Amor, magia y demonios, que podría salir mal?
En el encantador mundo de Dahlia Luminaris, los accidentes son un arte. ¿Qué podría salir mal al invocar a un demonio de destrucción en lugar de uno de protección? Solo Dahlia podría lograrlo con tanto e...
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Astra conducía siguiendo las indicaciones de Clover, quien se encontraba a mi lado en el asiento trasero, ajustando su cámara entre un montón de hojas sujetas en sus piernas que se hallaban en una carpeta.
El callejón seguía abierto, pero ahora estaba desolado debido a que a todos les inquietaba la idea de pasar por un lugar donde se había practicado magia negra. ¿Y quién no se sentiría inquieto? La magia negra era tan poderosa que incluso un simple contacto podía desencadenar lo peor.
Astra estacionó el coche. Miré por la ventana y el callejón tenía el aspecto de un lugar donde uno podría fácilmente encontrarse a un vampiro traficando drogas. La oscuridad era intensa, y esto se acentuaba aún más por la hora tardía. Los contenedores de basura rebosaban y telarañas adornaban los rincones. La única fuente de luz provenía de la luna y de un faro al final de la calle.
Tragué saliva, ansiosa.
El plan era sencillo: yo entraría, llevaría a cabo mis tareas de hechicería, subiríamos al coche y nos marcharíamos.
Sencillo.
Las tres salimos del coche, y antes de hacerlo, Clover tomó una foto con un destello tan brillante que podría haber dejado ciego a cualquiera. Al segundo, la foto emergió de la cámara y ella la guardó entre sus hojas.
—Podrías haber sido periodista —le dije, intentando aliviar la tensión. Clover sonrió tímidamente.
—Gracias, mi abuelo solía decírmelo.
Ambas nos sonreímos con ternura. Pude ver el brillo de nostalgia en sus ojos mientras miraba su cámara con una sonrisa. No pude evitar preguntarme por qué se dedicaba a las carreras cuando parecía gustarle tanto la fotografía, aunque, claro, eso era solo mi impresión.
Astra no prestaba mucha atención y se adentró de lleno en el callejón, sacando una bolsa de arroz de entre su chaqueta.
La seguimos, y Clover me entregó la bolsa. Observé el suelo con las manos temblando y el arroz en la mano.
Ambas se alejaron para darme espacio y libertad para comenzar. Abrí la bolsa y dispersé el arroz por el callejón, murmurando palabras mágicas.
"El pasado me persigue, el presente me atrapa."
"El pasado nublará mi mente y abrirá mis ojos."
"El presente me hablará y me llamará."
Al terminar, contemplé el círculo de arroz y supe que debía colocarme en su centro. Me senté en posición de loto, con las manos temblando sosteniendo el arroz.
"Que me revele la verdad, que me muestre la delgada línea entre el pasado y el presente, hasta que mis ojos se abran."
Murmuré, cerrando los ojos.
Escuché a Astra realizar su parte del ritual, esparciendo arroz alrededor del círculo mientras murmuraba otras palabras. Clover observaba con atención. Sentí su mirada nerviosa sobre mí y su indecisión acerca de tomar una foto.
