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"Hijo de la re mil puta, cómo me va a matar ese negro hijo de su putísima madre, pedazo de escroto, pedazo de deforme traga semen cornudo", gritó Kyle, golpeando la mesa con enojo mientras estaba en llamada con Stan. Ambos estaban inmersos en un videojuego en línea.

Stan solamente reía al escuchar cómo Kyle se enfurecía.

"Vamos a jugar otra cosa, esto es una poronga", dijo Kyle, enfadado.

"¿Qué quieres jugar?", preguntó Stan con una sonrisa.

"¿Puedo ir a tu casa? Podríamos hacer algo divertido, besarnos o simplemente jugar como hacíamos de chicos", dijo Kyle con una sonrisa a través de la línea.

"Uh, segur-" Stan estaba a punto de aceptar, pero fue interrumpido.

"¡STANLEY!" exclamó Sharon, alargando la 'E'.

"Mierda, me llaman. Ya vuelvo", dijo Stan, y silenció el micrófono. Dejó sus auriculares a un lado y se dirigió hacia la mesada donde lo había llamado su madre, cuya voz sonaba enojada.

"¿Qué pasó, mamá?" preguntó Stan, acercándose a su madre. Ella frunció el ceño, momentos antes de que Stan pudiera notar que su padre tenía la remera mojada. Con una rápida maniobra, su madre le arrojó un vaso de agua al cuello de Stan y comenzó a frotar con una servilleta, revelando los chupones que su "amigo" Kyle le había dejado.

"¿Qué mierda...?" musitó Stan, con una expresión inexpresiva en su rostro mientras procesaba la sorprendente revelación.

"¡¿Quién te hizo esto?!" exclamó Sharon, con furia en sus ojos y su voz llena de indignación.

"Te dije que sabía que me estaba quedando corta con el maquillaje, ¡yo no uso tanto!" le gritó la madre a Randy, el padre de Stan, señalándolo acusatoriamente. Randy, un tanto confundido, alzó las manos en señal de rendición.

El aire se llenó de una tensión incómoda mientras los secretos quedaban al descubierto y las reacciones se desataban en la casa de los Marsh. Stan, aún procesando lo que veía, intentó encontrar las palabras adecuadas para explicar lo inexplicable.

"No exageres, Sharon," dijo Randy, su voz suave y calmante mientras se aproximaba a su esposa, tratando de intervenir en medio del caos emocional que había estallado en la sala.

"Los jóvenes son jóvenes, ¿quién importa quién se lo hizo?" añadió Randy, intentando tranquilizar las aguas turbulentas con una actitud más relajada, aunque no estaba exento de una dosis de preocupación en su mirada.

"No te exijas tanto, Randy. Si mi hijo tiene una novia, quiero saberlo al menos," dijo Sharon, su enojo palpable y la sensación de haber sido engañada nublando su expresión. Se sentía como si hubiera sido tomada por sorpresa y necesitara recuperar el control de la situación.

"¿Estuvo aquí Stan?" lo acusó Sharon, clavando su mirada en su hijo con un destello de desconfianza en sus ojos.

Stan se encontró en una encrucijada, debatiendo si debía confesar que su "novio" en realidad era su mejor amigo Kyle. Pero rápidamente apartó esa idea de su mente, sabiendo que sería un terreno peligroso. En cambio, optó por el silencio, dejando que la acusación de su madre quedara sin respuesta.

La determinación en la voz de su madre era innegable mientras sentenciaba: "Mañana irás a la escuela con los chupones." Sharon recogió su maquillaje y lo guardó en una caja fuerte, como si quisiera mantenerlo a salvo de cualquier otra travesura juvenil.

Después de que la tormenta se calmara, Stan volvió a su habitación, sintiendo la necesidad de alejarse de la situación tensa en la sala. Sin embargo, antes de sumirse en el silencio de su cuarto, decidió poner fin a la conversación con Kyle. Con un suspiro, desactivó el silencio y, a través de la llamada, le dijo con pesar: "Lo siento, pero no podrás venir. Mi madre está como loca en este momento." Las palabras resonaron con la resignación de alguien que había sido atrapado en una red de circunstancias que escapaban a su control.

"No lo niegues más " StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora