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Huir del minino fue fácil, porque éste cayó inconsciente luego de su segundo orgasmo, permitiendo a nuestra vaquita acomodar sus prendas y abandonar el lugar hasta su casa mientras todos seguían en sus aulas.

No le importó perderse la clase de ese día. Después de todo era el mejor alumno de su año, una falta no bajaría su rendimiento ni acabaría con todo su conocimiento.

El problema real fue encontrarse al minino al otro día en la universidad, porque sacárselo de encima fue lo más complicado de su vida (mentira, ni siquiera lo intentó).

¡Buenos días vaquita! ¿Cómo te encuentras de ayer? Me abandonaste cuando estábamos en la mejor parte, eso no es hace, es grosero.

Hablaba hasta por los codos, radiante como un sol de mediodía a diferencia suya que se encontraba exhausto y depresivo como la misma oscuridad de la medianoche.

El contraste era muy obvio, pero el minino obvió lo que veía, o quizás sí sabía y se hizo el loco, o era demasiado ingenuo para notar el ambiente a su alrededor. Contento como si no hubieran tenido un candente momento en una aula vacía a menos de 10 minutos de conocerse.

Buenas tardes, en realidad. –corrigió con un rostro de pocos amigos– Estoy bien, y no me mires así, no fue personal.

¿No personal? Lo abandonó y fue a su casa a llorar porque volvió a ser impuro por un rostro atractivo.

Su macho Alfa no merecía alguien como él para nada, si buscaba otra vaquita en el mundo no se lo negaría, hasta aceptaría la derrota con el dolor más profundo de su corazón (mentira otra vez, probablemente pelearía por el amor de su macho. Seonghwa era competitivo en el fondo).

Hey, ahora que lo veo, eres muy bonito. Bastante atractivo he de decir. –acortó la distancia pasando un brazo por su cuello. Hwa quiso pensar que el halago iba enserio y no porque San andaba a unos metros de ellos mirándolos fijamente, así que no pudo evitar sonrojarse un poco por sus palabras y su acercamiento– ¿En qué salón estás?

Ah, ¿Gracias...? Estoy en el 3b.

¿De qué carrera?

Economía y finanzas.

Hablar de su carrera significaba no tocar el tema desastroso de su casi perdida de castidad ayer, y eso era bueno para él. Le brillaban los ojos y sus orejas se alzaron un poco.

¿¡Enserio!? –su expresión se volvió de sorpresa total– ¡Qué casualidad, yo también estoy allí! –ah, o quizás no era tan buen idea haber abierto la boca... Debió mentir que asistía a otra carrera antes de autodoxearse– No sabía que éramos compañeros de clases, ¿Dónde te sientas? Me sentaré contigo hoy.

Seonghwa aún no analizaba como llegó hasta su instituto, no recuerda que desayunó ni almorzó, estaba en modo automático desde que despertó que ni siquiera pudo decir algo coherente al minino hasta que lo arrastró a su salón casi a la fuerza.

Ni siquiera puede aceptar aun lo que pasó ayer. Tal parece que el gato si lo había aceptado.

O decidía ignorar y fingir demencia.

Ah, yo...

En fin, viendo el lado bueno, el gato cálico era la excusa perfecta que necesitaba para no estar a solas con su amado, porque de otra forma no estaba seguro que pudiera enfrentado a su Alfa solo luego de su engaño.

En fin, viendo el lado bueno, el gato cálico era la excusa perfecta que necesitaba para no estar a solas con su amado, porque de otra forma no estaba seguro que pudiera enfrentado a su Alfa solo luego de su engaño

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¡Moo! - [Seonghwa Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora