Veía aquel erizo con detenimiento.
Cada púa.
Sus alocado color azul.
Sus brazos.
Su pecho.
Si bien, era un erizo, tenia entendido que querían diseñarlos a su semejanza.
Con vetas y más pelo.
Silver era un buen ejemplo.
¿Pero el que sabia? Este era el segundo erizo (sin contarse) que veía.
Él solo había sido un prototipo...
¿O acaso era hembra?
Se sobresalto cuando vio que se levantaba hasta sentarse mientras tomaba su cabeza, se quejaba de dolor.
-Has chocado contra un pino.- mencionó, intentando parecer tranquilo, pero tenía los nervios a flor de piel.
Maria se había ido hace rato por las clases, otra vez. Apenas y había comido después de haber atendido al erizo azul.
-¿Donde estoy? ¿Quien eres?- El ceruleo lo miraba con detenimiento y cierta ansiedad.
El azabache comenzó a jugar con los anillos de sus muñecas. Dos ansiosos en una habitación era lo peor que podía suceder.
Unos suaves golpes en la puerta lo sacaron de su trance, miró hacia la derecha, observando al abuelo Robotnik asomarse, traía una bandeja plateada y sonrió amistosamente.
-Espero no interrumpir.- Comentó, entrando hasta la orilla de la cama y dejando la bandeja.- He traído comida y un cambio de vendas para tu nuevo amigo.
Shadow lo miró con algo de alivio y agradecimiento, asintió, ignorando el evidente destello del otro erizo. Observó como el adulto se retiraba.
Ahora si miró hacia el ceruleo que observaba la bandeja con detenimiento. Podía ver como su negra naricita se movía, olfateando el contenido.
Se levantó y camino hasta la bandeja, tomó aquel platito y la tácita de té de porcelana llena de leche, caminó de nuevo hasta el erizo y se los ofreció.
Aquellos ojos verdes lo miraron detenidamente y con cuidado tomó las cosas, rápidamente degusto todo, tenía días qué no probaba bocado.
El de ojos rubí había suspirando de alivio, se habían detenido (por ahora) las preguntas, había asumido que despertaría hasta que llegara Maria, pero no siempre carga con buena suerte...
-¿Cómo te llamas?
Demonios...
Había terminado de comer y miraba con detenimiento aquel erizo oscuro, vio como se tensaba ante la pregunta y miraba hacia otro lado, sus verdes ojos observaban como se rascaba el dorso de su mano enguantada.
-¡Soy Sonic!- Se animó a decir, aquellas orejas oscuras se hacían hacia atrás, casi pegando se al cráneo y el pequeño ceño se fruncia en un debate interno.
-Me llamo Shadow...
-¿Shadow? ¿No es un nombre poco común para un erizo?
Ay, no, más preguntas. María había elegido el nombre, nunca pregunto porque, digo, aquella joven le habia hecho olvidar aquellos tormentos, ¿Porqué preguntar?
Sus púas se erizaron cuando la puerta abrió de golpe, dejando ver a aquella rubia jadeando. Ambos erizos la observaban en silencio, intentaban tranquilizarse.
Shadow miró hacia el reloj era relativamente tarde, justo cuando las clases de Maria debían terminar y hacia de camino en tren.
-Lo lamento, lo lamento.- ríe nerviosamente, viendo como el erizo azul seguía temblando en su lugar.- Soy Maria Robotnik.
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Un pequeño amor. (Sonadow/Shadonic)
Diversos𝙷𝚊𝚋í𝚊 𝚟𝚒𝚜𝚝𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚎𝚕𝚕𝚊𝚋𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚙𝚒𝚗𝚘 𝚢 𝚊𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎𝚛í𝚊 𝚌𝚊𝚖𝚋𝚒𝚊𝚛𝚕𝚎 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊. 𝙴𝚜𝚎 𝚎𝚛𝚒𝚣𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚋𝚊 𝚕𝚘𝚌𝚘. 𝙿𝚎𝚛𝚘 𝚝𝚊𝚕 𝚟𝚎𝚣 𝚢 𝚜ó𝚕𝚘 𝚝𝚊𝚕 𝚟𝚎𝚣, 𝚕𝚎 𝚍𝚊𝚛í𝚊 𝚕�...