13 - Dos fuerzas chocando

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—Dios, no, no, no —dice mamá, caminando de un lado al otro con ambas manos en su cabeza, desesperada

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—Dios, no, no, no —dice mamá, caminando de un lado al otro con ambas manos en su cabeza, desesperada. —Dios mío, Dahlia. ¿Cómo se te ocurre entregar a Deimos tan fácilmente?

La oficina de mamá es un lugar oscuro y lleno de libros, lo cual en este momento me resulta incómodo debido a la brecha abierta que aún tengo en mi interior. Sin embargo, el estar solas ella y yo supongo que me tranquiliza un poco más, ya que si Astra estuviera aquí, las cosas serían incomodas.

—¡Entiéndelo, mamá! Deimos es destructiva y me mintió. Estar con ella solo me hacía daño.

Mi madre se detiene y me mira con una mezcla de incredulidad y preocupación en sus ojos. Sus manos tiemblan ligeramente mientras se apoya en el escritorio.

—Dahlia, cariño, entiendo que estés pasando por un momento difícil, pero Deimos es tu demonia. No puedes simplemente alejarte de ella así como así. ¿No puedes buscar una forma de solucionar las cosas?

Sus palabras me golpean como un rayo. Siento el peso de la responsabilidad y la culpa en mis hombros. Sé que mi madre tiene razón, pero no puedo evitar recordar que Deimos me ha lastimado emocionalmente. Intento explicarle lo que he estado sintiendo.

—Mamá, no la alejaré de mí para siempre. Buscaré una solución.

Mamá niega con la cabeza.

—Soluciones! Dahlia, por favor, entiende que las soluciones no siempre son fáciles de encontrar. A veces, las situaciones complicadas requieren tiempo, paciencia y esfuerzo.

Mamá se da la vuelta, mirando por la ventana que hay encima de su escritorio mientras respira profundamente.

Mamá sabe que esto nos traerá demasiados problemas, principalmente porque tener un demonio era parte de la ley y si no tuviera uno, la policía acabaría tocando a mi puerta.

—Dahlia, vas a ir y buscar a Deimos.

—¿Qué? No —le imploro, sintiendo cómo el nudo en mi garganta se hace más apretado. —No puedo enfrentarme a ella de nuevo. No quiero que me haga más daño.

Mi madre gira rápidamente hacia mí, preocupación en sus ojos.

—Dahlia, escúchame. Sé que es difícil, pero no puedes escapar de tus responsabilidades. Tener a Deimos es una cuestión legal, pero también es una conexión que va más allá. Sé que ha sido difícil para ti, pero enfrentarla es la única forma de resolver esta situación.

Mamá se acerca y pone sus manos en mis hombros, tratando de darme consuelo.

—Quizás puedas hablar con ella, explicarle cómo te has sentido y lo que necesitas. A veces, las relaciones requieren diálogo y comprensión para funcionar. Deimos también tiene su parte buena, ¿recuerdas? Hubo momentos en los que se preocupó por ti, te protegió y te brindó apoyo.

Sus palabras me hacen recordar esos momentos, esos raros destellos de empatía en medio del caos que Deimos parecía disfrutar creando en mi vida. Pero, ¿qué pasa si sale mal? ¿Es posible arreglar algo que está roto?

Tres Enredos Mágicos (PRONTO CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora