velocidad?

Asintió, emocionado y siguió hablando con el equidna. Se habían relajado, juguetearon y después de un rato, se estaban peleando... Pero no peleando a golpes... Era un juego de fuerza, quien empujaba más.

Shadow rodo los ojos, entre divertido y fastidiado, era la primera vez que tenia compañía y haya iba a generar un juego de fuerza bruta.

—Sólo espero que Knuckles no le deje más moretones.

Tails rió. Miraba en la dirección del nuevo dúo de amigos, parecían llevarse bien y eso hizo que Shadow suspiraba aliviado.

—No creí que te preocupara tanto.— Shadow le mostró los colmillos. El zorro no se alteró, el sabia que no era una amenaza, pero si pedía que dejara el tema de lado.

Tails sonrió, una pequeña sonrisa con ligera malicia.

—¡Hey, Sonic!— Llamo al erizo, que seguía en aquella pequeña batalla.

¿De qué querían hablar?

Un pequeño amor. (Sonadow/Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora