Capitulo 12: Happy House

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Lágrimas caían sobre las hojas de aquel libro, el cual era sujetado por unas manos temblorosas, débiles, sollozos era la música ambiente de aquel solitario lugar. Eran las últimas páginas del escrito, estaban llenas de las lágrimas de Sinclair, tenía suerte que el papel era resistente, si no estos ya se hubieran roto desde hace unos minutos, los cuales se les habían hecho un martirio, lo que se supone que era el aproximado de quince minutos de lectura, se sentía como una hora completa llena de ¿Dolor?

Al terminar de leer el último párrafo, cerró con delicadeza el libro, para ponerlo a su costado.
Una vez hecho esto, respiro hondo, sintiendo como sus pulmones se llenaban, pareciera que se había quitado un peso de encima, pero no podía estar más equivocada.
Puso sus manos sobre su rostro, comenzando a sollozar una vez más, dejando salir todo el aire que había tomado con anterioridad, su pecho dolía, desde hace ya tiempo sentía tal dolor en su corazón, el cual aumentaba con cada día, y con aquel libro, tal agonía había escalado más.
Colocó sus manos sobre su cabeza, no quería pensar, no quería recordar, no quería sentir, quería apagar su cerebro aunque sea por un momento.

Sus garras aparecieron, causándole daño, pero no pudo importarle menos, incluso rasgo los costados de su cara, provocando heridas tanto en su rostro como parte de su cuello, apretaba sus dientes, provocando que sus caninos comenzarán a rechinar, tenía que contenerse, no quería formar un escándalo en su pequeña celda, pero estaba sintiendo tanto, muchas emociones rogaban por salir, ser expulsadas por una vez por todas, no podían seguir contenidas en aquel cuerpo tan cansado.

Trato de respirar una vez más para tranquilizarse, pero en lugar de hacer eso, termino por apretar sus dientes con más fuerza y gruñir, abrió sus ojos, estaban rojos por las lágrimas, estaba furiosa, triste, dolida, estaba sintiendo tantas cosas que no seria capaz de mencionar todas.
Se levantó, comenzando a gritar, usando sus uñas para destrozar su cama con furia, rasgaba con tal ferocidad que hacia parecer que estaba en plena transformación de luna llena, pero no era así. Tan solo estaba destrozada sentimentalmente. Golpeaba las paredes de su alrededor, tanto con sus puños, brazos, piernas, y cabeza, usaba sus uñas también con tal agresividad que un par de sus uñas llegaron a romperse. Todo mientras seguía sollozando y gritando.

A pesar de toda esta liberación emocional, pareciera que a ninguno de los guardias se habían molestado en prestarle la mínima atención, en verdad no les importaba lo que pasara dentro de aquella prisión, todo sería pasado por algo, como si no importará, estaba atrapada, pero no solo en aquella celda, si no en su propia mente igual, y a nadie parece importarle, solo por ser una criminal, una excluida.
Agotada y jadeante, dejo caerse sobre sus rodillas, rodeada de el relleno que una vez fue de su cama, recostó su debilitado cuerpo, tratando descansar, su cansada mirada distinguió algo entre todo aquel material que estaba manchado un poco gracias a la sangre de sus dedos, era claro que era aquello, como pudo tomó aquel libro con sus manos adoloridas, atrayendolo hacia ella, y así abrazarlo, como si de un peluche se tratara, acurrucándose en el piso, tratando de descansar un poco.

Una lastima que esto solo se limito alrededor de dos horas, siendo poco tiempo, ya que no ha estado durmiendo suficiente los últimos días.

Múltiples pisadas se escuchaban acercándose a la distancia, haciéndole difícil conciliar el sueño.
Se sentó lentamente, procurando esconder las heridas de sus uñas.

Se estaba acercando un grupo de guardias junto con quién al parecer era un agente de FBI, quienes se detuvieron enfrente de su celda.

-¿Que es lo que quieren?- habla en un tono cansado.

-Lamento interrumpir su pequeña...- hizo una pequeña pausa para ver el desastre que era el interior de aquella celda -Sesión de terapia, pero esto es importante.

Los guardias se acercaron a la celda, comenzando a abrirla, haciendo que Enid se confundiera, pero la confusión se tornó en miedo en cuando entraron ambos, y la tomaron con brusquedad, llegando a pensar que le harían algo horrible ¿Acaso ahora estaba penada de muerte? No, eso no podía ser, si no se lo hubieran dicho desde antes. La sacaron sujetándola con fuerza de los brazos, para después ponerle un bozal, para así evitar que usará sus colmillos en algunos de sus presentes, aunque no pensaba hacerlo.

-¿Que van a hacerme? ¿Me van a matar o algo?- ahora se podía escuchar nerviosa.

-No, tenemos órdenes de parte del Oficial Charlie, tenemos que transferirte de sitio, uno más vigilado.

-¿Que? ¿Pero por qué?

-Esa es información confidencial.

Le hizo una señal a los guardias para que se llevarán a Sinclair de una vez, no oponía fuerza así que fue sencillo para el par, mientras que el agente se quedaba atrás, su intención era cerrar aquel lugar donde estaba confinada aquella excluida, pero pudo notar algo en su interior, se adentró para tomarlo.

-¿Un libro?

Lo inspeccionó, no había nada inusual por afuera, tenia una cubierta normal, nada entre las hojas a excepción de las últimas, parecía un libro normal y corriente, de no ser por un detalle.
En el estaba el nombre de su autora, y por ende, de la criminal que le habían dicho que estaba "muerta", haciendo que esté en lugar de dejarlo en aquel sitio, decidió llevárselo, tenía que enseñarle esto a Charlie.

***

-Charlie, Enid ha sido trasladada a la estación sin problemas.

El oficial suspiró aliviado ante la noticia, tenía un peso de encima, aunque no se sentía del todo liberado, aún sentía peso sobre sus hombros, pero tenía que mantenerse serenó, debe tener todo bajo control, o aunque sea aparentarlo.

-Gracias.

-¿Cómo van las cosas por ahí?

Hizo una pequeña pausa, mirando a su alrededor.

-Horrible.

No pudo ocultar su cansancio.

El sitio era un caos, estaba en otra escena del crimen, esto no podía ser, era ya la segunda en la semana, pero está vez era peor, no solo había una víctima, si no múltiples.

-Sera mejor que te deje, suena que tiene bastante trabajo.

-Si.

-Aunque, cuando estés de regreso, debemos hablar, he encontrado algo que quizás te interese.

Charlie no pudo evitar gruñir con molestia, teniendo que contenerse para no terminar gritando, susurrando un simple "De acuerdo" para posteriormente colgar, y fijar su atención en su trabajó.

-Estoy tan cansado.

Breath - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora