Capitulo 5: A Burning Hill

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Faltaban minutos para el juicio, estos últimos días solo se la paso hablando con Bill, se había vuelto una rutina, se despertaba, tomaba su desayuno para después recibir la visita de su abogado. El tiempo pasaba volando cuando hablaba con él, más que nada era porque al tener que volver a aquellos recuerdos de su adolescencia y adultez, cada vez que hablaba de ellos no importaba si era algo bueno o malo, siempre sentía un nudo en la garganta junto con aquella doloroso peso en su pecho, y todo por ella, por la mujer tanto ama, siempre era ella, la que era capaz de sentirse tan amada, y al mismo tiempo hacerle sentir como la persona más miserable sobre el planeta tierra.
Le habia contado muchas cosas sobre sus vivencias juntas, desde su primera cita, hasta lo más reciente, lo cual era sobre aquella devastadora noche, cuando contó aquella volvió a llorar, no podía contener ninguna de sus emociones, se había mantenido fuerte por mucho tiempo, ahora tenía la oportunidad de desahogarse, así que dejaría salir todo lo que tenía en su cansado y roto corazón. Si tan solo no hubiera sido tan ciega, no estaría en esta situación, no estaría pagando las consecuencias por sus estupideces, esto se lo busco ella, solo por un tonto capricho.

Bill daba una última hojeada a sus carpetas con toneladas de papeles en el, asegurándose que todo estuviera en lugar.
La sala de juicio estaba muy silenciosa, Enid se encontraba como ya era costumbre en este punto, cabizbaja, tapando sus ojos con la palma de sus manos, posiblemente sus ojos estaban rojizos por tantas lágrimas, a un costado de su mesa se encontraba tanto como los abogados los cuales irían en su contra, como también el jurado, la tensión era creciente, sentía como su corazón era apretado por múltiples manos, los cuales buscaban detenerlo y arrancarselo, era un sensación horrible.
Quitó sus manos de su cara para poder ver a su alrededor, reconociendo a unas personas, Charlie estaba ahí, uno de los ayudantes del agente Parker, y como no, también la esposa de este último. Esto iba a ser demasiado duro, no podía verlos ni a los ojos sin sentirse culpable.

Estuvo a punto de tapar sus oídos con sus manos, para evitar pensar en cosas negativas de alguna manera, aunque últimamente esas ideas no se iban tan fácilmente de su cabeza, pero fue el juez quien interrumpió esto, golpeando el mazo de madera contra la mesa, llamando la atención de los presentes.

Todos se pusieron de pie por un instante ante la presencia del juez, quien dejó pasar un par de segundos para después pedirles que se sentarán, siendo él el último en hacerlo.
Tomó sus lentes, y comenzó a leer una hoja.

-Hoy, 22 de agosto siendo las catorce horas con treinta minutos, damos inicio al juicio contra Enid Sinclair por los presuntos delitos de homicidio, y delito contra administración de justicia.

Quizas aquello no era mucho, pero esas dos categorías abarcaban demasiado, como homicidio los cuales podría ser homicidio involuntario, culposo, o inclusive en estado de emoción violenta, lo mismo con el delito contra administración de justicia, los cuales consisten en prevaricación, encubrimiento, acusación y denuncias falsas, simulación de delitos, falso testimonio, obstrucción a la justicia, deslealtad profesional, quebrantamiento de condena. Era más que obvio porque ese último.

Dios era una pesadilla tener que aceptar que todos esos actos tan viles los había hecho, y a pesar de que ella aceptaba que todo esto era su culpa, Bill no iba a rendirse tan fácil y pelear por la inocencia de Enid, la cual era algo indefendible.

El juicio comenzó, el ambiente se sentía demasiado pesado, más de lo que le gustaría admitir, sentía todos los ojos sobre ella, como si esperarán algún movimiento fuera de lugar, mientas que Enid lo único que hacía era jugar con sus dedos, en un intento absurdo de calmar la ansiedad que sentía encima, se la estaban comiendo con la mirada, era débil, no podía soportar esto, pero no quedaba de otra más que quedarse sentada escuchando testimonios de familiares del agente Parker y algunos de los parientes de los otros dos oficiales.
Apesar de tener una audición mejor que los humanos, su estado tan ansioso no le dejaba escuchar con claridad las palabras de las personas a su alrededor, es como si tan solo estuviera escuchando palabrería sin sentido de fondo. Pero su audición se modero cuando vio a la mujer que había sido llamada al frente.

-Amanda Parker ¿Podría contarnos un poco de su esposo?

No podía verla a la cara, cabizbaja miraba sus piernas, en las cuales se postraban sus manos temblorosas, ver el rostro tan desamparado de aquella mujer le hacía mal, en verdad le había hecho mucho daño.

-Él era un hombre muy entregado a su trabajo, amoroso con su familia, dulce, era alguien maravilloso.

Su voz se quebraba poco a poco mientras más avanzaba, esa era la voz de alguien que había perdido a su otra mitad, justo como Sinclair.

La mujer paso un pañuelo por sus ojos, limpiando las lágrimas que se deslizaban por su rostro.

-¿Alguna vez el Señor Parker hablo sobre la acusada?

Pudo sentir la mirada de aquella mujer mayor irse sobre ella, Enid estaba siendo juzgada por la mirada, sabía que si alzaba la vista se toparia con unos ojos llenos de odios, y vaya que no estaba equivocada, esa mujer estaba al borde del llanto, lo pudo escuchar en su tono tan desgarrador de voz.

-Mi esposo sabía que era un riesgo, sabía que tener a una excluida como oficial de policía sería muy peligroso, y es lo que termino siendo.

Estaba luchando por no explotar ahí mismo, su voz temblorosa, un par de lágrimas comenzaba a caer. Rápidamente paso sus manos por su rostro para quitar aquellas lágrimas.

-Siempre fue un gran detective, sabía lo que decía, nunca se equivocaba, y por ende...- respiro profundamente para después señalar a la licántropo, la cual permanecía cabizbaja, siendo incapaz de mirarle fijamente -Ella es claramente culpable sin duda, es una asesina.

Esas palabras se clavaron en la espalda de Enid, podía sentir como el odio de aquella mujer hacia que la culpa incrementará más, no quería escucharla más, puso sus manos sobre sus oídos, lo cual fue inútil.
La señora Parker notó la actitud de Sinclair, lo cual le molestó, comenzando así a gritarle desde su lugar, siendo su gran mayoría amenazas de muerte, ojalá se hubiera quedado ahí, pero los gritos fueron en aumento, otra parte de la multitud se le unió a la mujer, insultandola. Se había vuelto una jungla por los gritos, la rubia lloraba en silencio, el brazo de Bill rodeaba sus brazos para calmarla, mientras que el juez golpeaba con su martillo a la mesa, para así generar orden.

Si esto apenas era el inicio, no quería saber lo que pasaría los siguientes días, no sería capaz de soportarlo.

Breath - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora