♣︎ 2 ★

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Era un nuevo día...O bueno, ya eran casi las 3 pm, pero no importa. En alguna parte del reino, dos idiotas estaban viéndose a los ojos, esperando a que el contrario dijera algo, pero pues al parecer se habían quedado mudos o algo así.

Aunque claro, no se iban a quedar callados para siempre.

-Creo que estamos progresando- dijo el bicolor, desviando la mirada hasta su mano -¿O por qué no me has golpeado?- inclino levemente su cabeza en señal de duda.

-Porque la reina me lo prohibió- respondió el sapo sin mucho interés.

-Ya, pero la reina no esta aquí- se recargo contra la pared, mientras cruzaba los brazos.

-Tu solo quieres meterte en problemas, Bittergiggle, fue una orden y debo obedecer- exclamó el sheriff, acomodando la estrella esa que siempre llevaba en su pecho. -Y tu también deberías si no quieres terminar siendo un tapete o algo parecido.

-Uy si, ni yo me la creo, tu respetar y obedecer todas las órdenes de la reina, ¡Ja!- se seco una lágrima falsa. -Basta, me haces reír.

-Al menos lo hago más que tu- se cruzo de brazos.

-¿Ah si? Pues yo...este...¡no estoy gordo!- grito.

-Retractate- dijo, mientras sacaba lo que parecía ser una estrella.

-¿Y si no quiero?- contesto de manera burlona, moviendo su cadera de un lado a otro.

El sapo se lanzó sobre el bufón, el cual trató de golpearlo para quitárselo de encima, pero por más que intentara, Toadster no se hacia para atrás.

★- Digamos que la pelea duró...menos de 5 minutos.
♣︎- Fue tu culpa.
★- Claro que no, lo que pasa es que tu no duras nada y justo salio la reina.

En la sala del trono, la reina veía con los brazos cruzados a ambos idiotas, Bittergiggle estaba sentado en el piso con las piernas y brazos cruzados, su cuerpo tenía un montón de estrellas encajadas, y el sapo simplemente estaba ahí parado.

-En verdad, lo lamentamos tanto, su majestad- se disculpo el sapo, volteado a ver al bicolor, quien rodó los ojos y se levantó del piso.

-Si, lo sentimos...¡Fue culpa de Toadster!, ¡¿por qué le permite tener armas?!- grito el bufón mientras señalaba al mencionado, este simplemente lo vio indignado.

-¡Tu me dijiste gordo!- le respondió.

-¡Pues lo estas, bájale a la comedera!- el bicolor se acerco al sheriff.

Bouncelia frunció el ceño, y golpeó varias veces seguidas el trono con su mano para calmar a ambos presentes.

-Por favor, ¿pueden hacer un mínimo de esfuerzo?- exclamó, haciendo su cabeza para atrás a manera de representar su estrés, ¿estrés de qué? No era ni la primera, ni la segunda o tercera vez que terminaban en este tipo de situaciones.

-Pues esta mañana no nos golpeamos- dijo el bufón.

-Si, pero porque estábamos en lugares diferentes- complemento el sheriff.

-Supongamos que eso es un avance- las orejas de la reina se levantaron, se le había ocurrido algo. -¿Qué tal si esta vez pasean por el reino? Quizás un rato a solas les ayude a entenderse- exclamó.

-Su majestad...¿No vio que este sapo de mierda casi me mata?- respondió con un tono de respeto.

-Entonces volverán a hacer la guardia juntos- dijo el canguro.

-No, por favor, anoche me pego con una escoba- hablo rápidamente el bufón.

-Porque tu me mordiste la mano- contesto el sheriff.

-Bueno, entonces vayan por ahí y ustedes vean que hacer- exclamó la reina- pero quiero que convivan juntos, ¿de acuerdo? Si descubro que estuvieron peleando, tendré que tomar medidas extremas.- esto último lo dijo con un tono serio.

El sapo estaba temblando levemente, hasta se sintió como el bufón lo agarraba del brazo y lo arrastraba por las escaleras.

-Mejor vamonos antes de que nos obligue a darnos un beso o algo así- exclamó con sarcamo pero también con algo de nerviosismo.

-...¿Y qué es lo que haremos?- pregunto repentinamente Toadster, quien se soltó del agarre y siguió bajando las escaleras por si mismo.

-Yo se que dije que me iba a valer madres, pero hasta que la reina vea que realmente nos caemos bien, no nos dejará de molestar con eso- respondió el bufón.

-No me refería a eso, pero supongo que tienes una idea- hablo el sheriff.

-Exactamente- exclamó con orgullo el bicolor.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, tanto así como para que la reina no los escuchara, el bufón volvió a hablar.

-Mi idea es que fingamos el estar avanzando en nuestra amistad, hasta que la reina por fin esté convencida, cuando en realidad todo seguirá como antes.- dijo Bittergiggle.

-...Pero que idea más estúpida.- el sapo café veía directamente a los ojos al bufón. -Hagamos la, no hay muchas opciones.

-Bien, comencemos desde ahora, "amigo"- hizo comillas, mientras hablaba de manera burlona. -O que tal si nos ponemos un apodo.

-Yo ya tengo uno para ti, pero es muy pronto como para comenzar a decirnos apodos, Bittergiggle- respondió el sapo, cruzando sus brazos.

-De acuerdo, "Toady", supongo que tienes razón- al puro estilo de un mimo, se recargo en el aire como si hubiera una pared ahí.

-Vuelves a llamarme así, y te parto la boca- exclamó Toadster, mientras sacaba otra estrella.

-Así no vamos a llegar a nada, Toadster- rodó los ojos el bicolor.

-Como tu lo dijiste, fingiremos frente a la reina, pero ella no está aquí- respondió.

-¿Y luego el desobediente soy yo?- respondió el bicolor -¡pero tienes razón!- se lanzó contra el sapo.

♣︎- Y así fue como no le hicimos caso a la reina y seguimos peleando como los idiotas que somos, ¿no es así, Toady?
★- Si, como digas, Bicolor.
♣︎- ¡Hey!
★- ¡Tu empezaste!

Si ehh...Si tienen preguntas, adelante, pueden hacerlas, tanto a mi como a los 3 idiotas, en el hipotético caso de que alguien lea esto.

「El sapo y el bufón」Un reino, dos idiotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora