DEAL 💋 || Taegyu [AU]

²⁹ᜊ⇢ Destiny

[Lunes - 12:43]

Mis orbes divagaban por las paredes del salón mientras cientos de pensamientos abarcaban mi cabeza. Mi corazón se aproximaba al oscuro rincón de la locura, obligado a tomar esa desgarradora decisión que había estado evitando en los últimos días.

No había dormido en absoluto. Tampoco había podido concentrarme en las clases, ni en las miles de cosas que me había dicho Huening Kai al apenas llegar a la universidad. Estaba exhausto... Me pesaban los ojos, y mis oídos eran aturdidos por ese insoportable sonido que se repetía a cada segundo.

Tic tac

Tic tac

Tic tac

—Que alguien calle ese maldito reloj.— Musité, a punto de lanzarle mi sacapuntas.

Dejé caer mi cabeza sobre el pupitre. Mis neuronas comenzaban a suicidarse ante la complicada tarea que me veía obligado a realizar. Sin importar cuánto lo intentara, mi cerebro no era capaz de ofrecerme una respuesta concreta que dejara satisfecho a mi corazón.

—Taehyun.— Soobin dejó pequeños golpecitos sobre mi hombro.

Levanté mi mirada, haciendo un esfuerzo por distraerme de la discusión interna que estaba teniendo con mi propio inconsciente.

—¿Estás bien?— Se sentó a mi lado. Kai nos oía desde el banco de atrás.

Ya había terminado la clase, vaya. El tiempo pasaba rápido cuando la incertidumbre carcomía mis pensamientos.

Observé a mis amigos. No fue necesario dar una respuesta para que notaran el estado deplorable en el que me encontraba. No hubo palabras, ni titubeos, ni gestos que algo indicaran... Mis sentimientos se reflejaron en el poco brillo que mis orbes destellaron.

Entonces me abrazaron. Como el más lindo consuelo que podría haber recibido, sus cuerpos encerraron al mío en la calidez de un par de corazones preocupados.

—¿Es por Yeonjun?— Preguntó Kai, alejándose de a poco.

No respondí.

—Sabes que puedes confiar en nosotros para lo que sea, Taehyun.— Pronunció el más alto en el intento de obtener un par de palabras de mi parte.

Solté un suspiro, haciendo un esfuerzo por detener las lágrimas que se aproximaban a interrumpir mi discurso.

—Yeonjun vino a verme...

Y de nuevo la historia de aquel día nublado en que mi corazón había recibido la propuesta desencadenante a mis cientos de preguntas.

—¿Es una broma? ¿Ese estúpido se atrevió a ir a tu casa otra vez?— El castaño no tardó en verse alterado ante la noticia.

El azabache lo tomó de los hombros procurando detener algún posible impulso que fuera contra el rubio. Sus puños estaban cerrados, y su semblante dejaba en claro que no le había gustado para nada la idea manifestada.

—¿Qué le dijiste?— Cuestionó el más alto con distinguida tranquilidad.

—Le pedí tiempo. Pero hasta entonces sólo he podido dar vueltas una y otra vez con lo mismo...— Dirigí mi mirada al suelo, mientras jugaba con mis manos en aquella necesidad de aliviar mi ansiedad.

Los contrarios se mantuvieron espectantes a mi interno sufrimiento. Kai me abrazó por detrás, permitiéndome notar su angustia ante la condición de mi corazón.

—Estamos aquí, ¿sí? Puedes confiar en nosotros para lo que necesites, no reprimas lo que sientes... Suéltalo todo, ¿está bien?— Lo oí decir, una vez que su rostro se enfrentaba al mío.