19 - Resplandor

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Astra estaciona el auto frente a la mansión de los Gergon, donde, por cierto, estaban organizando una mega fiesta, de la cual obviamente desconozco los detalles, ya que mi familia no fue invitada

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Astra estaciona el auto frente a la mansión de los Gergon, donde, por cierto, estaban organizando una mega fiesta, de la cual obviamente desconozco los detalles, ya que mi familia no fue invitada.

Astra golpea sus uñas contra el volante con nervios, mientras mira a lo lejos la entrada observando en caso de que haya algún rastro de Rosaline.

—Bien, entonces tomamos a Deimos y la secuestramos, ¿verdad? —dice Astra, mirando la entrada, y yo le doy una mirada de ofensa desde el asiento de atrás donde yo y Clover estamos sentadas.

—No la vamos a secuestrar —respondo.

Astra suelta una risa y se asoma por el asiento de adelante con una sonrisa burlesca.

—Por favor, vamos a tomar a Deimos, quien, a propósito, no nos recuerda, y la vamos a atar de pies a manos para meterla en la cajuela contra su voluntad. ¿En serio crees que eso no es secuestro? —Astra se carcajea—. Oh, claro, sin duda el nuevo spa de lujo. "Bienvenida a la relajante experiencia de secuestro y misterio. Hoy, un masaje de sogas y una mascarilla de miedo, cortesía de la casa."

Clover frunce el ceño, cruzando los brazos con determinación.

—Bueno, ¡no tenía que sonar tan siniestro! Solo estaba tratando de darle un toque de emoción a esta operación de rescate no-secuestro.

Astra suelta otra risita y vuelve a apoyar su espalda en el respaldo.

—De acuerdo, Deimos está en el menú, pero ¿alguien tiene algún plan brillante para convencerla de que nos ayude? Porque no sé si notaron, pero Deimos no es precisamente una chica que se deje persuadir con facilidad.

Dice Astra, apagando el motor y apoyando su codo en la parte del cristal, mirando aburrida la entrada, mientras ve cómo la gente entra con sus vestidos y trajes elegantes a la ceremonia.

—Pues, Dahlia cree que lo puede solucionar con el poder de la amistad —responde Clover, señalándome con una sonrisa traviesa. Me encogí de hombros desde el asiento trasero, fingiendo inocencia. Aclaro la garganta dramáticamente, asumiendo una postura heroica en el asiento trasero.

—¡Así es! Mi plan infalible consiste en abordarla con una sonrisa deslumbrante, ofrecerle un cupcake de chocolate y luego lanzarle miradas tan adorables que derretirían el corazón de un ogro. Después, la bombardearé con preguntas sobre su día, su vida. En un abrir y cerrar de ojos, ¡seremos las mejores amigas y estará rogando por volver con nosotras!

Astra aplaude lentamente, exagerando su expresión de asombro.

—Oh, Dahlia, con ese plan, ¿cómo podría haber algún problema? Como si Deimos no fuera un demonio de un metro ochenta sedienta de sangre y con la fuerza bruta para explotar la mansión entera.

Volteo los ojos y luego me recuesto en mi asiento, haciendo un ruido como de un costal de papas.

—Está bien, está bien. Quizás el plan necesita algunos ajustes. Pero en serio, necesitamos encontrar una manera de convencer a Deimos de que nos ayude. ¿Alguna idea mejor?

Tres Enredos Mágicos (PRONTO CORRECIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora