Konrad Hoffman
29 de enero de 2024-Deberías descansar muchacho.
Mi suegro coloca su mano en mi hombro mientras miramos a traves de la ventana a Romina, mi nena sigue sin dar señales de que despertara pronto.
¿Lo hara algún día?
Solo han pasado 22 días, días en los que no puedo dormir, siempre me despierto en la madrugada por mis pesadillas o por los gritos de mis hijos, volvierón las pesadillas, ahora ya no solo son mis 8 pelinegros, mis 21 hijos tienen pesadillas, sus sueños los torturan de vez en cuando, haciendoles pensar que su mamá nunca regresara.
-Ya lo intente, solo no...
-Por que no dejas que mi mujer y yo nos quedemos en tú casa para ayudarte con los niños.
-No, se que ahorita ambos no estan bien para cuidar de tanto niño, despues de todo es su hija y ustedes apenas van asimilandolo.
El suspira con cierto pesar y tristeza.
-Pero tambien es tú esposa, es la madre de mis nietos, si nosotros estamos desechos por dentro, ¿Cómo estan ustedes? ¿Cómo estas tú?
Destruido, así es como me siento.
-Si fuera mi esposa, yo estaría destruído por dentro. Así que tambien necesitan nuestro apoyo, dejanos ayudarte.
Solo logro asentir debilmente, sigo mirando el cuerpo de mi pequeño angelito, no puedor evitar sonreir, hace mucho no la llamaba así, mi pequeño angel que nos cuido tanto. Sin decir nada más, me marcho, hoy debo ir a la carcel en donde tienen a las dos personas que más odio. Los guardias me llevan a la habitación en donde lo tienen solo a el, puedo verlo a traves de una ventana, pero el no puede verme a mi.
-Estaremos afuera por si necesita cualquier cosa señor Hoffman.
Solo asiento e ingreso a la habitación, captando su atención inmediatamente.
-¿Cómo esta mi caramelito?
-Enserio eres tan cinico para preguntarme por ella, cuando tú fuiste el que la lastimo de la peor manera.
-Yo no quería lastimarla tanto, solo quería que aprendiera la lección por irse de mi lado, fue la loca de Debora que la golpeo en la cabeza, yo no quiero que ella muera.
Sin poder evitarlo, me lanzo encima de la mesa para tomarlo de la camisa y estrellar su cabeza en la mesa, se queja por el golpe.
-¿Y que mierda esperabas que pasara cuando la secuestraron? ¿Enserio fuiste tan imbecil para creerle a Debora de que no le haría daño?
-Sueltame maldito.
Se remueve bruscamente pero no lo suelto, los guardias ingresan a la habitación.
-Liberelo señor Hoffman o tendremos que sacarlo de aquí.
Lo suelto con brusquedad, aun tengo mucho que hablar con el, ninguno de los dos a querido confesar que paso en el tiempo que tuvieron a Romina. Me siento enfrente de el, el no duda en enseñar lo mucho que me odia.
-¿Tú fuiste el que le hizo todos esos cortes?
-No, nunca sería capaz de dañarla de esa forma.
Sonrío ironico.
-Pero si fuiste capaz de destruirla de la peor manera, quitandole a sus hijos, mis hijos.
Eso lo hace enojar y se para abruptamente.
-Son mis hijos y de Romina, no son nada tuyo.
-A ti nunca te importaron, no te importo abandonarlos en ese orfanato y hacerles creer que su mamá no los amaba, no te importo lastimar a Romina, nunca la amaste.
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Quédate Con Nosotros
RomanceKorand Hoffman Serio, frío y desconfiado con las personas que no son su familia, padre soltero de 8 niños, niños que ahuyenta a toda mujer que quiera estar con su padre y entrar en sus vidas, ya que la mujer que se decía que tenía que amarlos los...