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Las horas pasaron, y finalmente, el salón de clases entró en su hora libre. Los estudiantes aprovecharon ese tiempo para relajarse, socializar y recargar energías antes de la siguiente lección. Kyle y Stan, como siempre, encontraron un rincón tranquilo en el aula donde pudieron pasar tiempo juntos, disfrutando de su amistad y de la tranquilidad que les ofrecía ese breve descanso en medio de la jornada escolar.

Mientras los compañeros hablaban entre sí durante la hora libre, Tolkien intentó llamar la atención de todos, y gracias a Craig lo logró. Cuando Craig gritó "¡Escuchen!", todos se volvieron hacia ellos. "Gracias, Craig...", murmuró Tolkien agradecido. Con la mirada fija en Eric, Tolkien anunció: "Quería avisar que habrá una fiesta de Halloween en mi casa, están todos invitados, excepto tú, Cartman." Eric rodó los ojos y frunció el ceño, preguntando: "¿Qué carajo?" Craig intervino diciendo con firmeza: "Eres molesto." La noticia de la fiesta creó un zumbido de emoción entre los estudiantes, mientras que Cartman se quedó allí, molesto y excluido, reflexionando sobre como interrumpir en aquella fiesta.

Las chicas comenzaron a murmurar entre sí sobre de qué se disfrazarían para la fiesta. "¿Vas a ir?" preguntó Stan, mirando con amor a Kyle. "Solo si vas, sino es aburrido", Kyle rió en voz baja. En ese momento, Kenny se acercó y se sentó con ellos. "¿Van a ir, cierto? Mi parejita gay es imposible que falte", bromeó Kenny, riendo. Stan rió algo avergonzado, mientras que Kyle todavía no podía sacar sus pensamientos sobre su relación con Stan de su cabeza."Bien, los que estén interesados, esta noche en mi casa. No hace falta ir disfrazados, pero si quieren, está bien", finalizó Tolkien con su anuncio. La expectación y la emoción por la fiesta llenaron el aire, mientras los amigos seguían planeando su participación en el evento.

Finalmente, el timbre que indicaba el final de las clases sonó, y todos los estudiantes comenzaron a salir del salón. Stan se acercó a Kyle. "¿Puedo ir a tu casa? No tengo nada que hacer", preguntó a su amigo-novio. Sin embargo, Kyle parecía incómodo y evitó el contacto visual con Stan. "Otro día, tengo que hacer algo con Ike", se excusó Kyle mientras se alejaba de Stan y se dirigía directo a su casa. Stan se quedó desconcertado por la actitud de Kyle, pero decidió que quizás no era el momento adecuado. Dio media vuelta y se encaminó hacia su propia casa, reflexionando sobre lo que estaba ocurriendo con su relación. 

Stan llegó a su casa después de la escuela, lanzó su mochila a un lado y se dejó caer en su cama. Casi de inmediato, agarró su celular y abrió la conversación con el contacto agendado como "Kyle <3". "Hey, ¿cómo estás? Apenas te fuiste y ya te extraño jsjs," escribió Stan y envió el mensaje. Observó la pantalla de su celular en espera de una respuesta, pero el mensaje no fue nunca leído.

Mientras tanto, Kyle estaba frente a su computadora y escuchó la notificación de su celular. Sabía que era Stan y decidió silenciar el teléfono. Necesitaba distraerse y concentrarse en su tarea en la computadora, aunque en el fondo, sentía un nudo en el estómago ante el mensaje de Stan. La confusión y las dudas sobre sus sentimientos lo mantenían en un estado de agitación.

Stan se quedó esperando el mensaje de Kyle, pero cuando decidió llamarlo, Kyle no contestó y Stan comenzó a enviar varios mensajes. Entonces, Shelly, la hermana de Stan, irrumpió en la habitación. "¿A quién le escribes y llamas tanto, pendejo?" le preguntó, utilizando el apodo que solía usar para molestar a su hermano. Stan murmuró en respuesta, "Oh, a nadie," y dejó el celular de lado, sintiéndose algo incómodo. Shelly, curiosa, sugirió: "¿Tienes una novia a distancia?" Aunque su relación no era la mejor, Shelly no quería ver a su hermano sufrir por el amor. Stan negó con firmeza: "No. "Cambiando de tema, Shelly mencionó al abuelo: "¿Recuerdas al abuelo?" Stan asintió, intrigado por qué mencionaba a su abuelo. "Él me enseñó jugar al ajedrez. Siempre quiso que te enseñara cuando fuera lo suficientemente bueno. Si estás aburrido y sin nada que hacer, podríamos..." Shelly comenzó a proponer antes de desviar la mirada. Stan se emocionó y respondió con entusiasmo: "¡Sí!" Shelly sonrió, y juntos se dirigieron al comedor en busca del juego. La perspectiva de aprender algo nuevo y estrechar lazos con su hermana parecía una forma perfecta de pasar el tiempo.

&quot;No lo niegues más &quot; StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora