♣︎ 19 ★

370 31 17
                                    


Abrió los ojos, dándose cuenta de que se encontraba en una camilla de hospital. Comenzó a ver sus manos y piernas con curiosidad, soltó un pequeño grito al darse cuenta de lo que estaba pasando. Su mirada se fijo en una figura de color rojo, que la observaba en completo silencio.

-Fue todo un éxito.- exclamó algo orgulloso de sí mismo. -Quizás estés algo confundida, pero no es mi deber el responder tus dudas- sonrió de manera relajada.

Mientras la chica admiraba todos sus alrededores, Syringeon agarró una ropa que estaba sobre una mesita y la posicionó en la orilla de la camilla.

-Bienvenida a la vida...Froglice- puso sus cuatro brazos atrás de su espalda, desviando la mirada hacia una de las paredes del cuarto, la cual era de vidrio, desde ahí, una osa de estatura mediana observaba al ser de color rojo, con una sonrisa brillante y retorcida.

- Bitter...Giggle...¡HIJOS DE PERRA! -

El bufón se terminó despertando de golpe, pegándose accidentalmente en la cabeza, provocando que esta se partiera en dos. El ruido hizo que el sapo también abriera los ojos, lo primero que vio fue al bufón con la cabeza partida y los ojos bizcos.

-Carajo, ¿están bien?- se levantó para tratar de ayudar a su bicolor, pero este ya había logrado unirse nuevamente.

-Sí, todo en orden, Toady- dijo con nerviosismo, la sonrisa del lado verde empezó a temblar.

-Esa ni se la creen ustedes- se acercó a paso rápido para evitar uno de los típicos escapes de Bittergiggle, entrelazo sus manos con las del contrario, tratando de que este lo mirara directamente a los ojos, más sin embargo, el bufón se negaba. -¿Acaso hay algo qué les preocupe? Pueden decirme.

Desde que Toadster se había enterado de que Bittergiggle eran dos seres en un cuerpo, no dejaba de referirse a ambos en lugar de sólo a uno, era algo lindo viniendo de su parte. El bufón suspiró, no quería el contrario les siguiera suplicando.

-...Me preocupa el que la reina o tu puedan salir lastimados- desvío la mirada al suelo. -Después de todo, conozco muy bien a ese león, y cuando se propone algo no se cansara hasta conseguirlo.- comenzaron a salir pequeñas lágrimas de sus ojos, sintió como el sapo enredaba sus brazos en su cintura, formando un abrazo.

-Hey, no es motivo para que lloren. No se preocupen, les aseguro que eso no pasará- su sonrisa logró calmar un poco al bicolor, el cual soltó un largo suspiro y correspondió el abrazo, aferrándose con sus brazos y piernas.

Se estaban mirando directamente a los ojos, el bufón empezó a acercar su cara cada vez más a la del contrario, provocando que el sheriff soltara balbuceos sin sentido debido a la cercanía y sus mejillas se pintaran de rojo. No aguantaron más y procedieron a besarse con más ganas que otras veces, el sapo paseaba sus manos por la cintura de Bittergiggle, mientras que este se aferrab a cada vez más fuerte con sus piernas.

Desde las escaleras que daban a la sala del trono, una canguro de color morado observaba ese bizarro momento.

-...Lo suponía- exclamó en bajo, con una ceja arqueada y un arcoiris de fondo.

- Que bueno que eso nunca pasará... ¡PATÉTICO!

Perdón si fue muy corto, tratare que el capítulo 20 dure más de 900 palabras.

Perdón si fue muy corto, tratare que el capítulo 20 dure más de 900 palabras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sólo está durmiendo..., ¿verdad?

「El sapo y el bufón」Un reino, dos idiotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora