Soltando un décimo suspiro, Seonghwa sostuvo su estómago entre sus manos sintiendo que la bilis se presentaba en su garganta queriendo salir, y por más que viera a la ventana por aire fresco no parecía que el malestar pasara.
Estaba de vacaciones en su casa y el transporte en el que viajaba era un autobús descolorido que temblaba por las rocas en el camino.
La vaquita no estaba acostumbrada a viajar en cuatro ruedas, la única vez que lo hizo fue cuando se mudó a la gran ciudad por primera vez, y una que otra vez cuando se dirigía a su universidad. Y, desde que recuerda, los autobuses siempre le producían mareos.
Por suerte no llegó a vomitar, y cuando su parada se aproximó se bajó del vehículo respirando el aire puro y verdoso del rancho Park. Sosteniendo su mochila y maleta en manos.
- Al fin en casa. -tragó la amarga saliva de su boca, y unos cortos y rápidos pasos se aproximaron a él, un cuerpo pequeño de brazos extendidos.
- ¡Hwa! ¡Hwa! -su hermanito corrió hasta su lado con ojos brillosos. Chocó contra sus piernas y la vaquita lo alzó en sus brazos ignorando su malestar anterior y tirando sus maletas en el suelo.
- ¡Hermanito! -lo abrazó enrollando uno de sus brazos en su cuerpo mientras el otro sostenía su pequeño cuerpo- Mi pequeño becerrito. Mira como han crecido tus cuernitos, te ves tan grande desde la última vez que te vi.
- Pero apenas han pasado unos pocos meses. -el pequeñín abultó su labio en un mohín- Nos veíamos por videollamada todos los fines de semana ¿He cambiado tanto en tan poco tiempo?
- Por supuesto. Eres centímetros más grandes de lo que recordaba, y tus cuernos están un poquito más afilados. Un poco más y serás un toro Alfa de largos cuernos como papá. -lo bajó de sus brazos con una sonrisa, tomando su pequeña mano.
- ¡Así podré cuidarte y protegerte!
- Estaré ansioso de esperar tu protección y compañía.
Caminaron lejos de la parada, su hogar estaba a pasos de ahí, entre medio de los árboles de manzanas, cruzando un pequeño lago con pocos peces.
En el camino, Seonghwa y su hermano hablaron de muchas cosas, de su padre visitando más seguido el rancho, de que Naranja se curó de un leve resfrío gatuno producido por dormir en el patio frío, que ya no había mucha fruta en esa época del año por el invierno y de lo bien que se portaba Mandarina sin que su dueño este presente y lo mucho que lo extrañaba por las noches llorando su ausencia cerca del lago.
A Seonghwa se le hacía pequeño el corazón de escuchar todo eso. Recién tenía dos años y medio en su carrera, estaba a más de la mitad para acabar y enserio extrañaba a su familia a veces. Siente que se ha perdido de grandes cosas a pesar de visitarlos todas las vacaciones, pero no puede abandonar todo lo que ha logrado en ese tiempo, solo sería cuestión de esperar y aguantar un poco más.
El invierno dejaba en paso a las vacaciones, sobre todo a las festividades como navidad y año nuevo. Razón por la cual se encontraba en su hogar a pesar de que sus parejas le dijeran que la pasarán juntos.
Fue difícil que todos estuvieran de acuerdo en su ida a su hogar, pero tras convencerlos logró que todos pasarán las festividades en sus hogares (sobre todo, fue difícil convencer a Wooyoung de no seguirlo hasta el rancho junto a San), con la única condición de que tuvieran una videollamada antes de las doce en año nuevo.
Navidad era el día de mañana, y Seonghwa ya tenía los regalos listos en su maletín, solo debía meter el objeto a su cama y esperar hasta las doce.
Su casa, hecha de ladrillos y un poco de madera, se mostraba con luces y colores navideños. No había nieve al rededor como en los países primermundistas, pero la brisa fría helaba un poco su nariz bajo su bufanda.
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¡Moo! - [Seonghwa Harem]
Random- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - [ En un mundo lleno de cambiaformas es difícil ser una vaquita de manchas rosas ¿Se imaginan por qué? ] - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ...