Romina Lennox
26 de abril.
Ya son varios días que deje de ver a los niños Hoffman, no se porque pero me he sentido triste sin poder verlos, es casi la misma tristeza que siento por la pérdida de mis hijos, nunca me había pasado esto con ninguno de mis pacientes.
Me despido de varios compañeros de trabajo, cuando salgo del hospital veo hacia el cielo, viendo la gran tormenta hay, corro hacia mi carro y tratando de no deslizarme en el suelo mojado.
-Maldita sea.
Maldigo cuando mi carro tira una alerta, me orilló justo antes de que apagara completamente.
Genial me quede parada en medio de la calle, se me pinchó un neumático en plena noche, lo bueno es que estoy algo cerca de mi casa, llamo a un taller para ver si pueden venir arreglarlo, cuando ya logran venir y arreglar el neumático me preparo para irme, estoy por ponerme el cinturón cuando veo a dos niños corriendo como si huyeran de algo o alguien, no deben pasar de los 10 años, se detienen pegados a una pared para tratar de conseguir aire mientras uno sujeta una pequeña bolsa a su pecho, veo que están todos sucios con su ropa rasgada y zapatos viejos, siento mi corazón oprimirse al ver que viven en la calle, pasan al lado de mi carro mientras los sigo con la mirada, entran a un callejón, salgo de mi carro para ir a verlos, al parecer no son los únicos niños en este horrible callejón ya que escucho más voces.
-Logre conseguir algo para que coman.
-Pero, Arman, Alex y tú no han comido desde hace 2 días por darnos a nosotros y ustedes son los que se andan arriesgando a que los lleven.
-No nos importa, con tal de que ustedes estén bien, somos los mayores y debemos cuidarlos, son mis hermanos y son todo lo que tengo, solo que no puedo hacer mucho por Raina con su enfermedad. Prometí cuidarlos cuando nuestros padres nos abandonaron y hacer que no nos separen.
Mi corazón se rompe ante las palabras de ese niño, tan péqueño y siente que debe encargarse de cuidar a sus hermanos y poder sobrevivir, cuando solo es un niño que lo único que debe hacer es ir a estudiar, jugar y ser feliz. Me acerco a ellos tratando de no hacer ruido para asustarlos, veo que son 6 niños, me espanto al ver tanto niño viviendo en este callejón.
-Hola.
Pegan un brinco del susto, una chica como de 10 años con dos niños como de 6 años están metidos en una caja, me ven asustados mientras se abrazan.
-No nos haga daño por favor, no tenemos nada.
-No les hare nada pequeños, solo quiero ayudarlos, llevarlos conmigo para que no estén aquí.
-Nos llevara a un orfanato y no queremos eso, ahí nos van a separar.
La niña rubia me ve con ojos suplicantes que no los lleve, quiero ayudarlos, tarde o temprano tendré que llevarlos a un orfanato para que vean su caso.
-Los llevaré a mi casa por un tiempo que les parece, no tendrán frío, ni hambre y tendrán una cama para dormir.
Me ven desconfiados, hasta yo lo estaría si alguna desconocida me dice esto, les sonrío dulcemente y avanzo hacia ellos, tiemblan como si esperaran lo peor.
-Se que no me conocen y se estarían arriesgando a irse conmigo porque no saben que puede pasar, pero podemos hacer algo, mi casa no está lejos, podemos ir caminando, ustedes me siguen a una distancia que se sientan seguros ¿les parece?.
-¿No nos hará nada? Mucha gente ha querido hacernos daño, porque no lo haría usted.
-Porque si yo estuviera en su lugar quisiera que alguien me ayudara y no me dañara.
Ellos asienten para seguirme, avanzó un poco y veo sobre mi hombre que me siguen cuando ya estoy como a 4 metros de ellos, me dirijo a mi carro para sacar mi bolso y todo lo importante que tenga ahí.
Llego a mi casa y ellos se quedan en el portón pensando si entrar o no, entran con desconfianza mientras examinan la casa, cierro la puerta haciendo que me vean asustados y precavidos.
-Bueno, no me presente soy Romina y ¿ustedes cómo se llaman? Y ¿todos son hermanos?
-Somos hermanos, soy Arman, ellos son Alex, Adam, Ada, y los mellizos que se llaman Raina y Raymond.
-Bien pequeño, verán escuche que decían que su hermanita está enferma y yo soy doctora para niños justamente, si me dejan yo puedo revisarla y ver lo que ella necesita.
Sus ojos se iluminaron, les enseño fotos con mis pacientes para que me crean, me sonríen por primera vez, la chica que llevaba cargada y tapada a su hermana la destapan, es una nena preciosa que aún con el ruido que hicimos no se despertó. Veo que los 6 hermanos son rubios, los mayores tienen ojos café muy claros, el chiquito tiene ojos verdes, me imagino que su melliza también.
-Primero se irán a bañar, no tengo ropa de su talla pero a ti puedo darte una de mis pijamas y a los niños algunas pijamas que tiene mi hermano, se pueden ir bañando uno por uno para que estén tranquilos y vean que nada pasará ¿qué opinan?
Asienten así que me dirijo a mi habitación y recuesto a los dos más pequeños en mi cama poniendo almohadas a su alrededor, guió a los demás al baño y enseñarles donde está cada cosa, entra uno por uno hasta que lleve a los dos más pequeños también a bañarse con agua tibia, la pequeña despertó hace unos minutos y aunque estuvieron algo inquietos conmigo ya se calmaron. Los baño delicadamente tratando de quitarles todo lo sucio.
-Bien ya todos bañados les voy a secar el pelo porque es malo dormir así.
-No te preocupes ya hemos dormido todos mojados y seguimos bien.
-Pues acá no será así, dormirán secos y calentitos después de haber cenado bien. Pero primero revisaré a su hermanita con el equipo que tengo aquí y mañana los llevaré al hospital para hacerle más exámenes a ella y ustedes. Y si preguntan porque a ustedes es porque no se cuando tiempo han estado bajo la lluvia y si han conseguido alguna enfermedad.
Ellos solo asienten y se ponen al rededor de la cama viendo como examino a su hermana, ella se remueve incómoda, su hermana mayor es la que la calma.
-¿Han visto si su hermanita a tenido vomitos o debilidad?
-La verdad si a vomitado mucho, y llora siempre tocando su cabecita, luego duerme casi todo el día.
Muerdo mi labio fuertemente al pensar lo que puede tener esta nena, no les diré por el momento hasta que esté segura, les digo que solo es una leve gripa y que en unos días estará bien con el medicamento que le daré, los llevo a la cocina y los siento en los bancos, les hago de cenar y veo cómo devoran la comida, saber hace cuánto no comían bien, les preparo una habitación pasando dos colchonetas de las camas de las otras habitaciones que tengo para que ellos se queden juntos y se sientan seguros, colocó a los dos más pequeños en un colchón después de haberlos dormido colocando almohadas a su alrededor, los demas niños ya están acostados y bien tapados, me sonríen débilmente mientras sus labios tiemblan y retienen las lagrimas.
-¿Hey qué pasa, hice algo malo?
-Al contrario, nos hiciste bien, eres un ángel para nosotros.
Todos asienten ante lo que dice Arman, les sonrió y luego les doy un beso de buenas noches sin antes haberles dicho que podían ir a ver a mi habitación si se les ofrecía algo.
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Quédate Con Nosotros
RomanceKorand Hoffman Serio, frío y desconfiado con las personas que no son su familia, padre soltero de 8 niños, niños que ahuyenta a toda mujer que quiera estar con su padre y entrar en sus vidas, ya que la mujer que se decía que tenía que amarlos los...