"No lo niegues más " Style

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En medio del caos de emociones y deseo, la voz del profesor se filtró como un torrente de realidad en la habitación cargada de intimidad. Kyle, con una agilidad sorprendente, improvisó una respuesta que buscaba disfrazar la pasión que compartían. "Estamos bien, Stan está vomitando y me aseguro de que esté bien", afirmó Kyle con convicción, tejiendo una tela de engaño entre ellos y el mundo exterior.

Como un relámpago, Kyle retomó los movimientos que habían tomado por sorpresa a Stan, cayendo en una danza de deseo que parecía desafiar la lógica misma de la situación. La urgencia por mantener el secreto y el placer compartido se entrelazaron en cada movimiento, en cada roce, mientras la pasión seguía ardiendo en la penumbra.

La necesidad de silencio se convirtió en una batalla interna para Stan, quien se tapó la boca con desesperación, su mano una barrera contra los gemidos que amenazaban con escapar. Era una lucha entre la tentación y el riesgo, una lucha que solo intensificaba el fuego que ardía entre ellos.

La voz del profesor, cargada con una sonrisa que estaba completamente ajena a la verdad, resonó como una ironía dolorosa. "Oh, bien, es normal de Stan", declaró, sin saber que su comentario estaba lejos de la realidad que se ocultaba detrás de esa puerta cerrada. La dualidad de la situación era como un recordatorio amargo de los secretos que sostenían entre ellos.

Kyle, sin perder la compostura, dejó escapar una risa fingida. "Aja", murmuró, como si estuviera asintiendo ante una afirmación trivial. Sin embargo, sus ojos seguían clavados en Stan, una mirada que compartía complicidad y deseo en partes iguales. Mientras fingía mantener la farsa, continuó moviéndose con determinación, cada gesto un desafío silencioso al mundo exterior.

La partida del profesor trajo un respiro momentáneo, dejándolos solos en la penumbra compartida. pero la tensión no se desvaneció. Con una sonrisa llena de deseo y triunfo, Kyle intensificó sus movimientos, un compromiso silencioso de que la pasión aún no había alcanzado su punto máximo.

La voz juguetona de Kyle añadió una chispa de provocación al ambiente ya cargado. "Sabías que puedo metértela incluso con el boxer puesto?", preguntó, su sonrisa sugiriendo una osadía que desafiaba cualquier límite. La respuesta de Stan, entre jadeos y gemidos, reveló una mezcla de deseo y advertencia.

"Ni se te ocurra hacer eso ahora", susurró Stan, sus palabras resonando con urgencia y deseo. A pesar de las complicaciones y los riesgos, Kyle y Stan seguían explorando el terreno peligroso que habían elegido. En medio de la pasión compartida y el juego de engaños, su conexión seguía siendo inquebrantable, una llama ardiente que desafiaba las barreras y los obstáculos que se interponían en su camino.

La intensidad de la pasión que compartían había llegado a un punto donde el control parecía escapar por completo de las manos de Stan. Su voz, cargada de excitación, resonó en el baño como un eco de sus deseos más profundos. "M-mierda, Kyle, creo que me voy a correr", murmuró entre jadeos, las palabras emergiendo con una urgencia que reflejaba la inminente liberación de la tensión que había estado acumulándose.

Las piernas de Stan comenzaron a temblar, un indicio claro de que estaba al borde de ese precipicio del éxtasis. Kyle, con una determinación que parecía resonar en cada movimiento, sostenía los muslos de Stan, sus manos firmes como un ancla en medio de la tormenta de sensaciones. Continuó frotando con una destreza que parecía intensificar la marea de placer que estaba a punto de desbordarse.

La respuesta de Kyle fue un susurro audaz, una invitación directa a dejarse llevar por la avalancha de sensaciones que los envolvía. "Hazlo", murmuró, sus palabras cargadas de deseo y anhelo. Sin perder ni un instante, se inclinó hacia Stan, sus labios encontrando los suyos en un beso que desató una tormenta de emociones. La lengua de Kyle se abrió camino entre los labios de Stan, explorando y saboreando con una intensidad que se reflejaba en cada roce y cada movimiento.