III

238 42 0
                                    


El primer expediente - segunda parte


Capitol Park - Detroit - 1:53 pm  

Avanzaba por los callejones estrechos, y notaba las miradas curiosas y temerosas de los pocos transeúntes que quedaban. Algunos me espiaban desde las ventanas de los negocios; otros se atrincheraban, anticipando lo que sucedería ese día. El aire estaba cargado de tensión y humo; el sonido de las sirenas y los helicópteros se mezclaba con los gritos de la multitud.

Seguía avanzando con los pies pesados. En ese momento, lo único que me parecía peor que seguir caminando era tener que aguantar a Gavin, que probablemente estaba atrapado en la patrulla, soltando gritos, gruñidos y maldiciones por mi culpa. Definitivamente, prefería caminar sobre piedras calientes que volver a trabajar con él.

Me detuve en seco. Delante de mí, una tienda de electrónicos que aún no había cerrado mostraba televisores modernos y brillantes. En sus pantallas, vi una cara conocida: era Emma, reportando desde el centro de la ciudad.

"—Les habla Emma Collins desde Capitol Park, el epicentro de la protesta contra CyberLife que empezó a la 1:20 p. m." —decía Emma, mientras se oían los gritos de los manifestantes a su alrededor— "Desde que comenzó la marcha, hemos visto cómo la situación se ha tornado violenta. Según el capitán Jeffrey Fowler, del departamento de policía de Detroit, se han reportado daños al transporte público y a la infraestructura urbana, además de saqueos en varios locales y robos de material de CyberLife, como Thirium y tejido sintético."

Me paralicé un instante frente a los monitores, observando cómo la sacaban de la escena. Sentí un nudo en la garganta y un escalofrío en la espalda. ¿Estaría bien? ¿Llegaría a tiempo para ayudarla? Mi prioridad había cambiado: ya no me importaba el trabajo, solo me preocupaba la seguridad de Emma.

Oí un estruendo a lo lejos y vi a un empleado salir corriendo de la tienda. Cerró la persiana metálica con rapidez para proteger el negocio de los saqueadores. Eso me indicó que debía seguir mi camino. Corrí con el corazón acelerado hacia donde estaba Emma. La identifiqué por su pelo rojo y los insultos que soltaba ante la televisión pública.

No podía perder más tiempo, así que me ajusté el casco y me abrí paso entre el caos. Pasé de largo los quejidos y los empujones de quienes se cruzaban en mi camino. Emma estaba acorralada por hombres que la agarraban, pero no se daba por vencida. Su furia me impulsó, y los aparté con todas mis fuerzas. Cerré los puños, y sin dudarlo, le asesté un golpe en el costado a uno de ellos. El hombre lanzó un grito de sorpresa y dolor, y Emma aprovechó la oportunidad para huir.

Cuando logró escapar, ella quería vengarse de los que la habían atacado. Así que la agarré de la cintura y la aparté de ellos. Les hice una señal a los de su equipo, que también se enfrentaban a la multitud, y nos siguieron con las cámaras y los micrófonos en mano.

—¡Oye, tú, suéltame! —gritó Emma mientras forcejeaba para liberarse de mi brazo.

—Señor Brown —ignoré sus quejas y hablé por el comunicador— Prensa está en peligro y necesito buscarles un refugio. Estoy frente a la sede de Cyberlife en Capitol Park.

La respuesta llegó de inmediato.

—Ya están informados. Pueden pasar el perímetro.

Con permiso de los agentes, pasamos la valla de metal que aislaba a los manifestantes de la tienda de Cyberlife. El edificio, de diseño moderno y pulcro, estaba manchado de pintura roja y arañazos que le quitaban belleza. Desde los escaparates de vidrio, vi a los androides expuestos como maniquíes. Sus rostros inexpresivos no mostraban ninguna emoción ante los objetos que golpeaban el cristal blindado.

Detroit files - Detroit become humanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora