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El Rey se dirigió a los cinco guardias que quedaban y les tocó a cada uno la cabeza. Se observaba en las palmas de sus manos como una luz azul celeste.

- Ataquen sin piedad.- dijo después de aquella acción.

Vinieron corriendo esos guardias. Parecían más agresivos, fuertes y ágiles.

Me dispuse a intentar esquivar el ataque de uno que vino directamente hacia mí. Lanzaba ataques a diestro y siniestro, sin parar. Pude esquivar la mayoría, pero tres de ellas consiguieron darme y derrumbarme.

- ¡_____!- oí la voz de Kirishima agitada.

A penas podía mantener mis ojos abiertos. Aquel guardia me hizo mucho daño con sus dichosos ataques. Vi también cómo caían poco a poco mis amigos, primero Mina, luego, Denki y Sero.

Quedaron de pie Kirishima y Bakugō, les quedaba un guardia.

Pero sin previo aviso aquel hombre armado se lanzó contra el rubio, haciendo que cayera al suelo y se diese contra la pared.

Consiguió hacer que Bakugō quedase inconsciente por ese golpe en la cabeza. Él se levantó y fue hacia su siguiente objetivo: Eijirō.

Puso su lanza recta, preparada para clavársela. Corrió hacia el pelirrojo, que se encontraba cansado y sin poder hacer uso de su kosei. Kirishima pudo esquivar cuatro ataques que le lanzó aquel guardia, pero en el quinto ataque, desgraciadamente no pudo esquivarlo y le clavó la lanza en el abdomen.

Vi como le atravesaba el arma, él comenzó a toser sangre y a quedarse sin fuerzas. El guardia quitó la lanza.

Se me llenaron los ojos de lágrimas.

- E-Eijirō...- dije con pocas fuerzas.

- Muy bien, Isamu. Has sido el único que ha podido con todo estos debiluchos. Puedes irte.

El guardia que al parecer se llamaba Isamu abandonó la sala lleno de sangre, cerrando la puerta tras de sí.

El Rey se acercó a mí.

- Ay, mi amor. Pero mírate, tan vulnerable y débil. Debiste seguir mis órdenes desde el principio y nada de esto hubiera ocurrido. Quiero que te acuerdes bien de mi nombre, soy Katsuro. ¿Sabes lo que significa? Significa victorioso.- y rió a carcajadas.

Katsuro se giró hacia su trono y fue tranquílamente hacia ahí.

Kirishima, que estaba a mi lado, con apenas fuerzas me dio la mano en el suelo.

- Me hubiera gustado pedirte que fueras mi novia formalmente hoy, después de derrotar a este desgraciado, pero creo que no voy a poder.- me sonrió mientras se le caían lágrimas de los ojos y desprendía sangre de la comisura de su labio.

Se me derramaron a mí también lágrimas.

- Te amo, Eijirō. Eres el mejor hombre que pude conocer en toda mi vida.

- ¿Quieres ser mi novia?

Reí flojo mientras me quejaba del dolor.

- Obviamente. Te quiero.

Sonrió como bobo.

- Ahora sí que puedo descansar en paz. Recuerda que has sido la chica que me encontré tirada en aquella hierba, desorientada, después de ver una luz resplandeciente. ¿Crees en el amor a primera vista?

Asentí.

- Pues me enamoré de ti en el primer segundo en el que te vi.

- Vaya, vaya. ¿Se puede saber qué estáis cuchicheando?- estropeó el momento Katsuro.

TRAS LA LUZ | Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora