Muchas veces se habla de la inteligencia de los Alfas, sobre todo los de rango alto. Seres considerados unos genios desde la cuna hasta su muerte.
La sangre más fuerte de la manada, líderes natos que tienen todo bajo control con solo mover un dedo. Nacidos para estar al mando y con el cerebro hecho para números, física y lenguas, eruditos e increíbles.
Poco se habla de que todo eso es erróneo, y que la inteligencia de los Alfas no se compara EN NADA con las de los Omegas, a quienes denominan como seres inútiles sin capacidades natas desde milenios en la humanidad.
Los llevan a la parte baja de la pirámide social, considerados débiles, pequeños y lindos, apartados de todo problema. Son pasados por encima hasta por los betas y subestimados en cada acción que realizan, hasta por solo respirar, creyendo que son tan inútiles hasta para liderar un pequeño grupo.
Sin saber que ellos son los que en verdad lideran a la manada y mantienen la tranquilidad en ella desde que nacen. Tienen en su sangre ser dominantes y logran mantener el control en situaciones complicadas, son metódicos y piensan siempre las cosas antes de actuar (cosa que la mayoría de Alfas y Betas no hacen).
Kim Hongjoong era un claro caso de la inmensa capacidad mental que tenían los Omegas para hacer las cosas si se lo proponían, porque él sí se sentía capaz de hacerlo todo. No se limitaba a la opinión ajena de la sociedad.
Ser un Omega vaquita le trajo demasiados conflictos desde que tiene memoria, por las manchas en su cuerpo o su estatura. Nadie lo tomaba en serio porque tenía la desgracia de ser un normal Omega. Existiendo para depravados Alfas que irían por su leche, condenado a parir cachorros y alimentarlos con sus ubres.
Es por eso que un día decidió ocultar sus manchas para dejar de ser juzgado o burlado por los demás, y ahora que parecía un toro de cuernos pequeños, un Alfa de bajo rango, las personas lo miraban un poco más.
Entre ellos, un ser tan lindo como Seonghwa (o al menos ese es su punto de vista).
Una hermosa persona no pondría sus ojos en un omega como él.
Hong conocía a la vaquita rosa desde hacía un tiempo, aunque ¿Quién en el instituto no lo hacía en realidad?
Un omega dominante con manchas rosadas, cabello brillante que parece moverse siempre en la brisita. Buenos atributos por delante y por detrás, maldición, Hongjoong no sabía si quería estar con él o ser él.
Él también era una vaquita, pero se moría de ganas por tener algo con ese ser de su misma especie o ser igual de atractivo que éste.
Así que, cuando se enteró que el profesor Song también había sido el profesor del rosado no dudó en hacer su movimiento inteligente luego de pensarlo tanto.
Un día martes, con el sol brillante a nada del atardecer, una brisa que hacía más divino su objetivo y él vestido lo más lindo posible para llamar la atención fue a por su presa.
Sin sentir temor, sin que se notará su rango ni su especie.
– Hm... Disculpa. ¿P-Puedo hacerte una pregunta?
El proyecto final de su profesor era pan comido para él. Estaba seguro que en un solo día podría realizarlo, pero ver cómo sus compañeros se les dificulta le dio la oportunidad de estar aquí.
Fingiendo torpeza y confusión frente a la vaquita que le dio su total confianza más rápido de lo que pensó.
Park Seonghwa podría ser el más listo de su clase, y quizás hasta de toda su carrera, pero era un poco ingenuo con las personas con apariencia atractiva y linda. Notó eso en cuanto lo vio esa misma mañana con Wooyoung a su lado, mandoneando al minino y regañándolo por sepa dios qué, pero incapaz de golpearlo porque el gatito le colocaba brillantes ojos.
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¡Moo! - [Seonghwa Harem]
Random- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - [ En un mundo lleno de cambiaformas es difícil ser una vaquita de manchas rosas ¿Se imaginan por qué? ] - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ...