.• Seonghwa •.

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Cuando naces como un Omega la vida se vuelve complicada en todos los sentidos posibles.

Eres usado, descartado hasta solo por tu olor, odiado por el hecho de tener un celo diferente al de los Alfas, considerado débil por tu estatura y poca fuerza, incluso te hacen saber muchas veces que tú único propósito es tener un bebé del primer Alfa que quiera cortejarte.

Pero la vida en el campo es diferente. No hay una enorme sociedad que te señale por lo que eres, no debes preocuparte por Alfas abusivos porque dicha especie está contada con los dedos de la mano o incluso viven lejos de ti.

Tienes un inmenso prado verde para correr, lagos que visitar y flores de muchos colores que visitar si tienes una hectárea grande a tu nombre.

La familia Park es bastante conocida en la gran ciudad, son el mejor campo de naranjas y fresas, sin mencionar que su leche es exquisita, conocida como el mismo manjar de dioses.

Y a pesar de que todo eso suene espectacular, a veces la vida en el campo es solitaria.

Seonghwa se crió con su hermano becerro menor, sus padres (aunque su padre se la pasaba más en la ciudad), su abuelo materno, su perro de nombre Mandarina, el gato llamado Manzana de su hermano y Naranja, el viejo gato gordo de su abuelo.

Desde pequeño, Hwa sentía una gran conexión con la naturaleza y sus animales, amaba las rosas de su extenso jardín, el almacén de licores de su abuelo, a su perrito que siempre lo seguía a todos lados como su sombra, a los gatos que descansaban boca arriba bajo el sol y las tardes junto al lago a un lado de las flores.

Aún podría recordar todos esos aromas y acordarse de los sitios que sentía como hogar, el hogar que hacía sentir feliz a su vaca y a él.

Quizás es por eso que cuando abrió los ojos, esperó encontrarse en la cama de su habitación en el campo, luego de un largo día de explorar todos sus lugares favoritos acompañado de su perrijo.

Solo que, al ver el techo de su departamento en la ciudad, se dio cuenta que no era así.

No estaba en su hogar, sino en una casucha en el centro con olor a contaminación y gasolina, asistiendo a una universidad donde los Alfas siempre quieren abusar de él y de los cuales se ha encargado de darles la paliza de su vida a todos.

La espantosa vida de una vaca rosa en la ciudad.

Solo que, al aspirar el olor, por extraño que suene, huele a casa. Al prado verde, a los rosales de su jardín, a las flores del lago y al almacén de licores de su abuelo, pero también huele a panes recién ornados con miel.

Extrañado parpadea moviéndose apenas para salir de la cama y es ahí donde se da cuenta que no está solo en su cuarto como siempre.

Sino que... Seis Alfas y un Omega duermen en su cama, acucurrados, uno encima de otros.

Todos dentro de la estrecha cama que ya no huele solo a él, sino a una combinación de aromas que, extrañamente, olía familiar.

El almacén de licores de su abuelo que combinaba whiskys y vinos viejos con bebidas de chocolate (YunHo estaba a su derecha abrazando su cintura y Mingi detrás del Alfa en cucharita ocultando su rostro en la nuca del más alto), las naranjas maduras combinándose con el bosque donde corría con su perro Mandarina (Wooyoung se había recostado sobre su panza en su forma gatuna y San a sus pies tocaba al otro gatito con su mano como si temiera que se alejara), las flores de la laguna a la que visitaba antes de ocultarse el sol, ese arbusto de rosas y flores blancas que olían demasiado bien (YeoSang estaba aferrado en un abrazo a Hongjoong, ambos encontrándose a su izquierda con la otra vaquita tocando su mano tímidamente).

¡Moo! - [Seonghwa Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora