DEAL 💋 || Taegyu [AU]

⁴⁰ᜊ⇢ Criminal

//Beomgyu// [23:46]

Estaba preocupado. Ya era tarde en la noche, casi de madrugada. Llevaba horas esperando que él llegara a casa, porque aunque me invadiera el enojo, seguía estando atento a cada uno de sus movimientos... pero no había dado señales.

No nos veíamos desde el día anterior, luego de que aquella horrorizante escena fuera captada por mis ojos... Mi corazón no había sido capaz de acompañarlo en el desayuno, y la última palabra que había oído de su boca era el clásico saludo que me dirigía cada mañana antes de marcharse a la universidad.

"Ya me voy, Gyu... Ten un buen día" pronunció entonces, procurando que su voz traspasara la puerta cerrada de mi habitación.

Lo hubiera despedido con un beso de haber sabido que no volvería a verlo... A pesar de los obstáculos que estábamos atravesando, y a pesar de las veces que había considerado marcharme, no era capaz de alejarme de él... Y que su silueta no hubiese aparecido en todo el día, comenzaba a ser aterrador para el apego emocional que tenía sobre su persona.

Mordí mis uñas, sumido en mis pensamientos. ¿Dónde podría estar él? Solía avisarme cuando llegaba tarde de la universidad, y no me dejaba sin almuerzo sin antes advertirme que no volvería a acompañarme. El señor Kang era responsable con mi cuidado, y no solía desaparecer así como así. Me hacía saber cuando estaba con Yeonjun, o con sus amigos, o incluso cuando se retrasaba unos minutos a causa del tráfico. No era descabellado pensar que le había pasado algo inusual, y eso me asustaba de sobremanera.

Bebí un poco de agua para calmarme. En seguida la escupí cuando el sonido de la llave hurgando en la cerradura de la puerta de entrada llegó hasta mis oídos. Me levanté de un salto del sofá cuando vi su figura adentrarse a la casa, y dejé caer mi mandíbula cuando divisé su rostro destruido.

—S..Señor Kang, ¡¿dónde estaba?!— Me acerqué con desesperación.

—En la comisaría...— Respondió cabizbajo, dejándome perplejo.

—¿Q..Qué?— Tomé su mentón en mis manos. —¿Qué le pasó a su rostro? ¡¿H..Ha vuelto a meterse en una pelea?!— No pude evitar exaltarme.

Cientos de hematomas resaltaban sobre su piel; su nariz derramaba sangre al igual que su labio roto en mil pedazos, y ambos de sus párpados estaban morados. Apenas era capaz de abrir su ojo izquierdo, y los rasguños se extendían hasta sus clavículas y sus brazos. Su cabello despeinado y su ropa rasgada eran indicadores directos de una pelea, y no fui capaz de contenerme ante ello.

—Gyu, lo que menos quiero ahora es discutir contigo.— Lo oí musitar en un tono ronco y entristecido.

Me pareció que no era el mejor de sus días... Entendí que su cuerpo pudiera estar desmoronándose del cansancio, así que dejé el regaño para después.

—Siéntese en el sofá, traeré la caja de primeros auxilios.— Pronuncié con cuidado en su dirección, antes de marcharme hacia las escaleras.

(....)

—No tienes que hacer esto...— Mencionó en un ligero susurro, una vez que me coloqué en frente suyo en el sofá con los medicamentos en mano.

—¿Quién lo hará si no lo hago yo?— Reproché.

Sostuve su mentón con cuidado, antes de comenzar a limpiar la sangre en sus heridas.

—Creí que estabas enojado...— Musitó.

—Sigo enojado... pero no por eso voy a dejarlo así.— Suspiré.

Estaba siendo un tonto y lo sabía. Sus acciones no hacían más que lastimarme, pero ahí iba yo a sanar su rostro... Era el colmo de estar enamorado; sin importar cuán enojado, triste o decepcionado pudiera hacerme sentir, el amor que mi corazón tenía por él siempre iba a ser más fuerte.