⋆ ˚。⋆୨10୧⋆ ˚。⋆

1.7K 58 124
                                    

Con el corazón latiendo acelerado, ambos chicos caminaban con paso incierto en dirección a la casa de Stan, sus nervios evidentes en cada gesto y palabra. Kyle soltó una risa tensa y comentó, "Creo que logramos complicarlo aún más."

Stan, con una sonrisa nerviosa en el rostro, respondió, "Sí, quizás debería haber dicho que fue una chica, pero ¿quién hubiera seguido el juego?"

Kyle asintió comprendiendo, "Tienes un punto."

Finalmente, llegaron frente a la casa, su mirada se posó en la puerta mientras la ansiedad los embargaba. Dudas inundaron sus pensamientos, debatiéndose entre la idea de entrar o no.

El tintineo de las llaves resonó en el aire cuando Stan las sacó de su bolsillo, su mano temblorosa revelando el revuelo de emociones que lo invadían. Con manos que parecían tener vida propia, comenzó a girar la llave en la cerradura, sintiendo el frío metal transmitir su ansiedad a través de sus dedos.

El umbral de la puerta finalmente cedió y ambos chicos dieron el paso que habían estado postergando. Kyle fue el primero en cruzar, su rostro reflejando una mezcla de nerviosismo y expectación. Detrás de él, Stan siguió vacilante, cerrando la puerta con un suspiro contenido, como si estuviera sellando momentáneamente sus preocupaciones fuera de la casa.

La voz de Sharon resonó en la sala, interrumpiendo el silencio tenso que había reinado. "Chicos, siéntense", invitó desde el sofá, su tono tranquilo contrastando con la agitación que palpitaba en el ambiente. Las miradas ansiosas se cruzaron antes de que ambos encontraran un lugar en el sofá, una serie de emociones inquietas flotando en el aire como mariposas inquietas en busca de asentamiento.

Ambos chicos cedieron a la invitación silenciosa de Sharon y se sentaron en el sofá. La mirada de la madre de Stan recorrió sus rostros, capturando la mezcla de inquietud y expectación que los invadía. Un suspiro escapó de sus labios, revelando su propia incomodidad por tener que abordar ese tema, especialmente con el mejor amigo de Stan y su propio hijo.

La habitación parecía contener una tensión apenas perceptible mientras Sharon buscaba las palabras adecuadas. Finalmente, reuniendo valor, planteó la pregunta que había estado rondando en su mente, aunque con un matiz de nerviosismo evidente en su voz. "Kyle, Stan, ¿hay algo más entre ustedes?", indagó, sus ojos fijos en los chicos, deseando secretamente escuchar un "no". Consciente del  pueblo y la posibilidad de generar un especie de fandom por la nueva "relación gay", estaba ansiosa por mantener la tranquilidad.

Los chicos intercambiaron miradas, sus corazones latiendo al unísono en un ritmo acelerado. Los segundos parecían eternos mientras luchaban por encontrar las palabras adecuadas en medio de su nerviosismo. Kyle sintió cómo sus piernas comenzaban a temblar, un gesto involuntario que lo delataba cuando se encontraba ansioso. Ambos se sentían atrapados entre la verdad que querían expresar y el peso de las expectativas de su entorno.

La habitación pareció contener la respiración colectiva mientras Stan rompía el silencio con una respuesta firme y decidida. "No, no somos nada, mamá", afirmó, sus ojos clavados en los de Sharon con una seriedad que revelaba su determinación en esa respuesta.

Los ojos de Sharon se desviaron hacia Kyle, su búsqueda de la verdad ahora dirigida hacia el mejor amigo de su hijo. "Kyle, tú siempre dices la verdad", comenzó a decir, su tono reflejando una mezcla de urgencia y esperanza, "dime, ¿eres novio de mi hijo?"

El corazón de Kyle comenzó a latir con fuerza, como un tambor resonando en sus oídos mientras el peso de la pregunta se asentaba en él. Miró a Sharon, sintiendo la intensidad de su mirada y la necesidad de dar una respuesta que no traicionara su honestidad ni las dinámicas en juego. "No tengo nada de relación amorosa con su hijo", respondió Kyle, traicionando su propia honestidad, su voz resonando con una mezcla de determinación y nerviosismo. Al ver a Sharon confiar en sus palabras y exhalar un suspiro de alivio, Kyle sintió una extraña combinación de alivio y conflicto interior, consciente de que había elegido sus palabras cuidadosamente para evitar un torbellino de consecuencias no deseadas.

"No lo niegues más " StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora