2 - Astra y Deimos

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Invocar al demonio equivocado es como ordenar una pizza con piña y que te entreguen una con salchichas y marshmallows

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Invocar al demonio equivocado es como ordenar una pizza con piña y que te entreguen una con salchichas y marshmallows. Simplemente no sale como esperabas. Tal vez debería considerar cambiar de hobby y dedicarme a la jardinería en lugar de la brujería, al menos los tomates no intentarían destruir el mundo. Además, tendría una buena salsa marinara para mis pizzas.

Al día siguiente, Deimos ya había dominado nuestra casa. Papá aseguraba haberla visto hurgando entre su ropa, incluso le robó los guantes elegantes a mamá para cubrir las marcas de sus brazos. Aunque no miento que se le veían genial.

—Los demonios de la destrucción recargan sus energías viendo o haciendo caos, así que habrá que ponerle un vídeo de casos de asesinatos para mantenerla estable —dice papá mientras ata su corbata para ir al trabajo en la oficina.

En solo un día, Deimos había logrado perder cosas de la casa más rápido que un mago hace desaparecer una moneda. Las llaves del auto, los libros y hasta el afilador de cuernos que le compré a Astra habían desaparecido misteriosamente, esta ultima me observaba con una mezcla de diversión y preocupación, asegurándose de que la demonia no hiciera otra maldad.

Astra, con los brazos cruzados, miraba cómo Deimos tropezaba con cada objeto que encontraba en su camino. Aunque Astra intentara mantener una expresión seria, sus ojos brillaban con diversión mientras Deimos desataba el caos en la casa. 

—¿Crees que deberíamos poner un letrero de "Peligro: Demonia suelta" en la puerta de entrada? —le pregunté a Astra, conteniendo la risa.

Ella me miró con una sonrisa traviesa y respondió:

—Eso podría espantar hasta a los licántropos que viven a un par de casas. Pero tal vez deberíamos considerarlo. No queremos que nadie entre sin estar preparado para una experiencia de este calibre.

Mientras tanto, Deimos continuaba su travesía por la casa. En su camino, encontró el libro favorito de mamá y decidió usarlo como un juguete de mordisqueo. Los pedazos de papel volaban por todas partes, creando una especie de nevada literaria en la sala de estar. Parecía que Deimos quería hacer una adaptación literal de "Alicia en el país de las maravillas".

Observando la escena desde la distancia, papá soltó un suspiro resignado y dijo:

—Debo ir a trabajar, Astra, confío en ti. Espero que la casa no desaparezca cuando regrese.

Astra le respondió con un gesto de cabeza afirmativo, mientras seguía vigilando cada movimiento de Deimos, que ahora parecía fascinada con el concepto de "lectura entretenida". Cuando papá apenas salió por la puerta, dejándonos solas en la casa, Astra caminó hacia la cocina, derrotada.

—Asegúrate de ponerle algo como una película de los hermanos Warren o alguna de Stephen King para que se tranquilice. Quién sabe, tal vez le guste un cameo en la próxima película de terror.

Mientras Astra se ocupaba de limpiar el caos dejado por Deimos y seguir con sus cosas de la casa. Decidí tomar el consejo y buscar una película de terror para distraer a la demonia. Me dirigí a la sala de estar y revisé la colección de películas en busca de algo que pudiera captar su atención.

Tres Enredos Mágicos (PRONTO CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora