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Tenian viviendo dos semanas juntos.

Era fin de semana. Bueno... Viernes por la tarde, habían cancelado las clases de Maria y habían estado remodelando la casita de Sonic.

Y Sonic estaba que se arrancaba las púas.

No era nada malo, estaba muy contento con su casita, pero el hecho de que Shadow no le había hablado en todo el día, le desesperaba.

Tails se lo explicó, Tails se lo dijo, pero a su pequeño cuerpo le gustaban la cosas rápidas, la paciencia era una virtud escasa para él. Tenia dos semanas (desde su llegada) y casi podía contar las veces que había hablado con el azabache.

Mordió aquel pétalo blanco, repasaba una y otra vez lo que aquel zorrito había dicho.

"Tienes que tenerle paciencia"

Sí, el abuelo le había dicho lo mismo.

"Acércate poco a poco"

También lo había hecho. Ahora no se ponía tan nervioso cuando estaba a tres pasos de él...

"Has conversaciones cortas"

¡Mentira! Apenas y respondía con un "Uhm" y rara vez con un sí o no.

Desde que le pregunto por las tijeras y empezaron a hacer unos guantes y calcetines nuevos, no le había dicho más nada.

Y sin saberlo su patita comenzó a zapatear rápidamente mientras gruñia desde la garganta.

Volvió a morder el pétalo. Intentando recordar los otros consejos.

—¿Quieres salir?— Eso lo distrajo de su berrinche, miró hacia arriba. María lo veía desde una postura algo rara—. Creo que te ves un poco mejor, sólo será al jardín.

Aquel día estaba nublado y hacia más frío, ¿Pero como podía negar una pequeña salida al mundo? ¿Al aire fresco?

Asintió desenfrenadamente, casi convirtiéndose en un borrón.

—¿Shadow? ¿Puedes buscar otra chaqueta?

Escucho un "Voy" del otro lado de la habitación.

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Una chaqueta de motociclista no era su mejor Look, pero vaya que esa lo tenia encantado. Olía a lavanda. El impulso de tomar el cuello e inhalar profundamente fue ahogado... Por poco.

Shadow se acerco a él, colocando le la bufanda negra. El ceruleo veía aquellos rubis que se quedaban fijos en sus movimientos y un leve sonrojo apareció en sus mejillas. Ahora usaba unos bonitos brazaletes gemelos dorados.

Era lo más cerca que había estado del erizo azabache y su pequeño corazoncito quería explotar... ¿O era un infarto? Da igual, era feliz.

Pero mentalmente sumó dos cicatrices más a su conteo...

—¡Ya estamos listos!— Maria bajó y Sonic comenzó a ir de un pie a otro. Quería salir, quería salir.

—¡Vamos, vamos!— Los pequeños chillidos emocionados no se hacían esperar en la entrada.

—Y... ¡Listo!— Abrió la puerta.

Y una estela salio en dirección al jardín. Corriendo de un lado a otro.

Eso asombro a ambos presentes. Si Sonic lo hubiera pedido, lo habrían dejado salir al jardín con compañía... Pero eso no lo sabia, ninguno de ellos le había dicho nada al pequeño erizo azul.

Sonic se detuvo a mitad del pase, mirándolos con euforia, su colita no paraba de agitarse. La joven rió, aquello fue muy gracioso, no se lo esperaba para nada, pero debió de suponerlo, lo tenia encerrado dos semanas por sus moretones.

Un pequeño amor. (Sonadow/Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora