²⁴ᜊ⇢ Sparks

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[19:34]

La brisa soplaba su cabello mientras sus talones se escabullían en la arena. Sus ojos reflejaban las estrellas... Aquellas que habían remplazado a cada insulso rayo de sol. Ahora se mantenían en su mirada, como si el brillo de sus ojos de por sí no fuera lo suficientemente bonito para mí.

Me mantenía atento al paisaje. Aquel paisaje donde no había montañas ni ríos, sino inocencia, lealtad y largas pestañas. Aquel paisaje que revivía en mis recuerdos cada noche; aquel paisaje que deseaba observar cada mañana al despertarme, y aquel paisaje que rogaba jamás perder de vista.

La luna está hermosa... ¿no lo cree?— Mis mejillas se tornaron de un ligero carmesí.

La ternura de su voz en ese insignificante susurro fue una caricia para lo más profundo de mi alma.

Tú eres hermoso...— Habló mi corazón, percatándose de forma tardía que sus oídos me habían entendido a la perfección.

¿Q..Qué?— Sus comisuras se entreabrieron en el intento de deshacerse del aire que recopilaba su agitada respiración.

Desvié mi mirada. Fingí que su sentido de audición era erróneo y que mi corazón no estaba volviéndose loco por observarlo.

Q..Quiero decir... Es una noche preciosa.— Musité en reemplazo de lo anterior, fijando mis orbes en otra cosa que no fuera él.

Se había convertido en una adicción. Mirarlo, escucharlo, tocarlo... Mi cuerpo dependía de su cercanía.

Desearía detener el tiempo...y quedarme justo aquí, durante el resto de mi vida.— Pronunció recostando su anatomía sobre la arena, contemplando el oscuro cielo estrellado y las miles de constelaciones que lo componían.

Mientras tanto contemplé su rostro; su piel aterciopelada; sus pequeños y tiernos lunares; su atractiva nuez de Adán, y sus bonitas y delicadas manos. Había pasado semanas con el deseo de tomarlas...

—Auch.— Se quejó, volviendo a sentarse.

—¿Qué pasó?— Pregunté, casual.

El castaño revolvió un poco la arena, hasta tener entre sus manos aquella pequeña piedrita con forma extraña que había estado lastimando su espalda.

—Mire, tiene forma de corazón.— Gyu acercó el objeto a mi rostro.

—Más bien la mitad de un corazón.— Lo corregí.

—Sí, eso parece... ¿Dónde estará la otra mitad?— Preguntó de manera retórica, comenzando a buscar por toda la arena.

—Tal vez no exista... No todos los corazones están completos, ¿sabes?— Jugué con mis manos en el intento de fingir que no me refería a mí mismo con aquello.

Sus orbes me observaron con atención, procurando entender el sentimiento tras mis confusas palabras o quizá sólo... contemplándome. Lo hacía mucho últimamente... Aquel bucle en que nuestras miradas se cruzaban y nuestras esencias se encontraban se había vuelto una costumbre.

—¿Por qué lo dice? Su corazón... ¿está incompleto?— Lo oí cuestionar con delicadeza, sin intenciones de ofenderme.

—Tal vez... No lo sé, así es como se siente los últimos días...— No me atreví a mirarlo a los ojos.

Mis orbes analizaron cada grano de arena en el proceso de analizar profundamente mi corazón. Me encontraba en una etapa de confusión y aislamiento conmigo mismo, en el cual no era capaz de distinguir unos sentimientos de otros.

—¿Es por... Yeonjun?

Ni siquiera yo lo sabía.

Había pasado un tiempo desde la última vez que había cruzado miradas con el rubio. Podía decir que hasta me había olvidado de él en ciertos momentos, y es que luego de la dichosa fiesta en esa madrugada del viernes, mi mente no podía concentrarse en otra cosa que no fuera Beomgyu.

DEAL 💋 || Taegyu [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora