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Mientras Stan se sumergía en los recuerdos plasmados en las notas dispersas sobre su escritorio, un sonido repentino lo sacó de su ensimismamiento. El rechinar de la puerta al abrirse resonó en la habitación, anunciando la llegada de Kyle. Stan se sobresaltó ligeramente al escuchar el sonido, pero rápidamente contuvo su sorpresa y se giró para enfrentar a su novio o exnovio.

Kyle entró en la habitación con una expresión indescifrable en su rostro. Sus ojos se encontraron con los de Stan en un momento de tensión palpable, como si ambos estuvieran sopesando qué decir o hacer a continuación. El silencio llenó la habitación, interrumpido solo por el suave tintineo de las luces navideñas que decoraban la habitación.

Stan se esforzó por mantener la calma, sintiendo el peso de la tensión entre ellos. No estaba seguro de qué esperar de Kyle, ni de qué decir en ese momento delicado. Pero mientras observaba a Kyle parado frente a él, con la mirada llena de emociones no expresadas, Stan se dio cuenta de que había algo más profundo que los separaba, algo que aún no habían abordado por completo.

Con un suspiro, Stan se levantó de su silla y dio un paso vacilante hacia Kyle. No había palabras que pudieran expresar todo lo que estaba sintiendo en ese momento, pero esperaba que su presencia pudiera transmitir al menos una fracción de lo que su corazón deseaba comunicar.

La habitación parecía llenarse con la densa atmósfera de emociones contenidas mientras Kyle irrumpía en lágrimas. El perdón de kyle que fue un susurro roto, pero cargado con un peso que resonaba en el corazón de Stan. La sorpresa lo invadió, desplazando momentáneamente cualquier otro pensamiento. Siempre había creído que él era quien debía disculparse, pero aquí estaba Kyle, vulnerable y quebrado ante él.Sin pensarlo dos veces, Stan rodeó a Kyle con sus brazos, sintiendo el temblor de su cuerpo mientras se aferraba a él con fuerza. "Está bien, amor", murmuró Stan con voz suave y reconfortante, sintiendo el peso del perdón y la reconciliación descansando sobre sus hombros. Con movimientos delicados, deslizó sus manos por el rostro de Kyle, secando con ternura las lágrimas que inundaban sus mejillas.Con un gesto cariñoso, Stan depositó un beso tierno en la frente de Kyle, transmitiendo todo el amor y la comprensión que sentía en ese momento. Luego, con cuidado, retiró el gorro de Kyle, revelando los rizos rojizos que tanto adoraba. Acarició suavemente su cabello, sintiendo la textura suave entre sus dedos, mientras una sensación de calma y conexión se extendía entre ellos.

"Te amo, Stan", murmuró Kyle, su voz ahora calmada y serena, como una suave brisa que disipa las nubes de tormenta. En ese momento, todas las tensiones y angustias parecían desvanecerse, dejando solo el amor y la paz que compartían. Era un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, el vínculo entre ellos seguía siendo fuerte y verdadero.El momento entre Stan y Kyle se llenó de una dulce intimidad mientras se miraban con amor y ternura, compartiendo un intercambio de palabras cargadas de afecto. "Yo te amo más..." respondió Stan con una sonrisa, dejando que sus sentimientos se desbordaran en sus ojos brillantes. La petición de Kyle resonó en el aire, una súplica suave y sincera que no pudo ser ignorada. "Bésame, por favor", murmuró, y Stan no pudo resistirse.

Con suaves movimientos, sus labios se encontraron en un beso que parecía encapsular todo el amor y la conexión que compartían. Cerraron los ojos, entregándose al momento, dejando que cada roce de labios y cada suspiro compartido hablara por sí mismo. En ese instante, el mundo se desvaneció a su alrededor, y solo existían ellos dos, perdidos en la magia de su amor.Sin embargo, su momento de intimidad fue interrumpido repentinamente por un sonido inesperado. La puerta se abrió, rompiendo la delicada burbuja que habían creado, y la voz de Shelly resonó en la habitación con una mezcla de sorpresa y diversión. "Lo sabía", dijo, interrumpiendo el beso con su declaración.Stan y Kyle se separaron lentamente, sus mejillas coloreadas por el rubor del momento. Miraron a Shelly con una combinación de vergüenza y diversión, sintiendo una oleada de gratitud por su suerte navideña. Aunque su momento íntimo había sido interrumpido, no podían evitar sonreír ante la complicidad compartida con su hermana. Después de todo, la Navidad siempre traía consigo sorpresas inesperadas, y esta parecía ser una de las más memorables hasta ahora.

"No lo niegues más " StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora