Capítulo 72

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Konrad Hoffman
10 de marzo de 2024

Escucho la risa divertida de Romina y la doctora, se que se les hace divertido ver a mis hijos y a mi con los ojos y boca bien abiertos mientras miramos la pantalla en donde se ve a mi bebé de apenas 4 meses.

Digamos que embarace a mi chica en nuestra noche de bodas, bueno nuestra boda improvisada que era de unos extraños y que termino siendo nuestra.

-¿Ya podemos saber si es niño o niña?

-Aun no, es más seguro que esperemos al siguiente mes ya que pasara de las 18 semanas, y esperemos que se deje ver.

Esa respuesta no les gusta a ninguno de mis hijos, odian esperar. Pero todos nos quedamos en silencio cuando escuchamos un sonido fuerte y claro en toda la habitación.

-Oh Dios, ¿ese es su corazón?

-Así es y se escucha muy bien.

La sonrísa que tengo en mi cara debe ser enorme, porque hasta siento que se me tensa la mandibula, pero no puedo dejar de sonreir.

Delineo con mi dedo la pequeña figura de mi bebé, veo sus pequeñas piernas, sus bracitos.

-Se ve que esta muy emocionado señor Hoffman, a pesar de que es su hijo numero 22, su emoción es la misma que la de un padre con su primer bebé.

Sonrío con un poco de nostalgia, me entran unas ganas enormes de llorar, todos estos sentimientos y lo que estoy viviendo ahorita es tan nuevo para mi, que siento que me soprepasa. Es la primera vez que vengo a una ecografía que fuera para ver a mi hijo, a mi bebé, a las unicas que pude ir de vez en cuando era para las ecografias de los hijos de mis hermanas, no los mios.

No pude ver a mis pelinegros en cada etapa del embarazo por medio de un ultrasonido, no sentí sus patadas cuando estaban en el vientre de Debora, no pude ser el padre cuidadoso que siempre pense que sería en un embarazo, no pude hablarles cuando estaban en el vientre de esa mujer, me perdí todo eso y cuando pense que ya no viviria eso, que ya no quería volver a enamorarme, pero aquí estoy viendo a mi nuevo bebé y viviendo todo lo que no pude antes, ahora lo estoy haciendo con la mujer que amo, que me sano a mi y a mis hijos.

-Cada hijo es especial e importante, mi emoción siempre sera la misma con cada uno de mis hijos.

Cuandos mis hijos y Romina me sonríen, se que todo esta bien, que estamos compartiendo este momento como la gran familia unida que somos y que siempre quisimos tener cada uno.

-Bueno eso sería todo por hoy, todo esta en orden con el bebé, pero igual debes seguir guardando reposo Romina, aun seguimos en un estado delicado por tu accidente.

-De eso ni se preocupe.

Romina me fulmina con la mirada, se que le molesta que casi no la deje hacer nada, pero con su pierna terminando de curarse al igual que sus manos, no puede hacer mayor cosa por si misma, le digo a los niños que esperen afuera junto a los hombres de seguridad, los mayores ya saben que deben estar pendiente de los pequeños.

La doctora termina de darme todas la indicaciones, sale para darnos un momento a solas, cuando ya limpie todo el gel del pequeño vientre abultado de mi mujer, no dudo en besarlo y recostarme en el.

-¿Estas bien?

Intenta acariciar mi cabello con sus dedos temblorosos, aun le falta por recuperar la movilidad  completa de sus manos, pero aun así siento relajante sus caricias, suspiro feliz.

-¿Por qué no lo estaría?

-Recuerdo...que me contaste que no disfrutaste ningun embarazo de los niños, vi que querías llorar.

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