El club Edén
6 de noviembre, 2038 - Club Edén - Avenida Woodward 1177, Detroit- 8:17 pm
Llegar a la escena del crimen resultó sencillo, pues entre los edificios descuidados y las fachadas descoloridas, uno destacaba en la penumbra de la noche: el famoso Club Edén. Sus paredes de vidrio, que se extendían verticalmente hacia el cielo oscuro, reflejaban las luces de neón que parpadeaban en la calle, creando destellos iridiscentes en el asfalto mojado por la lluvia reciente.
Alessa, había pasado un par de veces cerca del club cuando estaba en la academia. Sin embargo, nunca se atrevió a entrar en él. Las historias que circulaban sobre el lugar eran tan variadas como las luces de neón que lo iluminaban. Algunos creían que lo que sucedía en su interior era inimaginable, los clientes no tenían ningún limite y sus deseos más oscuros se cumplían. Otros, más escépticos, afirmaban que era simplemente un negocio de entretenimiento barato para turistas y pobres diablos.
Connor estaciona el coche frente al club, y Hank se queja desde el asiento trasero.
—Agh, siento como si estuvieran taladrando en mi pobre cráneo.
—Yo siento lo mismo pero en mis pies —añade Alessa, sintiendo cómo las dos persecuciones del día comienzan a pasar factura—. Tienes suerte de no sentir dolor, Connor —dice mirando al androide, quien solo asiente con una sonrisa.
—¿Estás seguro de que hemos llegado? —pregunta Hank, mirando las pantallas neón del club con confusión.
—Esta es la dirección que reportaron —responde él apagando el coche.
—Bien, entonces, a trabajar —dice Hank, saliendo del auto con evidente molestia en su cuerpo. Alessa y Connor lo siguen.
En la entrada, Alessa mira a su antiguo compañero, Erick Snow, quien desde su llegada a la comisaría parece disfrutar intimidándola o propagando rumores sobre ella.
—Denme unos segundos —les dice Alessa a Hank y Connor antes de dirigirse hacia el oficial. Ambos asienten y entran al club.
Snow se acerca a ella con los brazos cruzados y una sonrisa de cazador.
—Te presentas aquí después de la metida de pata de hace nueve meses y te regalan un maldito ascenso. Eso es una maldita injusticia.
—Hola, Erick, también es un placer verte —responde ella con una sonrisa sarcástica, cruzando sus brazos—. No recuerdo que me hayan regalado algo y me parece que no has superado algunas cosas, ¿verdad?
—No sabes la mierda que nos echó el teniente Brown por no controlar a su zorrita —dice, escupiendo la última palabra—. Tuvimos que pagar por tu error, y tú estás ahí, feliz en tu nueva oficina, siendo una presumida de mierda.
Alessa se ríe desdeñosamente, confundiendo aún más a Erick al ver que sus palabras ya no le afectan.
—No soy presumida por hacer mi trabajo, y ¿sabes qué? En lugar de quejarte, deberías hacer lo mismo si quieres un puto ascenso —dice Alessa con determinación—. Porque no creo que estés aquí solo por el reporte, ¿verdad? Apuesto a que sigues haciendo las mismas mierdas que hacías en la academia.
Erick aparta la mirada y se rasca la nariz nerviosamente. Alessa ha dado en el clavo; él no frecuenta el Club Edén únicamente por el informe.
Erick es uno de esos clientes leales que cruzan la línea, confiando en su autoridad policial para evadir las consecuencias. Hace lo que quiere con los androides, sabiendo que no enfrentará repercusiones legales, y manipula al dueño del lugar amenazando con cerrarlo si le prohíben la entrada.
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Detroit files - Detroit become human
FanfictionDetroit Files -Detroit Become Human. Cuando eres policía, crees haberlo visto todo. En un intento de engañarte a ti mismo, piensas: "No puede haber algo peor que esto". Sin embargo, siempre te equivocas, pues la vida siempre encuentra un ángulo nuev...